sábado, 10 de septiembre de 2016

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Kawabata


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De Vinilos y Otras Glorias MDCCLXXIV

Grupo surgido de cenizas, que dejó su gusto por el Rock y algo más, especialmente en la década de los setenta.


Foghat (Rock And Roll Outlaws) 1974


No sé si el título iba con retranca o para apoyar la canción que viene incluida en el disco y que por cierto es de las mejores, pero este tercer trabajo de Foghat se convierte, por lo que significa tras sus inicios y la nueva vida, en una declaración de intenciones.
Perdiendo un poco del Blues que era santo y seña de los componentes de las bandas de donde procedían (aunque eso sí, sin dejarlo nunca de lado) este "Rock And Roll Outlaws" deviene más duro, con el R'N'Blues pegando fuerte y los temas roqueros abrasándote a base de riff enardecidos y una sección rítmica que no se corta a la hora de ir a degüello.
Mucho ritmo y mucho Rock, algún deslíz entre acústico y otras cosas y el guiño imposible de obviar hacia el Blues, base y esencia de la Música que estos artistas llevaban en vena y que no dejan.
Rod Price parece cada vez más seguro, dueño de esas seis cuerdas que echan humo, y de la misma manera que ayuda con los coros a Lonesome Dave, éste a su vez echa una mano importante (en especial en los riff que permiten juegos más que interesantes de guitarras) con las guitarras a su compañero. La sensación de banda es evidente, algo brutal, y el sonido compacto provocado por la sección rítmica de Roger Earl y Tony Stevens.
Disco de la primera etapa del grupo, cuando aún se marcaban piezas y álbumes que te servían para levantarte de una patada. Contundente como todo lo de la época, bien realizado y con temas que te llevaban en volandas a poco que el Rock se te metiera por cualquier lado.
Para disfrutar del buen Rock, con esas pinceladas que nunca sobran de Blues eléctrico y el R'N'Blues cabalgando por tus sentidos, sensaciones que quienes amamos este tipo de Música nunca deberíamos perder.

SIdE ONE:  Eight days on the road;  Hate to see you go;  Dreamer;  Trouble in my mind
SIDE TWO:  Rock And Roll Outlaw;  Shirley Jean;  Blue spruce woman;  Chateau Lafitte '59 Boogie

viernes, 9 de septiembre de 2016

De Vinilos y Otras Glorias MDCCLXXIII

Grupo de nombre, con un líder esencial para entenderlo, cuna de muchas cosas que nacieron gracias a él.


Savoy Brown (Looking In) 1970


Dada la producción discográfica de Savoy Brown, parece increíble pensar que comenzando la década este "Looking In" se fuese ya a su sexto trabajo, aunque en lo que es la esencia pura de la Música por la que fue conocido, digamos que sería reconocible con algunas obras menos.
Formación de cuarteto típico antes de la desbandada de sus miembros para proyectos alejados del grupo, una época de sonido contundente y desgarrado, donde el Blues sonaba como esencia y las guitarras eléctricas iban enseñando muchas de las cosas que lo hicieron grande en este lado del océano.
Maravillosa la voz de Lonesome Dave, con un toque entre el desgarro y las ganas por comerse a quien le escuche, ayudando también con la guitarra al líder de la banda, Kim Simmonds; músico de raíces, empeñado con las seis cuerdas en llevar un punto más allá las armonías que el Blues entrega. Impactante y preciso con su batería, Roger Earl abre el fuego en una sección rítmica que marca el tempo como se exige, junto al bajo de Tone Stevens para que nada se escape.
Último trabajo de la formación, que nos deja un gran disco de Blues Rock eléctrico, con fuerza y energía para sobreponerse a cualquier cosa. Pinceladas de Música que son suspiros en el tiempo ("Gypsy" o "Romanoff") se mezclan con temas donde la banda luce en todo su esplendor, dominando las composiciones y esa forma de interpretar que era sello del grupo.
Para cerrar una etapa y sugerir que el futuro llegaba por otro lado (para todos los músicos de la banda) este "Looking In" es perfecto para despedir una época de una Música mágica hecha por un grupo esencial en el desarrollo del Blues británico y por ende en todo el continente.
Disfruta, déjate embaucar y cae ante la magia del Blues hecho con clase.
La portada y contraportada, una preciosidad y las fotos interiores, especialmente las de Kim y Lonesome...

