viernes, 16 de abril de 2021

Surcos del Siglo XXI - 350

 Desde el lugar donde lo prohibido comienza a tener sentido


Acid Mothers Temple And The Melting Paraiso UFO (The Ripper At The Heavens Gates Of Dark) 2011




Quizás debía ser algo así lo que acompañara a la celebración de hoy, o quizás el desaguisado que tengo en la mente me provoque la necesidad de estas maravillosas desviaciones en clave de friki, pero ya que ha llegado a mis manos este monumento a la nada y al infinito, vamos a por ello.

Afortunadamente sigue habiendo iluminados que creen en recuperar lo que está ajeno al universo, y de vez en cuando se reeditan joyas como esta que representan en lo musical la cumbre de la libertad creativa, y eso no tiene precio.

Tras el título sugerente, enorme y casi de novela de terror, nos encontramos con un doble disco de este grupo que no sabe de límites porque no cree en ellos. Una obra que divaga sobre la sensualidad y el erotismo desde su portada, el precioso interior y algunas de las palabras y frases de su presentación, y que se transmite a la Música en un espacio de profunda musicalidad donde todo (de nuevo dado quienes son) es posible. "The Ripper At The Heavens Gates Of Dark" no es una obra cualquiera, porque en el caso de Acid Mothers Temple & The Melting Paraiso UFO descargan en los cinco temas que la componen una esencia donde la Música además de escucharse se siente, se percibe como parte de lo que uno es, impregnando los sentidos, la piel, el propio cuerpo.

La invitación visual no es un reclamo que falsee lo que contiene el doble vinilo, es una parte más de esta obra que hace que los cuatro iluminados que componían la banda en el momento de su creación, lejos de dividirse en egos independientes, formen una maravillosa orquesta dirigida a engullirte en lo que hacen, y así hacerte suyo.

Un poder de seducción en la Música más extrema combinado con el virtuosismo de los músicos hacen de este disco una orgía sensorial, emocional y creativa, que se disfruta como un orgasmo deseado por lo que representa.

Tsuyama Atsushi bajo, flauta, voz, recorder, guitarra acústica, cosmic joker. Higashi Hiroshi teclados. Shimura Koji batería. Kawabata Makoto guitarras, bouzouki, sitar, teclados, percusión.


SIDE A:  Chinese flying saucer;  Chakra 24

SIDE B:  Back door man of ghost rails Inn

SIDE C:  Shine on you crazy dynamite

SIDE D:  Electric death mantra

Diez (X)

Desde el lugar donde lo prohibido comienza a tener sentido


X


Tan dado como soy a la numerología romana, en el título no podía faltar, aunque sea por lo que significa y que no de lugar a error, ponerlo después de...

Dicho ésto, me llena de orgullo, satisfacción y me provoca un placer incontenible (todo tipo de placer, ¡¡qué leches!!) poder decir que tal día como hoy, hace ya una década, comenzó un sueño que no sabía si sería la búsqueda de algo que me mantuviera despierto por la etapa de mi vida que comenzaba o simplemente el vínculo que me mantendría unido en la eternidad a esa pasión que llamo magia y que es Mi Música, Mi Esencia, gran parte de lo que soy.

Parece mentira, y conociéndome nunca hubiera apostado a todo o nada por la odisea que surgió, pero "Paseando Por Los Sueños" cumple diez años, una década ya para un espacio que solo pretende ser ese lugar donde la Música (y algo más, por qué no) fluya libre, emocional, por encima de nada que no sean las emociones y los sentimientos que provoca.

Diez años, o X años que queda muy bien, haciendo que el sueño de un friki impenitente se una o entremezcle al de todos aquellos que habéis tenido la osadía de meteros en este mundo, en un universo donde la eternidad es tan cercana que nos apasiona sentirla.

Desde mi alma de apasionado melómano, incondicional de los sonidos de calidad que nos hacen soñar y ver en la oscuridad, GRACIAS INFINITAS a todos los que habéis hecho posible que siga, que el Diez, la década y el X sean reales, y a los que creéis que a través de la Música, Nuestra Música, aún es posible.

Por supuesto gracias a todos mis Mentores, que durante más de cuarenta años han creado lo que mi mente ahora recrea, a los que se han ido sumando por el camino, antes, durante y después, y por supuesto a mis Amigos de Negro Vinilo, sin los cuales no estaría aquí.








domingo, 11 de abril de 2021

Somos lo que nos falta, no lo que tenemos

 


Es posible que en este mundo en el que nos movemos exista un solo placer, el de estar vivo, y es posible que todo lo demás sea miseria, pero aún quedan instantes para eludir esa miseria, a través del poderoso afrodisíaco con el que me elevo por encima de lo terrenal, mi imaginación, y todo lo que arrastra.

Es esa “hierba” de cultivo personal, la que comienza a funcionar algunas ocasiones, como esas noches de soledad aplastante en las que me siento queriendo estar y no pudiendo. El tiempo, ese inexorable parámetro de nuestras vidas, marca el antes y después en el conjunto de acontecimientos que me llevan por los insondables caminos de la búsqueda, y quizás mi cuerpo, y en especial mi mente, lleven demasiado trayecto sin la tranquilidad necesaria para sentir, en estado puro, y así, sentirme.

Una noche más, una jornada más, los ojos desorbitados indican que la odisea por recuperar esa necesidad humana del sueño se acerca lentamente, y el descanso que no llega, junto con la impotencia de no bostezar me hacen buscar de nuevo esa inseparable amiga de situaciones imposibles, y esta vez, porque sí, funcionó. No tuve que cerrar los ojos, eso ya vino solo, pero ni la pantalla del televisor ni la tenue luz que me incita al sueño me distrajeron de lo que comenzaron a ser imágenes claras en mi mente.

Me encontré en un café, un coqueto lugar mil veces retratado en las viejas películas parisinas en blanco y negro, en uno de los muchos rincones del encantador “barrio latino”, mirando por la ventana e intentando descubrir qué pensaban los transeúntes que desfilaban ante mis ojos. No sentía la necesidad de moverme, tan sólo el espacio que abarcaba con mi mirada era un mundo dentro del propio universo recreado, dándose cita miles de instantes de cualquier situación cotidiana.

Nada de lo que ocurría a mi alrededor disturbaba el momento, cada sensación se desarrollaba con absoluta naturalidad, hasta “perder” por completo, y de forma consciente, la fina línea que en ese momento separaba realidad y ensoñamiento. Percibía cada persona, sus más íntimos deseos, creados por mí, pero eran parte de ese subconsciente que me permitía vagar por el infinito espacio de mi imaginación, un lugar sin límites, embriagándome de mis propias sensaciones.

