domingo, 28 de febrero de 2021

Rod

 


Our Lil Rock N Roll Thing


 

Keith (De nuevo, porque se lo merece)

 


De Vinilos y Otras Glorias MMCCCXXX

 Desde el lugar donde lo prohibido comienza a tener sentido


Country Joe And The Fish (Reunion) 1977




La lógica, en ocasiones lo único que hace es joder la magia y lo que no está escrito (que en ciertos estadíos de las artes suele ser lo mejor) por eso muchas veces simplemente no pienso en ella cuando mis emociones me guían.

"Reunion" debería ser un disco fuera de lugar, un aprovechamiento de unos listillos para sacar de nuevo algo de donde no lo había, y curiosamente se convierte en una alegoría de lo que no está muerto y de pronto aparece para demostrarlo.

En este año 77 la banda que era una bomba de relojería sin espoleta de la Psycho Rock más mental allá por el 67 se volvió a juntar (es decir hubo una "Reunión") para retomar o lo que sea esa época en la cual eran capaces de destrozar las defensas con una Música excepcionalmente mental, iluminaria, a la vez que bellísima, y parieron este disco que es una orgía de sensaciones en las que se pasan por el forro (de la genialidad de nuevo, afortunadamente) lo que debía ser y nunca está escrito.

"Reunion" es especial desde la portada, un brutal llamamiento a la anarquía visual que te avisa de lo que viene, otro brutal llamamiento a la sincronía de la Psycho más visceral fuera de época y con las mismas intenciones que una década antes.

Nada es lo que parece y sin embargo todo está impreso en esos surcos de negro vinilo que te guían a través de la mente, entre guitarras desgarradoras, ambientes orquestales perdidos en la antesala del infinito y por supuesto las voces, sublimes por separado e inmensas en conjuntos corales que se vuelven a pasar por... la lógica y elevan hasta cotas muy altas lo que quieren decirte, decirnos, impregnarnos.

Un disco para dejarse llevar, sin ataduras de épocas, casi de estilos, solo lo que tu mente te sugiera al escucharlo, que seguro que si eres de esos frikis que creemos en la magia, será el infinito y un poco más allá, por aquello de no quedarnos cortos.

A:  Come to the reunion;  Time files by;  Stateline Nevada;  love Is a mystery,  Dirty Claus rag;  Not so sweet Martha lorraine

B:  Thunderbird;  Gibson's song;  No one can teach you how to love;  Insufficient funds;  Dreams


De Vinilos y Otras Glorias MMCCCXXIX

 Desde el lugar donde lo prohibido comienza a tener sentido


Neil Young (Comes A Time) 1978




En el año 1978 este colega de nombre Neil Young ya era hasta viejo para la Música, porque llevaba casi quince años (entre bandas y carrera en solitario) deleitando con su genialidad para componer y hacer que la Música se creyera como un flujo de ideas tan asumibles como la belleza que las rodeaba.

"Comes A Time" no es una excepción, y el talento del artista vuelve a sentirse en esos momentos en los que parece que todo suena a antiguo, a algo que ya se ha hecho, pero que los matices de cada momento te devuelven al Young más sensorial, más intimista, el músico que es capaz de captar las miserias y lo sublime con una sensibilidad abrumadora.

Dominando como pocos el Rock que roza o acaricia el Folk de raíces, la Música que embelesa porque piensas que con una acústica puede crearse (solo si eres un genio como él) recrea en todo el disco esa manera tan personal de entender la Música cuando lo suelta (sin avisar, que es lo mejor) para que se transforme en un susurro que su voz hace que te posea, su guitarra (acústica en la mayoría de las ocasiones) te agarre, y el resto del conjunto te suma en una sensación más allá de lo que te llega.

Unos temas tremendos, parte de la idea que el músico ha tenido toda su vida, unos arreglos excepcionales y los músicos creyendo en la idea y transformándola más allá de esa voz y esa acústica que son, tema a tema, el centro de todo lo que se entrega.

Neil Young es un genio, y no siempre se le ha tratado como tal, porque se ha esperado lo sublime en cada momento, pero las entregas del alma van mucho con la mente y quien sea capaz de dar eso siempre simplemente no es de este mundo. En "Comes A Time" Neil Young vuelve a demostrar que es un genio ajeno al tiempo y a las modas, enfilando el final de una década con el mismo impulso que el resto de su maravillosa carrera, creando un álbum que es pura sensibilidad y emociones, y eso no es nada fácil.