SIDE ONE:  Gypsy;  Poor girl;  Money can't save your soul;  Sunday night;  Looking In
SIDE TWO:  Take It easy;  Sitting an' thinking;  Leavin' again;  Romanoff



De Vinilos y Otras Glorias MDCCLXXII

El Blues, la Música que ha sido el origen de tantas cosas y tantos estilos, se acerca de nuevo a Paseando Por Los Sueños para dejarnos ese regusto tan maravillosamente visceral.


Fleetwood Mac (Cerulean) 1969


Uno de los grandes nombres (para el que suscribe mitos) del Blues eléctrico, del Blues británico y del Blues en esta parte del mundo, nos visita para dejarnos una maravillosa sensación en directo.
Encuadrado en lo que terminó siendo una serie de conciertos de leyenda en la ciudad de Boston, con visitas de la banda durante varios años, este "Cerulean" es una demostración de cómo se la gastaban Fleetwood Mac cuando aún eran esencia del Blues más poderoso y salvaje.
El gusto por demostrar en directo de lo que eran capaces, con temas de enormes recorrido instrumentales donde las guitarras bramaban al viento y se dejaban la piel, en una demostración de talento y capacidad realmente maravillosa.
Es cierto que viniendo de donde viene y cómo se grabó, el sonido del álbum podría haberse mejorado, pero aún así, no está mal para escuchar lo que nos dejan estos cinco iluminados que entendían la Música, y en especial el Blues, de una manera exquisita.
Peter Green, el maravilloso loco de las seis cuerdas, se da un festín agasajando esta Música tan especial, acompañado perfectamente por Jeremy Spencer y Danny Kirwan, un trío de lujo para poder manejarse sin ningún problema en temas que se convierten en enormes y fabulosas suites musicales donde respirar te evita disfrutar de algún segundo de gloria.
Temazos como "Rattlesnake Shake" con sus 24'30'' de salvaje orgía, o ese gusto por la seda que es "Green Manalishi" un impacto de 15'55'' arrasador. Mezclados de manera contundente, junto a la Música habitual del grupo se deslizan temas clásicos de Rock'N'Roll, pero pasados por ese talento que los transforma en... otra cosa.
Por supuesto el combo no sería lo mismo sin esa sección rítmica de campanillas, con el gran John McVie al bajo y el impagable Mick Fleetwood, genio y figura desde hace cincuenta años, a la batería.
Disco para saborear la esencia del Blues eléctrico en directo de la mano de un grupo irrepetible (en esta época irrepetible) y degustar el placer de los sonidos cuando llenan, empapan y hacen que todo parezca de otra manera.

SIDE ONE:  Madison Blues;  Sandy Mary;  Stranger Blues;  Great balls of fire;  Jenny Jenny
SIDE TWO:  Got to move;  Oh Baby;  Teenage darling;  Loving kind;  Tutti Frutti
SIDE THREE:  Rattlesnake Shake
SIDE FOUR:  Keep a knocking;  Red hot mamma;  Green Manalishi

sábado, 3 de septiembre de 2016

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Música


Cuando sólo se oye Música...

Música


Evocando el aliento de los dioses, llamando a la puerta del infierno, he conseguido que la Música surja de los relatos de los ancestros, que todo lo que toca se convierta en la luz que ilumina la oscuridad del silencio.

Mike


Música


Mis manos enredadas en cuerdas de acero, sintiendo el lento palpitar del corazón que no desea morir. Escuchando la dulce melodía del Blues, esa tristeza que desgarra lo más profundo cuando ya no eres nadie.

He sentido la guitarra hablarme al compás de la sangre que brota de mis lamentos. He escuchado el rugido del viento antes de la tormenta que me llevaba lejos, pero nada ha conseguido callar esas mágicas hebras de acero que hacen que sienta la soledad como un suspiro.