De pronto, una mano suave, cálida y amable se posó sobre mi hombro, y al girar la cabeza me encontré con un alma gemela de emociones contenidas, de desgracias ajenas en el corazón amado, de llantos por el tercero que se derrumba, me encontré con la mirada dulce de mi querida amiga de confesiones últimas, me encontré contigo.

La conversación no tardó en llegar, mientras comenzaba a cerrar los ojos y a sumirme en mi propio sueño, con la seguridad de la soledad que da la noche cuando sólo tú eres prisionero del insomnio, y dejé que mi deseo me llevara, que me calmara, que me dijera qué quería. Nos encontramos hablando de nosotros, de nuestro mundo, de nuestros amores, de la tristeza del alma, y de pronto, quizás porque el guión lo escribía mi alma, te tomé de la mano y besé tus dedos, llevándolos uno a uno sobre mis labios, haciendo que recorrieran el entorno de una boca que quería hablar, pero que deseaba besar.

Tus ojos entornados por el momento dejaron paso a una caricia en mi mejilla, a una lágrima furtiva que recorría la tuya, puede que de felicidad, quizás de comprensión, de anhelo, de emociones contenidas... y nos vimos paseando por los Campos Elíseos, sujetando el brazo del otro para evitar escapar, mirando las tiendas sin ver nada, descubriendo la magia de un momento que no sabíamos por qué se estaba produciendo.

El camino que nuestros pies marcaban era la senda que les indicaban nuestras almas, dos entes poseídas por el deseo de vivir, a veces constreñidas por las ganas de hacerlo. Tus ojos en los míos penetraban hasta lo más profundo de mi mente, atravesaban mis entrañas y me provocaban esa sensación de felicidad, de paz, que tantas veces me posee en tu presencia.

Llegamos a ninguna parte, quisimos estar, estuvimos, nos amamos, descubrimos lo que podíamos saber, lejos de todos los lugares y del momento, saboreé tu piel excitada, besé tus labios como siempre quise, me hiciste feliz amándome también, y terminamos con un cuadro de luces bajo Notre Dame, en la última fotografía que mi mente admitió.

Al igual que el horizonte en una noche de estrellas infinitas, el fundido en negro de mis sentidos me indicó que el trayecto llegaba a su fin, y las imágenes nítidas y claras dieron paso a un torbellino de sensaciones que fueron cubriendo mi mente, mi cuerpo, mi espíritu, mi ser por completo.

El reloj continuaba su camino inexorable, marcando las vidas, cada latido del corazón humano, indicando en números lo que no puede medirse si no es con los sentidos, y la naturaleza, cuando se transforma en deseo a través de la imaginación, hizo el resto.

No quise irme de aquél “lugar”, busqué, por una vez, engañar al tiempo, y tuve un poco más de mí mismo, contigo, con mi mente, arropado por los miles de sueños que me conducen hacia donde quiero.

Es posible que el único placer sea el de estar vivo, pero aún, en algunas ocasiones, puedo encontrar algo en la miseria.

Poster


 

Old Time Rock And Roll

 


Fluye en mí esa inspiración del desgarro, que me transforma en un ser que apenas distingo, cuando escribo, leo, recito o sueño despierto, y sin embargo es fascinante saber que está ahí, en mi interior, dormitando, fuera del alcance de los hombres.

Desde ese lugar que no busco y que encuentro cuando estoy conmigo mismo, me siento libre como nunca había sido, quizás porque no podía adivinarme como hasta ahora, quizás porque el camino ha llegado a su estación término.

Son mis “cuentos no contados”, los de mi propia vida, los que me he negado a mí mismo tantas noches sin saber que los necesitaba, por ser etapas de mi existencia, porque, para bien o para mal, los he narrado yo, con la voz del desengaño, con las escasas fuerzas del abandono, con el oscuro sentimiento del vacío más intenso.

Cuando acabé la senda del adiós y decidí llegar al final completo, me tuve de otra manera, como ahora me siento, y sé que estoy en buenas manos, las mías, las que nunca me dejarán caer.

Nunca sabré a ciencia cierta si fui lo que soy o lo he sido después de no saberlo, pero ahora lo he descubierto, en los instantes en los que dejé que mi alma, convertida en pluma, desparramara lo que mantenía sujeto como un salvavidas de mi existencia, lo hiciera salir y volara buscando ese infinito al que aún me dirijo.

Seguiré desgranando etapas, serán mis “partes...” incompletas, pero ahora puedo decidir cuando comienzo y acabo una historia, sin límite de tiempo, descubriendo el espacio en el que se extiende, y firmando mis propias obras.

Hay cosas en esta vida que no pueden ser condicionales, o se toman o no se toman, no se pueden hacer en función de lo que te digan, te hagan, te esperes... porque, seguramente, lo que te digan, hagan o esperes nunca será lo que realmente quieres.

sábado, 10 de abril de 2021

Poster

 


The Gaslight Anthem

 



Si te gusta la Música que sabe a eso mismo, disfruta con esta demostración de autenticidad, al menos hasta que el iluminado de turno lo quite de la "Red Global"

Calma

 


Beso tu cuello desnudo, recorriendo con mis dedos los músculos tensos por la miseria que nos oprime. No temas, mi amor, estos instantes serán tuyos, no más desaires, no más palabras que no debemos escuchar, no más mentiras en boca de quienes dicen querer, sólo tú y yo, dos almas gemelas buscando encontrarse.

Mis labios siguen por tu cuello, llegando hasta los hombros a los que deseo relajar, los beso, humedezco con mi lengua, sientes por fin mi aliento recorrer tu piel, una caricia, un momento intenso y mis dedos llegan hasta tu pecho, haciendo mío suavemente cada instante de tu piel desnuda, erizada, deseosa de estar... excitada.

 

No temas por el tiempo, he detenido todos los utensilios que marcan nuestro destino, somos infinitas y en estos momentos tu mundo es el universo que te ofrezco con mis manos, mis labios, mis pechos expectantes y mi sexo que anhela rozar el tuyo y tenerlo, cuando siento un pequeño susurro que es un gemido ahogado buscando pedirme... pero no debes hablar, ni pedir, porque te daré sin más, eres lo que deseo, ese alma que me ayuda y que ahora yo hago mía para salir de estos barrizales a través de nosotras.

Sigo besándote, recorro tu espalda con mis labios mientras mis dedos toman tus pechos, los acarician, miden y vuelven a dar, el calor nos inunda y siento, a través de tu olor, que la excitación nos invade.

Tú me sientes a mí porque pegada a tu precioso culo mi intimidad te va llenando, esa humedad que surge porque tú la provocas, y en un instante las dos sabemos que somos por la otra, tú dejándote hacer, yo haciendo por el placer de verte gozar, sonreír, gemir, gritar... sigo contigo, por siempre, besando, chupando, girando tu cuerpo para tener lo que siempre he deseado, y mis manos temblorosas buscan cada rincón, hasta llegar a ese lugar donde me pierdo en mis sueños.