Neil Young voz, guitarra,mente. Nicolette Larson voces. Ben Keith steel guitar. Carl Himmel batería. Tim Drummond bajo. Spooner Oldham piano. Rufus Thibodeaux violín. Joe Osborne bajo.


SIDE ONE:  Goin' back;  Comes a time;  Look out for my love;  Lotta love;  Peace of mind

SIDE TWO:  Human highway;  Already one;  Field of opportunity;  Motorcycle mama;  Four strong winds


De Vinilos y Otras Glorias MMCCCXXVIII

 Desde el lugar donde lo prohibido comienza a tener sentido


The Doors (Morrison Hotel) 1970




Si no fuera porque sé que este espacio llamado "Paseando Por Los Sueños" lo siguen cuatro y el tambor (benditos todos que sois la leche por hacerlo) diría que esta entrada causaría polémica, por lo que es y por lo que a mí me representa, pero al ser como es, pues es lo que tenemos ¡¡toma ya!!

El primer disco que tuve de The Doors, el primer contacto con un mito y el primer orgasmo sensorial que los cuatro músicos me provocaron. Me enamoró su foto interior, y a partir de aquí fue la leche. Claro que yo tenía dieciséis años y en un lugar más allá de la realidad como en el que crecí esto era un universo anacrónico en el que no todos podían meterse.

Un disco que considero sublime (como casi todo lo que hicieron) pero que me parece menos valorado de lo que debiera, porque contiene canciones desgarradoras que rompen con lo estipulado y que te atacan directamente al cerebro, y eso es tan maravilloso como complejo cuando te pones a asumirlo.

Una barbaridad tras otra el grupo te va introduciendo en su universo, eso que The Doors crearon a pesar de tantas cosas que resulta fascinante, y de viaje con la voz de Jim Morrison y la Música de un grupo tremebundo, vas desconchando las botellas de exquisito licor que te llena, te embriaga y te hace suyo.

Un espasmo la introducción del álbum con "Roadhouse Blues", la orgía visceral y física que provoca "Waiting For The Sun", y a partir de aquí el viaje se antoja una necesidad de la mano de un grupo que en este álbum (de manera distinta que en otros pero igual de genial) desea que seas parte de ellos o te alejes muy lejos para no sentirlos.

La idea, el concepto y la imaginación de Morrison ayudado por unos colegas (además músicos) que creen en lo que su mente envía y lo transforman en Música, parieron este "Morrison Hotel", una joya de las que te hacen perder el concepto de la realidad, y que siga.

Jim Morrison voz. Robbie Krieger guitarra. Ray Manzarek piano y órgano. John Densmore batería.


Side A Hard Rock Cafe:  Roadhouse Blues;  Waiting For The Sun; You make me real;  Peace frog;  Blue sunday;  Ship of fools

Side B Morrison Hotel:  Land hol;  Spy;  Queen of the highway;  Indian summer;  Maggie M'Gill




sábado, 27 de febrero de 2021

La Noche

 


La noche era oscura. Las estrellas no se habían hecho sentir y la luna apenas se insinuaba tras la espesa capa de nubes. El camino se adivinaba entre la hilera de árboles pero yo conocía cada recodo del camino, cada piedra que asomaba, cada tronco vigilante de los pasos dados.

Al final de la arboleda, donde el camino se bifurca encontré la entrada de tu casa. Una vieja tapia de piedra la protege de… realmente de nada, tu puerta siempre está abierta. Una tenue luz colocada en la parte superior de la fachada indica noche y día que allí vive alguien. 

Como siempre, al margen del tiempo y el espacio, los sonidos de una Música que cubre el silencio se hacen cada vez más evidentes, creando en mi mente la seguridad de que estás ahí.

Me acerqué y subí los dos peldaños que dan acceso a la puerta. Entré y, tratando de recordar el recorrido hecho hacía ya mucho tiempo, llegué a la puerta de tu habitación.

Siempre me ha sorprendido ese silencio inexpugnable de tu ser que contrasta con lo que jamás te abandona, la magia de las notas que te hacen ser esa persona que impregna de emoción cada instante que vives.