Música


Escuché el canto de sirenas llamándome por encima de las olas. Todas las melodías confluían en un lugar en el cual las almas se llenaban de vida.

Llené mi bolsa de lo que recibía, y ese canto de dudosa procedencia encendió mis entrañas. Bebía para ser y buscaba la razón de lo que era, sin embargo, ella me guió hacia el único lugar donde siento que todo merece la pena.

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De Vinilos y Otras Glorias MDCCLXXI

Compositor excepcional, parte integral de la historia de la Música americana en una época de contrastes y búsquedas, tanto musicales como sociales y políticas.


Jackson Browne (Late For The Sky) 1974


Si ya en sus dos primeros trabajos había dado muestras de su valor como compositor y arreglista, llevando sus temas más allá de lo que pudieran parecer a simple vista, con este "Late For The Sky", su tercer trabajo, la categoría de Jackson Browne como artista global (especialmente como creador, compositor y arreglista) llega casi a lo mejor de su extensa y dilatada carrera.
Disco magistral, excepcional desde todos los puntos de vista, una joya del estilo, ese Rock americano impecable que se impregna en todos los poros de la piel, convencido y comprometido, acercándose a las estrellas y sobrevolando todo lo que el ser humano debería saber y poner en práctica.
Con una serenidad que sobrepasa el vinilo y te impacta en todos los sentidos, el disco no tiene nada que no sea sublime para disfrutar de la Música de calidad, de temas hechos con el alma, con una facilidad que insulta por lo tremendo de lo que propone. Aparte del talento de Browne, la colaboración mágica con el artista de David Lindley eleva más aún la calidad de lo que llega, porque será que a uno estos tipos que siempre están sin parecerlo le gustan mucho, será que dan ese toque con la slide, el violín, la guitarra y... pues eso.
Ocho temas puros y sin dobleces, excepcionales en lo compositivo, desde donde se traducen en magia pura convertidos en sonidos, con la voz de Browne envolviendo las notas, armonías corales de postín (que te canten a coro Don Henley, J.D. Souther, Joyce Everson, Dan Fogelberg no es ninguna broma) y una Música que sale sin esfuerzo gracias a unos músicos absolutamente comprometidos con la idea y el talento del genio para traducir todo en una amalgama de pura seda.
Todo lo que se diga del disco se queda corto (como siempre que comento algo sobre una obra de tamaño calibre) y lo único que queda, si la sensibilidad está por encima de lo demás, es escucharlo, disfrutar y empaparse de una Música maravillosa que llena todo lo que uno quiera. Un precioso viaje hacia el infinito sin coste alguno, sólo el placer que provoca sentirlo.
Jackson Browne piano y guitarra acústica. David Lindley guitarra, slide y violín. Doug Haywood bajo y coros. Larry Zack batería y percusión. Jai Winding piano y órgano.

A:  Late for the sky;  Fountain of sorrow;  Farther On;  The late show
B:  The road and the sky;  For a dancer;  Walking Slow;  Before the deluge

De Vinilos y Otras Glorias MDCCLXX

Músico personal con todo tipo de influencias, Música de inspiración para llenar los espacios que uno nunca desea que sean del silencio.