 

Tus ojos cerrados, mis manos llenándote, entro en ti, coloco mi sexo entre tus piernas, me siento, te hago partícipe mientras mis manos buscan en tu vientre, jadeas y tu voz entrecortada me llama, volviéndome loca de pasión, es cuando tu cuerpo se arquea buscando el infinito y con mis dedos dentro de tu alma me abrazas para reventar en un maravilloso momento que llamamos orgasmo, que deseamos... que es el infinito y nosotras dos.

Tu placer me ha llevado contigo, escucharte, sentirte, olerte, mirarte me ha atravesado, y mis dedos, mi mano, mi cuerpo lleno de ti siente lo que nunca se olvida, el deseo por alguien que se quiere.

Déjame quererte de nuevo, nunca será bastante...

Música

 


Comentaba con un aficionado a la Música (comentaba yo, él quería discutir porque lo que pensaba de la Música era la "hostia puta", que dicen por un lugar de la piel de toro) que eso de los planteamientos sociales y políticos de los sonidos debían ir siempre de la mano de la calidad, y él (enamorado de la lucha callejera) decía que no era una obligación.

Perdona chaval, pero la Música es algo muy serio, al margen de la seriedad que tú le quieras dar a la quema de los objetos que te encuentres por la calle. Es tan seria la Música que cuando nació el alma se derretía, los que la creaban lloraban y morían por ella, la pasión era su signo de identidad, y la verdad absoluta (afortunadamente) nunca existía al escucharla.

Me miraba con terror, con odio, con ganas de cercenar la garganta del hereje que decía tamañas aberraciones, es decir, con el mismo conjunto emocional de la nada más absoluta nacida de los cabestros, los ignorantes, los zafios y los que piensan en una dirección con las orejeras de burro tapándoles el rostro.

No me provocó ningún atisbo de emoción su mirada, simplemente me dio una risa interna que no quise controlar (los gastos de mis progenitores en la educación durante años han dado sus frutos y no quiero faltarles al respeto, a mis progenitores, se entiende) pero en lo externo fue otra cosa. Aludí a la Música, su esencia y lo que en sí misma provoca cuando es de calidad, cuando llega a las entrañas por lo que es, cuando revela, enamora, ama, siente, devuelve y hace ser más allá de todo, y simplemente no lo entendió.

Son esos momentos en los que me siento un rara avis, un friki dentro del desmán social en el que nos movemos, en los que me siento orgulloso de que la Música sea para mí un todo, un ente que engloba la verdad, la mentira, lo que es, lo que debería ser... pero desde esa perspectiva de auténtica libertad que te da tenerla en el alma, no queriendo meterla a golpe de mierdas y basura.

Música, amor y pasión, pero con la calidad por bandera, pero esas banderas que no son trapos de colores que visten de mierda lo que no es, sino las que derraman emociones, sentimientos, llantos y susurros nada contenidos.


A.R. / K.S.

Pedal To The Metal

 


Amor Salvaje II

 


La suavidad del sexo que estaba comiendo, con los carnosos labios deslizándose entre los míos se fue convirtiendo en una carne áspera, rugosa, con el penetrante olor ahora sí de animal en celo y una cantidad inmensa de vello apareciendo ante mis ojos, mejor dicho ante mi boca, porque los ojos los tenía cerrados, lo cual me hizo separarme para averiguar qué pasaba.

Me incorporé en lo que pude, con mi boca llena de... todo, y un ser mitad mujer mitad animal se presentó ante mí; con mi sexo erecto por las emociones anteriores y mi mente intentando asimilar lo que ocurría, dos manos enormes de afiladas garras me sujetaron, y tomándome como un muñeco me tumbaron haciéndome partícipe del final del proceso de transformación de lo que era una chiquilla encantadora, de preciosas formas y piel suave (salvo por el olor a perro en el sexo el resto estaba todo en su sitio y muy bien puesto) a lo que iba, la transformación en un animal de aspecto salvaje y facciones bellas (para un animal) pero de mirada penetrante y ojos inyectados en fuego. 

No sabía qué pensar, porque mi erección seguía a tope, de lo que se dio cuenta esta licántropo que con sus patas o manos (no sé qué corresponde a cada caso) comenzó a recorrer mi sexo y olerme cada centímetro de la piel, saboreando con su lengua, mucho más larga ahora, las partes más íntimas de mi anatomía.

No podía moverme, ni charlar, porque no entendía nada de lo que me decía, y tras otro aullido que casi me corta el rollo, más que nada porque al estirarse hacia la luna vi el tamaño real de mi, digamos, compañera, comenzó a trabajarme el sexo con su lengua en una felación entre maravillosa y animal, nunca mejor dicho. 

Ya no sabía si era la luna, la lengua larga, muy larga, los colmillitos de acero toledano que de vez en cuando me daban un gustirrinín y un repelús al mismo tiempo que no veas, y sobre todo la pelambre que ya ocupaba todo el animal que tenía allí al ladito (unos dos metros de animal con ojos rojos, pelambrera de primera calidad y garras afiladas) pero ni me corría, ni me bajaba la excitación, estaba en un estado extrapolado a este mundo, así es que la licántropo se iba animando, cada vez se ponía más, y como si nada, en plan muñequito de feria me tomó de nuevo, se echó boca arriba sobre la hierba y con la luna como testigo me clavó en su sexo peludo al tiempo que aullaba y rugía como una animal (bueno, como lo que era)

Por si acaso comencé a moverme, los pelos ya me molestaban menos, todo es acostumbrarse, lo que no sabía era qué hacer con las manos, porque no podía agarrar nada de aquello, así es que poniéndolas a ambos lados de su cuerpo, evitando en lo posible esos colmillos descontrolados, empecé a follarla, aunque la verdad sea dicha, creo que cada movimiento de sus caderas me levantaba un palmo del suelo y cada vez que caía me metía hasta el alma en aquél ser de leyendas y cuentos que ahora se encontraba ante mí, por lo que creo que en realidad era ella, o eso, la que me follaba a mí.

Sentía mi cuerpo dolorido, como si fuera a romperse, y en otro alarde de animal sin freno y conmigo dentro se giró y comenzó a cabalgarme hasta que descargué completamente todo lo que llevaba en mis entrañas. Al sentirlo sus ojos se volvieron blancos y mirando hacia el cielo, con la luna marcando su aliento entendí que también llegó hasta el placer más intenso que haya experimentado nunca estando con alguien o en este caso con algo.

Afortunadamente se desplomó a mi lado, porque semejante espécimen me hubiera aplastado, y los siguientes minutos, que se me hicieron eternos, los pasé observando cómo un cuerpo de animal de pesadilla se iba transformando en la preciosa y dulce mujer que había conocido el día anterior, recomponiéndose mientras se retorcía de dolor, sus huesos sonaban como si fuesen a resquebrajarse y sus ojos perdían esa sangre que los inyectaban para volver a la mirada serena y encantadora.

