domingo, 14 de enero de 2018

Música


La primera entrada del nuevo año y ya me salen detractores... ¡¡¡esto va bien!!!

No hubiera querido que fuese así, o sí, que al final al único que le importa es a mí, pero que la madre Rusia me siga como seguidores en un 90% de las entradas que puedo contar no me cuadra en absoluto. Y no es porque no crea que los amantes de la Música allá en el país más extenso del universo no sean capaces de discernir entre Bisbal, el coro del anti ejército ruso en la siberia mahometana y un souflée de chocolate al R'N'Roll, por supuesto que no dudo, es que me resulta curioso que un espacio (llamado Blog para los habituales) como este sea seguido en la Psycho, Prog., Extrema Japanese y Vivencias de allí por los que parece ser que lo siguen.

La K, la G y la B se deben llamar de otra manera, por supuesto, pero molestarse en "Paseando Por Los Sueños" y los desvaríos de este loco amante de los sonidos... no puedo creerlo, por supuesto que no. "No creo en los complots judeo masónicos..." decía un conocido mío, pero cuando sus hijos tenían veintitantos, le asaltaban la cama con su amante en su ausencia y pasaban de él como de la mierda, es decir, ¡¡¡ya no tenía que protegerles porque no eran unos PUTOS críos de mierda bajo las alas de papaíto!!! comenzó a creer en los mismos complots que yo comentaba décadas antes de que se viera como un pingajo con cuernos (no de sus hijos) y llamando para una cerveza compartida, a la que nunca fui.

La central de inteligencia (o lo que se supone que la tiene) será otra, pero ese mapa que lo ocupa casi todo (y eso que los chinos no están aún en el negocio, o entran en el Blog. al leer la palabra chino escrita) y cuando no son ellos son el gran hermano americano, pues que me siguen el Blog. será que el Prog. atrae mucho o la Psycho dejó algo pendiente.
Estoy al final de la escapada, y cuando me escapo suelo ser rápido de mente y lento de pies (o piedes que diría aquél) pero la Música que me sigue y a la que sigo a pie juntillas va para cuarenta años con el que suscribe, y las siglas de los territorios que aman la libertad y la fraternidad de las escuelas pías me la suda, porque al final es lo que hay y lo que me dejan (no será mucho, pero Acid Mother Temple sigue poniéndomela, y ya ni eso me consiguen poner)

Los hay que siguen mirándose la entrepierna cuando mean, y se alejan de lo que deben como si les sobrara (por eso los que llegamos después lo encontramos todo perdido) pero si ni tan siquiera pueden medir el tamaño de su meadero, lo normal es que una melodía esculpida desde el aura de la genialidad no la vean ni con aumentos de 1.000.000.000 de amperios.

Todo igual, o casi, porque el calendario que nos rige desde hace milenios ya pone un número más al final de la escapada (perdón, de la cantidad) porque seguimos escapando de lo que no es, nos ofrecen y nos obligan, pero en Música aún, y por lo que falte, no será reseñable que los números cambien.

Vengo de tierra de fieles, nací infiel porque la fidelidad no me produjo sino dolor desde su inmenso desgarro, y a partir de aquí, la Música, y sólo ella puede hacer que sienta lo que no me pueden dar esas normas, esas leyes, lo que me han hecho proscrito desde que soy y me siento.

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