Dan Fogelberg (Captured Angel) 1975


No es que sea mucho de las ediciones españolas de los discos de artistas allende las fronteras, porque tienen ese tufillo a otras cosas, pero de vez en cuando, al volver a ellas con los años, me sorprende lo que eran capaz de hacer gente con medios castrados por las circunstancias para sacarlas adelante.
Esta introducción que no vale una mierda para comentar este "Captured Angel", en mi caso me pone en posición porque el sonido de esta edición "Made In Spain" de EPIC es tremenda, y puestos a reconocer, me gusta hacerlo porque sirve para poder apreciar la obra de Dan Fogelberg en todo su esplendor.
Tercer trabajo del artista americano, que a pesar de los cortes instrumentales, de los arreglos de cuerdas y las emocionantes ayudas en la producción con las que la hace salir adelante, no pierde nada del intimismo con el que impregnaba a sus obras.
Porque Fogelberg escribía para sus adentros, lo sacaba para sus afueras y nos dejaba esas pinceladas del Rock clásico americano que se escucha de por vida. Un disco de autor en el cual el artista hace suyos todos los sonidos, cantando y doblándose en la voz, e interpretando las guitarras, teclados, bajo, percusión, banjo, armónica y coros varios (un  par de colaboraciones musicales a las que no se les puede negar lo que aportan y el resto... él)
Desde los devanéos con la Música tradicional, el Country Rock, el Rock, ciertos toques ocultos (pero menos) del Blues y una posibilidad de arreglos infinitos, este disco es un eslabón más en la cadena de una primera época sublime, de una calidad incuestionable y llena de todos los matices de la buena Música americana (de este estilo, entendámonos) de la época.
Desde temas de largo recorrido donde se permite jugar con los recorridos instrumentales y la capacidad creativa, a pequeñas pinceladas de apenas dos minutos que dejan el gusto en el aire para volver a ellos una y otra vez. Producción impecable (también a su cargo para que nada falte en lo personal) y sonido echado a las llamas del infierno, donde suelen valorarse estas cosas mucho más que en ningún otro lugar.
Disfruta si puedes, quieres o te atreves de un artista que fue más de lo que nunca dirán los libros.

Cara 1:  Aspen;  These days;  Comes and goes;  Captured angel;  Old Tennessee;  Next time
Cara 2:  Man in the mirror;  Below the surface;  Crow;  The last nail

De Vinilos y Otras Glorias MDCCLXIX

Las cenizas del fuego suelen dejar más de una sorpresa agradable, parte de lo que todo fue y sin embargo nunca desaparece, porque esa parte ni el propio fuego puede llevársela.


Levon Helm & The RCO All-Stars (Levon Helm & The RCO All-Stars) 1977


Sí, efectivamente él también sabía que ese mítico concierto era el adiós de una época de su vida, y sin más dilación se lanzó a crear algo que le recordara para más allá de la eternidad (porque lo que era la parte de historia con The Band no se lo quitaba ni dios)
La primera vez que vi en una imagen a Levon Helm me sorprendió su faceta de cantante, de hecho fue el primer batería al que vi y sentí cantar como solista mientras tocaba su instrumento. Parte de esa magia que desprendía en su Música era la capacidad para transmitir lo que su alma creía a través de unos palos y los timbales.
En su primera aventura en solitario fue a lo seguro, se rodeó de amigos y conocidos, músicos reputados, de pedigrí y con un curriculum cada uno que para sí quisieran muchos de los mierdas que se creen que han inventado algo. Con estos mimbres y lo que sabía de Música, que muchos pensarán que no era mucho porque su nombre era parte de un nombre y no el nombre que se nombra habitualmente, le salió un disco tan personal como apasionante, porque da gusto escucharlo cuando tiras de él para que la Música, esa que sale de las entrañas y de lo que se ha mamado tras años y años de carretera y locales casi vacíos o llenos de otras cosas, te empape.
Definir el estilo del disco me resulta bastante complicado, porque alguien como Levon Helm y quienes le acompañan dominan tantos y tan buenos que pueden salir airosos cuando se meten a hacer algo de Rock, un poco de Blues, atreverse con el Soul ya lejano en la época, incluso deslizarse por el Country Rock y salir... pues eso.
Como digo con ciertas obras, no se espere nadie la joya de la corona, o del parlamento (que para lo que hay, pudiera valer cualquier cosa de esos iconos creados a mayor gloria de las multinacionales y sus "maestros") pero si te apetece escuchar Música, de calidad, salida desde la sabiduría que da la quemazón de años y años comiendo mal y bebiendo mejor, subiéndose a un escenario con quince en la sala y acabar con un concierto de millones en cines, es un disco que nunca pasa de moda, que gusta por lo que da y jamás daña lo que ya sientes.