Estaba destrozado, como si me hubieran dado una paliza, lleno de arañazos, pelos y fluidos desconocidos para mí, mirándola absorto sin saber qué hacer, comprobando cómo la luna desaparecía entre las copas de los árboles y el corazón de ambos latía al unísono, algo que me llamó poderosamente la atención.

La campiña se presentaba preciosa, con el frescor de la mañana inundando los sentidos, y yo no sabía qué narices había pasado, aunque intentaba poner en orden mis ideas, por aquello de...

Era obvio que no podía contar nada de lo que me había pasado, así es que decidí esperar a la próxima luna llena y en esas estoy, con esta preciosa mujer, delicada y de formas perfectas, sexo rasurado y piel suave, a ver si nos podemos arañar mutuamente cuando aullemos juntos uno dentro del otro y hagamos el amor como animales (¿cómo animales?)

 

Baddest Girls In Town

 


Amor Salvaje I

 


La campiña se presentaba preciosa, con el frescor de la mañana inundando los sentidos, el verde de la hierba, hierbajos y demás especímenes de pasto formando un manto que se extendía hasta donde la mirada podía abarcar, lo cual no significaba que fuese el fin del mundo, porque mi mirada llega hasta donde llega, no más, y los primeros rayos del Sol ya se atrevían a atravesar las copas de los árboles para avisar que el nuevo día había llegado.

Una pequeña bruma realzaba el paisaje, dibujando una escena típica de una película de intriga, traiciones y desamores, cuando algo ha ocurrido al amparo de las sombras de la noche y se espera el descubrimiento de cualquier cosa terrible o algo va a pasar aprovechando las primeras luces y el sueño que abraza a los humanos.

Aparte de la bruma, el chirriar en mis oídos de los millones de ruidos provocados por los animalitos que ya se aprestaban a hacerse notar me indicaba que me levantara del duro suelo y buscara otro lugar dónde destrozara menos mis riñones, por lo que me incorporé con un esfuerzo extra de mis sentidos y observé todo a mi alrededor, por si pasaba algo digno de tenerse en cuenta.

A fe de ser sinceros, creo que no había nada que pudiera pasar a mi alrededor, encima o debajo de mí más impactante que el hecho de haber dormido con una mujer lobo, pero como se suele decir, “todo es mejorable” y después de esa noche ya me esperaba cualquier cosa.

Mirándola ahora, tumbada sobre la hierba, con el aspecto angelical con el que la conocí en la taberna del pequeño pueblo de Wolf City (que por cierto me podía haber dado una pista por el nombrecito) nadie podía imaginar que entre mis brazos se fuese a despertar una fiera poseída por la maldición de la luna llena, pero pasado el primer susto he de reconocer que la experiencia no estuvo tan mal. Sí que sentí algo extraño cuando en pleno frenesí sexual me animé a devorarle (perdón, a comerle, que parezco uno de ellos) el sexo y el profundo olor que emanaba de sus entrañas me recordaba mis años de cuidador de perros en la granja de mi tío Lica, pero quizás por esa cercanía al mencionado olor no le di la importancia que debía, y continué intentando dejar bien alto el pabellón para darle a esa chiquilla de aspecto maravillosamente femenino (en esos momentos, claro) la mejor noche de placer de su vida.

Paseábamos agarrados de la mano, con ganas de devorarnos (perdón de nuevo, se me debe estar pegando algo) comernos a besos, quería decir, y aunque la notaba inquieta, mirando al cielo y sobre todo al lugar por dónde la luna debía surgir, no tuve en cuenta que sus pupilas se empequeñecían y su sonrisa digamos se hacía más prominente. Me abrazó, tomó mi lengua con la suya, que ya había crecido un poco más, otro detalle que obvié, tan enfrascado como estaba en el placer que debíamos darnos, y me echó al suelo, donde comenzamos los preliminares de lo que se suponía sería (y fue, vive el cielo) la más salvaje noche de amor de mi vida. 

Sin apenas darme cuenta estaba desnudo, nada de sutiles prolegómenos de ropas deslizadas suavemente por el cuerpo, más bien arrancadas sin ningún miramiento por unas manos que no demostraban la fuerza que en ese momento parecían tener, algo que achaqué a la pasión con el que mi compañera quería demostrar lo que deseaba, y una vez desnudos sobre la hierba comenzamos el ritual.

Tomó mi cabeza y la bajó hacia sus piernas, encontrándome frente a un sexo rasurado y precioso que pedía ser devorado, perdón, comido por mis labios, mi lengua, y fue en ese momento, mientras recorría los espacios sublimes de la intimidad femenina, cuando un aullido salvaje rasgó el silencio de la noche, un sonido que me penetró en mis entrañas cuando, en pleno éxtasis, me sugerí a mí mismo que debía estar haciendo el mejor de los trabajos que nunca le habían hecho a mi compañera, sin advertir que podía (y de hecho era así) ser otro el motivo de, digamos, su alegría incontenible.

Cada vez que mi lengua entraba en su cuerpo, y mis labios tomaban su clítoris para saborear el néctar que me entregaba a borbotones con ese peculiar olor que me transportaba a tiempos pasados de granjas, campiñas y perros salvajes, un aullido aún mayor que el anterior atravesaba la noche, sintiéndome orgulloso por lo que conseguía, y comenzando a excitarme de manera también salvaje.

Su esencia me llenada completamente, su cuerpo se movía con convulsiones desconocidas por mí hasta ese instante, y los sonidos de la noche se mezclaban con los jadeos en forma de más aullidos de la mujer que estaba entre mis brazos (aunque esto es una forma de hablar, porque realmente quién se encontraba entre sus brazos, piernas y todo su cuerpo era yo, dado que una chica preciosa, de unos 170 centímetros estaba creciendo por momentos cubriéndome entero) hasta que un pequeño detalle me hizo sospechar que algo iba mal.

domingo, 4 de abril de 2021

Yamamoto Takato XVI

 


Anekdoten (From Within)

 


Yamamoto Takato XV

 


De Vinilos y Otras Glorias MMCCCLX

 Desde el lugar donde lo prohibido comienza a tener sentido


The Rolling Stones (Let It Bleed) 1969




Señoras y señores, niños y niñas, maduritos y maduritas, elementos emocionales y frikis, nos visita a este nuestro espacio una joya, o mejor una Joya, para que quede la cosa más o menos clara por la J.

Dentro del impresionante e irrepetible espacio de tiempo que abarcaron cinco años de auténticas orgías sensoriales, y del que se puede discutir cuál antes, después o al mismo tiempo, este "Let It Bleed" me parece una auténtica barbaridad y un manual de Rock hecho con todo lo que dos de los más grandes creadores de la historia de la Música moderna tenían, talento y genialidad a borbotones.