La escasa luz que entraba por la ventana me permitió observar el lugar donde se ubicaba cada mueble. En la pared opuesta a la ventana estabas tú, la ropa de cama ligeramente desordenada. Tu cabeza se apoyaba sobre la mano izquierda, tu cuerpo ligeramente ladeado dándome la espalda. Parecías tranquilo. Tu respiración era pausada y acompasada. No pude observar si realmente dormías o simplemente tu cuerpo era uno con los sonidos que cubrían de manera sublime toda la casa, pero en tu rostro un halo de placer me hizo pensar que realmente eras parte de ellos.

Me acerqué a la cama, me arrodillé en el suelo y extendí mi mano hasta tocar tu hombro. No te moviste. Mi mano se atrevió a acariciar tu pelo. Ahora sí. Te volviste ligeramente hasta quedar tumbado boca arriba, ladeaste la cabeza hacia la derecha y seguiste durmiendo. Me sentí feliz de verte tranquilo, disfrutando de lo que te hace soñar, olvidar el mundo y perderte en el universo.

Seguí un momento arrodillada en el suelo con los codos apoyados en el colchón. De pronto sentí un escalofrío. La noche era fresca y la ventana se encontraba ligeramente abierta. Miré en derredor. Me levanté, me quité la ropa. Cuando estuve en ropa interior retiré ligeramente la ropa de cama y me deslicé bajo la sábana. Poco a poco fui acercándome a ti y noté la tibieza de tu cuerpo, el olor maravilloso que se desprendía de él. Me incorporé, besé ligeramente tus labios y me tumbé a tu lado.

Yamamoto Takato XII

 


Yamamoto Takato XI

 


De Vinilos y Otras Glorias MMCCCXXVII

 Desde el lugar donde lo prohibido comienza a tener sentido


Fairport Convention (Maidstone 1970) 1970




Me encanta Fairport Convention, y me apasionan los primeros años de un grupo que creo es irrepetible porque fue el pistoletazo de salida de unas mil quinientas ideas y formas de entender la Música gracias a quienes estuvieron en él, a las influencias que dejaron y a lo que significaron.

Claro que si ya les escuchas en directo, como es el caso de este disco que nos visita, una verdadera barbaridad de la Música en vivo, pues la cosa se pone tan seria como genial. Al margen de la calidad de la grabación, que ayuda y mucho a que nos metamos en el ambiente de la fiesta que debió ser el festival de Maidstone en ese 1970, el grupo está genial, con unos componentes que sin ser los que iniciaron la aventura eran igual de solventes y de una calidad como músicos incuestionable.

El Folk Prog. de Fairport Convention se deja caer en cada surco, comunicando a quien lo escucha esa Música mágica que transforma lo clásico en algo actual sin perder ese sentimiento ancestral de algunas composiciones que se encuentran en la memoria de demasiadas cosas.

Instrumentalmente una barbaridad, las guitarras, mandolinas, dobro... apabullando de sensibilidad los temas, con una percusión que apoya y está sin notarse demasiado y los teclados cubriendo el ambiente creado en cada canción. 

Vocalmente... una orgía tras otra cuando estos iluminados se ponían a cantar y hacer que los conjuntos corales convirtieran las canciones en otra dimensión. Bello, enorme, tremendo, esos son los sentimientos que provocan cuando las gargantas se hacen una y llenan de matices cada canción.

Un disco precioso, con una calidad musical incuestionable, una verdadera gozada que se escucha sin esfuerzo y que da una muestra más de la dimensión de un grupo muy especial que llenó de gloria un espacio de la Música que era demasiado local y se hizo global (benditos ellos)

Richard Thompson. Simon Nicol. Dave Swarbrick. Dave Page. Dave Mattacks. Ian Matthews (on "My Front Pages")


Songs:  Sir Patrick Spens;  Now be thankful;  Flatback Caper;  Jenny's chicken;  Mason's apron;  My Front Pages


De Vinilos y Otras Glorias MMCCCXXVI

 Desde el lugar donde lo prohibido comienza a tener sentido


Bread (Bread) 1969




La presentación en sociedad de Bread se convirtió en una ráfaga de aire fresco colmado con el signo de la calidad extrema hecha Música.

Una maravilla de los sonidos de la mano de tres iluminados que transforman las notas en emociones, y éstas a su vez en sensaciones que van llenando cada rincón de la mente. Y es que Bread se caracteriza, especialmente en este inicio fulgurante de carrera, por una manera de componer que parece sencilla pero que ni de lejos está exenta de calidad y complejidad, aunando el perfecto manejo de los instrumentos al servicio de unas canciones que se encuentran plagadas de matices.