SIDE ONE:  Washer woman;  The tie that binds;  You got me;  Blues so bad;  Sing, sing, sing
SIDE TWO:  Milk cow boogie;  Rain down tears;  A mood I was In;  Havana Moon;  That's my home




De Vinilos y Otras Glorias MDCCLXVIII

Un músico que fue parte de la historia cuando formó parte de esa historia, al margen de querer o no serlo, que a veces nunca se sabe.


Rick Danko (Rick Danko) 1977


Uno de los integrantes de una banda que marcó una parte de la historia de la Música USA (y eso que los tíos tenían sus raíces en Canadá, ese hermano "pobre" que de vez en cuando les endulza las mentes) la banda con mayúsculas, "The Band", se lanzó a su carrera en solitario cuando el grupo decidió entre pompas y alegrías (y un pedazo de concierto ayudados por los miles de amigos que tenían en el mundo musical) dejarlo todo.
Disco de autor, aunque no lo parezca y nos pueda llevar a engaño el señuelo del Rock en el que se mueve porque de eso sabía un rato, personal e intransferible, sin tener que dar explicaciones del por qué de cada tema, cada composición llevada hasta las estrellas, cada segundo de una Música que le salía por las venas.
Encontrarse Rock, R'N'B, un poco de Cajún, Blues... todo lo que este tío había mamado y hecho, es tan fácil como dejar que la aguja acaricie el vinilo, te entre lo que sale por los oídos y dejarse llevar. El típico (que no tópico, que para eso ya tenemos muuuuuuchas mierdas enlatadas) disco que se escucha con la facilidad que deja la buena Música, que te entra por vena y no sale, que nunca, jamás, molesta, estés con una cerveza, hablando del universo o ese bourbon que a veces quema maravillosamente la garganta, porque estos tíos estaban sobrados para saber y dejar que la gente supiera.
Pero que no se preocupen los popes, esos que saben de todo y nunca te dicen nada, los que saben mucho más y salen en lo principales (no sé el número, ya me pierdo, cuarenta, treinta y cinco, sesenta y ocho, noventa y dos...) no es una joya ¡¡vive dios!! que para eso ya están otras cosas, eso sí, si escuchas "Sip The Wine" o "Sweet Romance" y no te estremeces, es que estás muerto, seas pope o el papa, y con esa voz diciéndote que la Música aún merece la pena y recitando, cantando, dejando que la guitarra entre y te lleve... ¡¡joder!! es Música, pura y maravillosa Música. 
Escucha Música, de calidad, por favor, y si de vez en cuando te encuentras con discos como este, párate y piensa que quizás sea todo más fácil de lo que parece, lo que te cuentan o lo que pretenden, eso sí, con gente como Rick Danko, que de quemarse sabían un rato.

A:  What a town;  Brainwash;  New Mexicoe;  Tired of waiting;  Sip The Wine
B:  Java Blues;  Sweet Romance;  Small Town Talk;  Shake It;  Once Upon A Time

De Vinilos y Otras Glorias MDCCLXVII

Un tipo que anduvo perdiéndose entre la inmensidad de la Música, especialmente el Blues que hacía, y que dejó algún momento para disfrutar de ello.