La verdad es que el título viene que ni pintado a este monumento de la Música, porque tras escucharlo lo único que puedes tener es una hemorragia de satisfacción que te haga sangrar por todos lados (por todos, sin excepción) porque no hay ni un resquicio en el disco que baje de la palabra genial. Todo en él es una sucesión de sentimientos realizados con el alma, y así les salió.

En un período de transición en la banda en lo referente a los componentes y la historia sin final feliz de alguno que otro, la superposición de un genio que entendía los sonidos como pocos llamado Mick Taylor, se unió a la brutal capacidad para componer joyas del Rock de Mick Jagger y Keith Richards, y la conjunción de los astros provocó este disco que juega con períodos atemporales del Rock creando un viaje musical único.

No creo que se tenga que decir mucho más al respecto de esta Joya, simplemente que si se tiene un mínimo de sensibilidad y te gusta la Música se disfruta con una facilidad tremenda, porque entra sola. Si además el Rock es lo que te mueve las entrañas, "Let It Bleed" puede llevarte al infinito sin viaje de vuelta, una auténtica pasada.

Mick Jagger voz, armónica. Keith Richards voz, guitarra, bajo. Charlie Watts batería. Bill Wyman bajo. Mick Taylor guitarra, slide. Brian Jones percusión, autoharp.


SIDE ONE:  Gimmie Shelter;  Love in vain;  Country Honk;  Live with me;  Let It Bleed

SIDE TWO:  Midnight rambler;  You got the silver;  Monkey man;  You can't always get what you want



De Vinilos y Otras Glorias MMCCCLIX

 Desde el lugar donde lo prohibido comienza a tener sentido


Spooky Tooth (It's All About) 1968




La primera entrega del grupo inglés Spooky Tooth es un tratado de Música de buen gusto, con una calidad enorme y la demostración de que los miembros de la banda sabían lo que se hacían.

Rock Psycho de altísima calidad, un álbum que no deja indiferente y que llena muchos espacios emocionales con una Música preciosa, enormemente bella.

La cuidada y elaborada composición de los temas propios y las versiones realizadas con un gusto exquisito de los que les son ajenos componen un collage de buena Música, de calidad dentro de un espectro, el Rock Psycho, que no hace sino abundar más en las maravillosas creaciones de una época mágica.

Para este álbum debut la mente de Gary Wright pareció encontrar el éxtasis creativo, y los temas compuestos por él o en los que participa (aunque si nos ponemos a mirar con detenimiento el hecho de que en esas composiciones haya miembros de la banda hace del disco una obra coral) tienen un gusto a exquisitez que abruma, sin dar opción a que en ningún momento parezca algo que no sea de una linealidad dentro de la calidad tremenda.

La voz de Mike Harrison lleva en volandas los conjuntos corales, algo importante en los temas y que se nota por la manera de interpretarlos y conseguir un elemento añadido que parece surgir entre los instrumentos con una energía maravillosa.

Un tratado de estilo, dentro de una Música hecha para soñar, con los ambientes conseguidos entre teclados y órganos que envuelven el todo, mientras que una sección rítmica de lo más eficaz sin necesidad de aspavientos sustenta cada tema sin esfuerzo.

"It's All About" hace disfrutar de la Música, porque todo en él tiene calidad, y en estos niveles la mente recibe una gozada tras otra, que no es poco.

Greg Ridley bajo. Mike Kellie batería. Luther Grosvenor guitarra. Mike Harrison harpsichord y voz. Gary Wright teclados y voces.


SIDE A:  Society's child;  Love really changed me;  Here I lived so well;  Too much of nothing;  Sunshine help me;  Weird

SIDE B:  It's all about a Roundabout;  Tobacco road;  It hurts you so;  Forget It I got It;  Bubbles;  The weight;  Luger's groove


De Vinilos y Otras Glorias MMCCCLVIII

 Desde el lugar donde lo prohibido comienza a tener sentido


Stone The Crows (Teenage Licks) 1971




Digamos que sin ser el último trabajo de la banda sí fue el último en el cual según la formación y lo que hicieron el nivel de lo que entregaron estuvo muy arriba.

Hard Rock tremendo, siguiendo los pasos de sus anteriores trabajos y sin dejar la línea de composición que les hizo tener durante varios años un lugar en el universo roquero como una banda con un futuro enorme.

Lo que hace que este "Teenage Licks" sea otro álbum que merezca la pena y mucho dentro de la discografía del grupo son varios aspectos que no por repetidos dejan de merecer la pena, más bien todo lo contrario. En primer lugar las composiciones de un buen Hard Rock que impactan de manera inmediata al escucharlas; a partir de aquí las interpretaciones gracias a unos músicos tremendos, comenzando por la voz sublime de Maggie Bell, ese tono desgarrado y profundo que hace sentir cómo los temas se te meten en el alma por la intensidad con los que los canta y cómo se vacía en ellos. La guitarra de Les Harvey provoca esa sensación de tempestad que el Hard ofrece, con una exquisita manera de tratar las seis cuerdas en unos solos increíbles y ritmos endiabladamente emocionales. El contrapunto perfecto a esa guitarra son los teclados de Ronnie Leahy, que se encuentran metidos en su justa medida, bien cuando arropan los temas con ambientes preciosos o cuando nos regala momentos de pianos y órgano como solistas.

La conjunción de todos los instrumentos junto con la voz de Bell consiguen un compacto sonido que hace que cada tema sea una losa que sugiere, aplasta y provoca el placer sensorial en el que se convierte en conjunto este disco.

Las influencias musicales que siendo ajenas al Hard han forjado a fuego este estilo no faltan en el álbum, y al final escuchas un muy buen tratado de Música de calidad donde nada es nuevo pero todo está perfectamente escrito y elaborado.

Si disfrutas de la Música, con este álbum no quedarás defraudado.

Maggie Bell voz. Les Harvey guitarra. Colin Allen percusión. Ronnie Leahy teclados. Steve Thompson bajo.


SIDE ONE:  Big Jim Salter;  Faces;  Mr. Wizard;  Don't think twice

SIDE TWO:  Keep on rollin';  Ailen Mochree;  One five eight;  I may be right I may be wrong;  Seven lakes




sábado, 3 de abril de 2021

Volviendo a la realidad VI

 


Cuando el agua nos llegó a la cintura y después de hacer un buen trecho a nado en dirección a las montañas, con las nubes descargando a su antojo todo el agua que querían, Asrán “El rey de la lluvia” consideró que todo debería acabar. Dejó de hacer gorgoritos con el agua, dejó de hacerse el distraído persiguiendo a peces ficticios y recuperando de improviso buena parte del aplomo, se puso de pie en aquel mar creado de la nada y pronunció el conjuro al revés; nuevamente las nubes sordas parecieron no enterarse, pero la gran manada quedó paralizada en el acto. La fiesta había terminado.

