Beso tu
cuello desnudo, recorriendo con mis dedos los músculos tensos por la miseria
que nos oprime. No temas, mi amor, estos instantes serán tuyos, no más
desaires, no más palabras que no debemos escuchar, no más mentiras en boca de
quienes dicen querer, sólo tú y yo, dos almas gemelas buscando encontrarse.
Mis labios
siguen por tu cuello, llegando hasta los hombros a los que deseo relajar, los
beso, humedezco con mi lengua, sientes por fin mi aliento recorrer tu piel, una
caricia, un momento intenso y mis dedos llegan hasta tu pecho, haciendo mío
suavemente cada instante de tu piel desnuda, erizada, deseosa de estar...
excitada.
No temas por
el tiempo, he detenido todos los utensilios que marcan nuestro destino, somos
infinitas y en estos momentos tu mundo es el universo que te ofrezco con mis
manos, mis labios, mis pechos expectantes y mi sexo que anhela rozar el tuyo y
tenerlo, cuando siento un pequeño susurro que es un gemido ahogado buscando
pedirme... pero no debes hablar, ni pedir, porque te daré sin más, eres lo que
deseo, ese alma que me ayuda y que ahora yo hago mía para salir de estos
barrizales a través de nosotras.
Sigo
besándote, recorro tu espalda con mis labios mientras mis dedos toman tus
pechos, los acarician, miden y vuelven a dar, el calor nos inunda y siento, a
través de tu olor, que la excitación nos invade.
Tú me
sientes a mí porque pegada a tu precioso culo mi intimidad te va llenando, esa
humedad que surge porque tú la provocas, y en un instante las dos sabemos que
somos por la otra, tú dejándote hacer, yo haciendo por el placer de verte
gozar, sonreír, gemir, gritar... sigo contigo, por siempre, besando, chupando,
girando tu cuerpo para tener lo que siempre he deseado, y mis manos temblorosas
buscan cada rincón, hasta llegar a ese lugar donde me pierdo en mis sueños.
Tus ojos
cerrados, mis manos llenándote, entro en ti, coloco mi sexo entre tus piernas,
me siento, te hago partícipe mientras mis manos buscan en tu vientre, jadeas y
tu voz entrecortada me llama, volviéndome loca de pasión, es cuando tu cuerpo
se arquea buscando el infinito y con mis dedos dentro de tu alma me abrazas
para reventar en un maravilloso momento que llamamos orgasmo, que deseamos...
que es el infinito y nosotras dos.
Tu placer me
ha llevado contigo, escucharte, sentirte, olerte, mirarte me ha atravesado, y
mis dedos, mi mano, mi cuerpo lleno de ti siente lo que nunca se olvida, el
deseo por alguien que se quiere.
Déjame
quererte de nuevo, nunca será bastante...
No hay comentarios:
Publicar un comentario