John Campbell (One Believer) 1991


Cuando conseguí el disco de John Campbell, perdido en uno de los cajones que nadie miraba de una vieja tienda de discos, hacía pocos meses que había salido al mercado. No sé si me llamó la atención el precio (casi me dan dinero) la cara de desgarrado impenitente que ya lo ha vivido todo que ofrece la foto de la portada, o esa mirada desafiante con su guitarra en el insert.
El caso es que me lo llevé y cuando puse el primer tema me encantó haberlo comprado. Jamás pensaré que "One Believer" es una joya, ni una demostración del Blues eléctrico más auténtico, ni siquiera... pero al menos para mí es un disco hecho con las tripas, las que llevaban a Campbell y a tantos otros a lo largo de la historia de amar la Música y este estilo en particular, a dejarse la vida con cada nota sin un reconocimiento más allá de los límites que se podían permitir.
Cuando grabó el disco tenía 39 años y dos años más tarde falleció. Es lo que menos importa, porque estos músicos son carne de cañón y de muchas cosas, pero las fotos del álbum presentan a un tipo ya pasado de todo, que parece esperar lo que venga, pero las imágenes con la guitarra son... él mismo.
Blues, Blues y más Blues, diez temas que son eso, ni más ni menos, no está el Olimpo bajado al vinilo ni una inaudible colección de temas, son un puñado de vómitos sacados en clave de esa Música tan especial, algunos habituales, otros más elaborados y algunos, como "Take Me Down" o "One Believer", dejan claro que el tipo sabía lo que hacía y de qué iba esto, porque lo llevaba metido en vena. 
La guitarra suena para embaucarte, la slide te agarra y no te suelta, y esa guitarra de acero que además se hace más dura cuando vibra en sus dedos, tiene un regusto a "Delta Blues" más que gratificante.
No hay mucho más, pero no hay menos. Si te gusta el Blues, disfrutarás, si piensas que los que escupen sangre cuando cantan son parte de las películas, escucha "One Believer" y sabrás que son tan reales como los que jamás tienen la oportunidad de demostrar su talento en un vinilo y se van a la tumba tocando en esquinas y tugurios.
John Campbell guitarra, slide guitar, national guitar y voz. Richard Cousins bajo. Jimmy Pugh teclados. Lee Spath batería. Jimmy Petit bajo. Davis McLarry batería. Antoine Sally bajo.

SIDE A:  Devil in my closet;  Angel Of Sorrow;  Wild Streak;  Couldn't do nothin';  Tiny Coffin
CARA B:  World of trouble;  Voodooedge;  Person to person;  Take me down;  One Believer

De Vinilos y Otras Glorias MDCCLXVI

Un curioso artefacto que en su día impactó con su llegada (nunca he sabido las razones) como pasa al contrario en este mundo que es la Música.


The Flock (The Flock) 1969


Una propuesta interesante y arriesgada, no por ello exenta de calidad, aunque en mi opinión se desmadró la cosa un poco más de la cuenta, pero en eso, como en todo, para gustos...
Girando alrededor de la figura, y el violín por supuesto, del carismático Jerry Goodman, el grupo propone una suerte de mezclas de estilos que van desde la Psycho, el Rock, el Blues e incursiones en lo jazzy (aunque ni de lejos es la Música que predomina según muchos popes de altos vuelos, o me estoy quedando sordo) con los desvaríos al uso de Goodman, que salvo en un tema donde cambia las cuerdas de su violín por la acústica, se da un festín con ese instrumento tan universal como histórico.
La primera canción del álbum, "Introduction", una preciosidad instrumental, ya deja muy claro que el sonido de la banda es el que es, con el violín dominando todos los tiempos, un solo desde la primera nota hasta terminar los 4'50'' del tema, y al siguiente.
Todo el disco es una exhibición tras otra de Goodman, con las composiciones girando alrededor del sonido desgarrado del mismo, y sólo en contadas ocasiones, como "Store Bought-Store Thought", la guitarra toma el mando de las operaciones y regala una salvaje cabalgada con solos lanzados a la yugular.
La verdad es que el sonido de los vientos son los que más me chirría del disco, porque la banda clásica siguiendo al líder no suena mal. y momentos como el brutal Blues que cierra el trabajo, "Truth" y sus 15'25'' se quedan un poco más suaves por esos vientos, cuando podría ser tan abrasador como lo que suena al margen.
Disco que en su día fue un alboroto, especialmente en la zona de Chicago, de donde provienen, la demostración de sonidos sin fronteras suene lo que suene, y esos momentos en los que uno cree que está lejos de lo que la Música sugiere hasta que la banda de nuevo te pega la patada cuando el violín descansa (si es que alguna vez, salvo la ya mencionada, lo hace)
Fred Glickstein guitarra y voz solista. Jerry Goodman violín, guitarra acústica y voces. Jerry Smith bajo. Ron Karpman batería. Rick Canoff saxo. Tom Webb saxo. Frank Posa trompeta.

CARA A:  Introduction;  Clown;  I am the tall tree;  Tired of waiting
CARA B:  Store Bought-Store Thought;  Truth