Las últimas gotas cayeron tan lentamente sobre nosotros que el sol, ofuscado y vengativo, las traspasó al instante.

Nadamos muchos kilómetros, perseguidos por los maternales abrazos del sol, que había redoblado su mirada; pero sus ojos entre tanta agua eran casi inocentes. Sin esfuerzo, llegamos a la altura de las montañas, pasamos entre ellas sin que la pendiente supusiera esfuerzo alguno. Y al llegar a la cima divisamos EL MAR...

Asrán estaba fascinado, su sueño se había cumplido.

Caminamos en dirección a la ciudad de Rostov, a la que tardamos en llegar quince días; por el camino, comimos y bebimos de la generosidad de los campesinos. Su alegría era inmensa, dado que hacía doce años que no llovía en la comarca; ni las generaciones más antiguas recordaban unas lluvias semejantes.

La ciudad de Rostov era demasiado grande para mí. Las avenidas se cruzaban y entrecruzaban sin que hubiera plazas por medio; era una ciudad dormitorio a la que sus habitantes sólo regresaban de noche para dormir, después de trabajar en las minas de cobre. De día los edificios estaban vacíos, casi todos eran de dos plantas con pequeñas diferencias, como los hermanos gemelos. Semejaban las celdillas de las colmenas de abeja. En ellas no había más que mujeres y niños que pasaban el día en la casa por no haber lugar para jugar. Asrán miraba los edificios contentísimo como si se encontrase en la tierra prometida.

Esta es una tierra rica, me decía.

¿Lo entiendes? murmuraba, mientras caminaba con las manos enterradas en sus bolsillos vacíos.

Decidimos marcharnos a la ciudad de Mariopol, mucho más pequeña que Rostov, pero que resultó más bulliciosa. La mayoría de las casas estaban dedicadas a la bebida; en ellas apenas había letreros que las diferenciaran del resto, las luces eran débiles debido al empalagoso humo. Los mostradores se improvisaban sobre dos toneles entre los que se vaciaban las botellas de ron.



Por la Eternidad y un día (Gracias por los Sueños)

Poster

 


Volviendo a la realidad V

 


Así que sin dilación ni remilgos puso manos a la obra. Desde el centro del círculo levantó los brazos tan alto como le permitió la estrechez de su ropa. Sus ojos interrogaron al cielo inmensamente azul marino.

ARRABULA MOJAMA ETOMBA YURUE EST DESENFRENO, gritó Asrán.

El cielo permaneció inmutable.

Me miró unos segundos. ARRABULA MOJAMA ETOMBA YURUE JALEA DESENFRENO, corrigió Asrán.

Pero el cielo, impertérrito, ni pestañeó un solo instante.

ARRABULA MOJAMA ETOMBA YURUE JALEA ETOMBA

ETOMBA, repitió Asrán, preso de excitación. ETOMBA sea, dijo cerrando los puños y mostrándome sus huesudos antebrazos llenos de arena. ETOMBA YURUE ¿dónde estáis?, ¿Queréis tomarme el pelo? ¿estáis sordas?, el chino me dijo que las tratase con dureza, que eran malévolas e indisciplinadas. Os vais a enterar...

Os llamo y os ordeno que vengáis; gritó desgañitándose.

Ahora mismo, concluyó arrogante...

El día se oscureció de pronto, tan bruscamente como la inteligencia y la serenidad desaparecen del hombre violento.

En los horizontes, porque era en todos los horizontes imaginables, comenzó a condensarse aquél maravilloso vapor que hace presagiar una lluvia inminente. Las nubes venían ahora a la carrera, como si tuvieran prisa por descargar el agua sobre nosotros, empezaron a adoptar formas de hombre, de mujer, de demonio, de sapo, y saltaban, y saltaban...No hacía falta que se uniesen para descargar chubascos, pero cuando se hermanaban lo hacían de una manera tan pasional, unas encima de otras, desfogadas, enloquecidas, como en una orgía irracional, jamás las vi disfrutar tanto...

Comenzó a llover. Dios bendito cómo llovía ¡nunca lo olvidaré!. Asrán reía y reía levantándolos dedos hacia aquellos gigantes que ahora marcialmente se anudaban por las caderas para comenzar a girar. ETOMBA les ordenaba con el índice a las nubes que aún no habían descargado agua y estas a regañadientes se desenganchaban del resto, y como si de un trabajo se tratara abrían los baños termales.

Pero aún hubo de ennegrecerse más el cielo. A Asrán, preso de poder, no le parecieron suficientes todas las nubes que llegaban y repitiendo el conjuro entero, invocó a las que no habían venido, a las sordas, a las despistadas, a las que estaban entregadas en otros campos; todas debían obedecer...

Me quité toda la ropa igual que lo había hecho Asrán. El asombro me había dejado tan calado como perplejo. Me bañé desnudo en aquella cascada salvaje. Asrán me abrazaba. Saltaba por encima de mí con los pellejos rojos como los cangrejos, mientras las nubes, sólo se concentraban en nosotros.

JALEA ETOMBA ETOMBA grité acompasándome a la voz de Asrán, pero aún así él lo hizo más fuerte. Le había atacado la fiebre del poder.

Poster

 


Volviendo a la realidad IV

 


Anduve dos o tres kilómetros más, hasta que conseguí llegar hasta él. Al acercarme observé que los dibujos de los pies no parecían los suyos, todo su cuerpo se había humillado sobre el suelo. Los ojos se desnivelaban moribundos sobre el horizonte. Lo incorporé a la vista como pude, tiré de su cuerpo pesado hacia las montañas, pero se derrumbó en el acto. Aún me quedaban unas gotas de agua en la cantimplora, le abrí la garganta con los dedos intentando que escupiera los surcos de tierra que tenía en la boca, pero era imposible, le introduje con tesón nuevamente la mano, ahora cerrada en su boca y a tirones le obligué a vomitar. La tierra salió a puñados. No tenía agua suficiente para que se enjuagara la garganta, así es que le forcé a beber...

Descansamos el uno junto al otro. Descansamos eternamente como lo hacen los enamorados. Descansamos como lo habíamos hecho siempre. Echaba de menos el balar de las ovejas y el repudio de los perros hacia los lobos a cientos de kilómetros. Me dormí sin pensar en el mañana...

El calor era tan sofocante que me perforaba el cerebro. Me desperté sin sudor y tan cansado, que pensé que los latigazos que todas las noches le daban a Asrán aquella noche me los habían dado a mí.

Lo que a continuación voy a narrar parecerá a todas luces falso e irreal, pero a menudo sucede esto con los hechos extraordinarios; la naturaleza tembló de espanto al saberse dominada. Pero vayamos parte a parte y paso a paso, sin precipitarnos, pues bien lo agradecerán ustedes. Tal vez ninguno de ustedes creerá que lo que voy a contar sucedió, pero créanme que todo cuanto aquí expongo es cierto, o al menos lo creo así. Volvamos al sueño y a la realidad.

Asrán por fin abrió los ojos. Preguntó por las montañas, por una novia sueca de la que hablaban todos los hombres de Mar. Me miró sorprendido, como si hubiera sido yo el que había pronunciado aquella palabra mágica. Volvió la vista hacia las montañas, como si una brújula magnetizara el norte, y se levantó preso de una excitación mayor que un milagro.

El caminar fue tortuoso. Tan pronto se abalanzaba sobre mí, como dibujábamos en la tierra diagonales que no iban a las montañas. El calor allí parecía distinto a todos los calores, el sol taladraba la sombra que dejábamos en la arena; a cada paso se veían nuestras siluetas más débiles. La piel se quemaba debajo de la ropa. Sobre todo se formaban círculos de flama. La muerte empezó a ser un deseo. Pero antes habría de suceder el hecho más increíble que influiría en mi destino.

Asrán miró con delirio a izquierda y derecha, de arriba abajo, de espalda al frente, buscando que no hubiera nadie. Lo miré como si estuviera alucinado, o tal vez ¿era yo el que alucinaba? ¿quién iba a haber en aquella playa? Asrán comenzó a formar alrededor de mí un círculo de arena. El balón parecía desinflado, pero bien servía dijo, se observaba que el dibujo no había sido su fuerte. Yo, que nada sabía de líneas, supongo que lo hubiera hecho mejor, pero a mí todo aquello me parecía una tontería, una forma de perder el tiempo, ¿qué digo? todo daba igual, consideraba que había llegado el final, ALEZ IACTA EST...

Sobre la frente de la colina, hizo tres o cuatro montoncitos de arena; junto a ellos, a izquierda y derecha, trazó varias cruces que me resultaban conocidas, sin duda eran judías, si no ¿por qué habría de conocer aquellos signos?. Me miró Asrán con complicidad, pero en honor a la verdad he de decir que sentí por él ni lástima.

Me explicó entonces Asrán que nada de cuanto había hecho era necesario, ¿necesario para qué? pregunté con indiferencia. Escucha, contestó sin responder a mi pregunta. Lo importante es el conjuro, dijo emocionado y procedió inmediatamente a quitarse los zapatos. A continuación, dio dos vueltas sobre cada montoncito y siete giros sobre la esfera grande hasta que se paró en seco. Te voy a explicar todo para que lo entiendas, o mejor iré al grano, dijo titubeante. Atropelladamente comenzó a revelarme los pormenores sobre el conjuro. Hace años un chino de Manchuria, ¿no sabes dónde se encuentra?, bueno, qué más da, continuó nervioso, me reveló un conjuro para atraer la lluvia, me dijo que jamás se lo revelara a nadie, añadió en voz baja, ni siquiera bajo tortura, si no, las mayores desgracias caerían sobre mí. Me quedé petrificado, no sabía qué decir, ¿acaso podía ser cierto?, Asrán le ponía tanto ímpetu, quizás estuviera ya delirando o tal vez aquél hombre que nunca había creído en nada, necesitase de un milagro para que se cumpliera su sueño, qué se yo, estaba tan confundido. Todo puedo soportarlo, gritó Asrán desafiante, salvo no volver a ver el mar, añadió entrecortado.


De Vinilos y Otras Glorias MMCCCLVII

 Desde el lugar donde lo prohibido comienza a tener sentido


Spooky Tooth (The Last Puff) 1970




A pesar de que la portada del disco indica de manera clara que actúa Mike Harrison, me niego a ponerlo en el título porque creo que es una pieza más del álbum (importante, por supuesto, pero una más) que se desarrolla todo él sobre una calidad enorme.

Tras un decepcionante trabajo anterior (o a mí me lo parece y por eso lo indico) Spooky Tooth se marcó este "The Last Puff" en el que el grupo vuelve a encontrar la senda del éxito y lo más importante, de la calidad incuestionable que el grupo atesoraba desde sus principios.

Con la incorporación en ayuda para lo que fue la creación del álbum del propio Mike Harrison y miembros de la tremenda "Grease Band", que acompañaba a Joe Cocker en unos momentos simplemente estelares del artista, el disco era un valor seguro, y dada la calidad de todos los participantes y de las composiciones que lo componen, "The Last Puff" se convierte en un tremendo disco de Rock que además se permite acariciar otros estilos que no le son ajenos, traduciendo en Música temas perfectamente interpretados.

La verdad es que la voz de Harrison se nota y mucho, y en más de un tema es el eslabón que une la Música y que lanza los temas, que instrumentalmente se dejan abrazar por unos músicos excepcionales que de esto sabían demasiado y todo bueno.

No es el disco que mejor define a la banda porque sus comienzos fueron monumentales, pero tras la marcha de Gary Wright es el mejor trabajo, con una calidad enorme y una manera de tratar el Rock que es pura clase y elegancia.

Un disco tremendo, para disfrutar del sabor del buen Rock clásico, hecho con mucha calidad y de la mano de unos músicos excepcionales que dan a luz un trabajo precioso.

Mike Harrison voz. Luther Grosvenor guitarra. Henry McCulloch guitarra. Chris Stainton bajo, guitarra, teclados. Alan Spenner bajo. Mike Kellie batería.


SIDE 1:  I am the walrus;  The wrong time;  Something to say

SIDE 2:  Nobody there at all;  Down river;  Son of your father;  The Last Puff




 

De Vinilos y Otras Glorias MMCCCLVI

 Desde el lugar donde lo prohibido comienza a tener sentido


Agnes Strange (Strange Flavour) 1975




Otra de esas pequeñas gemas olvidadas y sin fortuna a la hora de ver la luz en su día, que nos trae un tremendo disco de Hard Rock con más de un toque de Blues y Psycho tardía.

Power Trío a la vieja usanza, con demoledoras piezas de Hard que llenan todos los espacios, para que no se escape nada desde el sonido compacto y brutal de su Música. Un disco de estilo, que no enseña nada nuevo pero que lo que entrega es de una calidad enorme, dentro de los cánones clásicos de un Rock que hace arder las entrañas.

Todo está en su sitio, el sonido de la guitarra sube hasta la cima con riff que marcan la pauta y descansa en una sección rítmica devastadora que le permite rasgar el aire con solos que van desde la clase más ecléctica a la personalidad de quien los elabora, porque sin salirse en la mayoría de las ocasiones de lo que el estilo hace suyo como Música, dejan la impronta de una forma de crear muy personal.

"Strange Flavour" sorprende porque sin ser, como hemos dicho, el descubrimiento de la piedra filosofal, sabe distinguir en cada pieza lo auténtico del Hard, permitiéndose tres solistas que terminan siendo un bloque perfectamente engranado para que los temas suenen a eso.

El Hard no es una Música que se sienta de manera lineal, el impacto de su sonido debe apabullar para ir creciendo en las composiciones, y Agnes Strange eso lo hace muy bien. Al margen de algún Blues melancólico que se escapa entre los surcos (y que por cierto suena de vicio, como la preciosa "Alberta" que se siente de otras épocas) la sensación de ser aplastado por lo que te llega es continua, y eso me encanta, porque sé de lo que me estoy llenando.

Un disco para amantes del género y para esos frikis que gustamos de lo perdido sin etiquetas, porque la buena Música no sabe de nombres.

John Westwood guitarra y voz. Dave Rodwell batería. Alan Green bajo.


SIDE 1:  Give yourself a chance;  Strange flavour;  Alberta;  Loved one;  Failure

SIDE 2:  Children of the absurd;  Odd man out;  Highway Blues;  Granny don't like rock 'n' roll;  Interference





De Vinilos y Otras Glorias MMCCCLV

 Desde el lugar donde lo prohibido comienza a tener sentido


Umbra (Umbra) 1972




Uno de esos descubrimientos que aparecen por las ediciones de grabaciones apenas salidas a la luz en su día y que por el mercado (todo sea dicho) y algún iluminado llegan a las manos de uno sin saber por qué.

De todas maneras el por qué no se sabrá (es un decir) pero que lleguen a las manos de uno se agradece y mucho.

Los componentes de Umbra no tendrían suerte a la hora de que su obra fuera escuchada y vendida, pero lo que no se les puede negar es el desparpajo con el que crearon un disco de Psycho más radical que habitual, con una energía y un poder fuera de toda duda.

Más allá de que quieran impactar con composiciones llenas de una enorme calidad y radicalismo, la forma en la que intentan cumplir esta premisa me parece más que loable. Las guitarras eléctricas no dejan de amedrentar los sentidos con continuos y furibundos riff y solos  que impactan directamente en quienes los escuchan. Otra cosa son las acústicas, que tienen su propio concepto de la historia y rasgan el silencio como si les fuera la vida en ello.

La Música de Umbra es tan descarada como clara y evidente. El concepto de la Psycho con un toque perfectamente visible de Hard (a lo que ayuda mucho esas guitarras eléctricas exageradas y tremendas) nos va acompañando durante todo el trayecto, y el conjunto del disco es un gran trabajo que no deja indiferente.

Es lo que hemos dicho tantas veces, lo que hoy sería un espectacular disco de estilo en la época se perdía como lágrimas en la lluvia, debido a la cantidad y la calidad de lo que se vivía. Por lo menos ahora se puede disfrutar de un gran trabajo de la Psycho más poderosa para deleite de sentidos que asumen lo que suena por la Música y no por los nombres que te ofrecen.

Nick Stoner voz, guitarra acústica y armónica. Gary Mann voz. Larry Mann voz. Eric Frazee guitarra. Terry Lewis bajo. Steve Faulkner batería.


Side A:  Jupiter probe;  C. Mr. Me;  Harp strings

Side B:  Denver over glide;  Ho pideous;  Bloon-Moan;  Ides;  Siberia


viernes, 2 de abril de 2021

Volviendo a la realidad III

 


Engordé cuanto pude, pensando en marcharme cualquier noche, pero decidí esperar a que Asrán se recuperase de su melancolía. ¡Lo encontraba tan solo!. Ya ni tan siquiera quería degollar corderos; se negó en redondo haciéndolo extensible a los demás trabajos. Ni los castigos más cruentos le obligaron a cambiar de aptitud. Fue azotado noche tras noche, día a día humillado desnudo frente a los labios del sol, pero de su boca jamás salió un lamento.

En las noches de luna llena, la planicie se iluminaba plenamente, reflejándose al fondo las montañas de nalgas pelonas, por donde habíamos venido, doradas por la bruma de mar.

Por los cerros caprichosamente abiertos en celo, penetraba un olor marino inconfesable que le hacía a Asrán olvidar las penurias y recordar de golpe sólo los buenos momentos.

Una noche observé cómo le brillaban los ojos a Asrán de manera desmesurada, la luna en celo a su lado parecía pálida, las órbitas de los ojos buscaban enceladas detrás de la noche el reino que ocultaba aquella planicie infernal, el mar en nupcias lo llamaba a su regazo. Ni mis brazos menos fuertes que uno suyo pudieron detenerlo. Arrojó la vara de pastor sobre la casa que sólo Dios sabe cómo se mantenía en pie, y corrió, corrió, y corrió...

A lo lejos sólo se olía un aroma pasional.

Ya nada podía retenerme.

Pero, ¿por qué había tratado de detener a Asrán?

Quizás porque no entendía nada de emociones.

Y la pasión, Asrán corría con pasión.

Pero en realidad, ¿qué sabía yo lo que alimentaba el corazón?

Miré la casa, la madera me pareció más renegrida que nunca. Las paredes las sostenían la soledad de la noche, aferradas a un algo que podía abandonarlas en cualquier momento, la pobreza era tan patente que la casa parecía producto de la ilusión, pero ¿por qué juzgaba aquella pobreza? acaso conocía algo distinto, todos los sitios por donde había pasado eran iguales o peores. Ya que no esperaba ni buscaba nada me marché indiferente. Observé la chimenea, la brisa débil lanzaba al aire pequeños cólicos de boñiga de vaca, era un olor insoportable comparado con la fragancia de las montañas. ¡Tal vez tuviera razón Asrán!. Junto a ellas, pero a cientos de kilómetros al sur, divisé la espalda de Asrán, hercúlea se levantaba y encorvaba en la solitaria saya de la noche; corría tan veloz como la ira de su mirada, nada ni nadie podría detenerlo. La luz de la luna ni siquiera se atrevía a reflejar su silueta...

Salí detrás de él. Las huellas de sus pisadas eran tan profundas como la ansiedad de su corazón.

Al principio corrí nervioso, tal vez porque quería alcanzarlo cuanto antes. Después me fui calmando, obligado por el cansancio, el corazón me latía impaciente, aminoré la marcha, tarde o temprano lo alcanzaría. Era difícil que mantuviera aquél ritmo infernal, pero ¿quién sabe? vuelvo a repetir que no sabía nada de pasiones, no comprendía ni el valor, ni la fuerza, de éstas.

La noche no me permitía ver con nitidez las huellas de Asrán, pero aún así, después de haber caminado quince o veinte kilómetros, comprobé que eran menos profundas que cuando salió. Mis pies bailaban en sus siluetas, parecían dos barcas. Asrán definitivamente había comenzado a navegar...