Una de sus cualidades, las voces de cada intérprete y el conjunto de los coros cuando se juntan las gargantas en los momentos de exuberancia musical, ayudan a que cada espacio cubierto por la Música se haga mayor aún en lo referente a esos momentos donde la sensibilidad se derrama por cada nota escrita.

Un estilo propio que se maneja sin esfuerzo en el Country Rock, el Rock de emociones contenidas y momentos de un Folk Psycho donde se percibe de manera clara y evidente esas influencias del final de una década gloriosa, donde la Música de calidad cubría los confines de la mente.

Siendo como eran un grupo coral, tanto a nivel compositivo como interpretativo, siempre he tenido la sensación de ese toque especial que un genio como David Gates dejaba, con un sello descarado en los temas firmados por él, pero en realidad todo es tan perfecto que el silencio se llena solo.

Un grandísimo trabajo de Música que inició una preciosa historia con los sonidos, en el cual se aprecia sin esfuerzo la calidad de lo que nos llega y esa manera tan natural cuando se es muy bueno y las ideas se deslizan solas.

Para disfrutar de eso que llamamos magia en un momento álgido en el cual lo que se tenía en la mente se podía, afortunadamente, plasmar en creatividad, y "Bread" es un disco que de eso va más que sobrado. ¡¡Disfrútalo!!

David Gates voz, guitarra, bajo, teclados, violín, percusión. James Griffin voz, guitarra, percusión teclados. Robb Royer voz, guitarra, bajo, percusión, piano.


Side A:  Dismal day;  London bridge;  Could I;  Look at me;  The last time;  Any way you want me

Side B:  Move over;  Don't shut me out;  You can't measure the cost;  Family doctor;  It don't matter to me;  Friends and lovers


De Vinilos y Otras Glorias MMCCCXXV

 Desde el lugar donde lo prohibido comienza a tener sentido


Poco (Deliverin') 1970




Desde luego las cosas se pueden hacer de muchas maneras, pero cuando se hacen excepcionalmente bien se nota. A nivel de Música no hay una variante distinta, cuando la calidad fluye por todos sitios y además se busca hacerlo todo de manera genial...

"Deliverin'" es la demostración de que se puede alcanzar lo más cercano a la perfección en un álbum en directo, y esto es un plus añadido que no todo el mundo puede hacer. Poco lo consiguió y bordó una grabación en la cual la Música con mayúsculas de su estilo está en un grado superlativo, y desde luego con la primera formación del grupo lo mejor de lo que hicieron.

Impresionante la manera de expresar musicalmente la idea, mejor aún cómo hacen llegar la calidad de esas composiciones que son pura seda, y si además de cómo lo hacen se preocupan de que todo sea un reloj de precisión sin resquicios, el resultado es esta maravilla del Country Rock en vivo, con todo lo que eso significa.

La maravillosa conjunción de la Música con unos conjuntos corales perfectos, en los cuales sientes que la grabación parece trasladada del estudio al escenario y el saber hacer de los músicos en cada tema, convierten lo que escuchas en un viaje por los sueños de la delicadeza, cuando la Música te abraza y te arrulla siendo parte de lo más íntimo.

Poco siempre me ha parecido un grupo infravalorado, al no tener un hueco asentado entre el Country, el Rock y ese delicado sonido que realizan, pero lo que sale de sus manos y transforman en Música se convierte en emociones que la piel asume y los sentidos hacen suyas sin esfuerzo.

Un grupazo desarrollando su Música en directo, donde todo encaja, fluye de manera natural y (esa orgía sensorial de nuevo) las voces parecen que te penetran cantando exclusivamente para ti.

Disfrutar de la Música de calidad es fácil, hacerlo de discos como éste es de lo más natural.


SIDE ONE: I guess you made It; C'Mon;  Hear that music; Kind woman; Medley (Hard luck/Child's claim to fame/Pickin' up the pieces)

SIDE TWO:  You'd better think twice;  A man like me;  Medley (Just in case It happens, yes indeed/Grand Junction/Consequently so long)


domingo, 14 de febrero de 2021

Música



Lo bueno de la Música (amén de mil cosas más, obviamente) es que no distingue entre los feos y los guapos. 

Los que son para llevar siempre mascarilla pueden tener la sensibilidad como para apreciarla y hacer que les tiemble la piel con lo que les sugiere, y esa fealdad que ayuda a no mirarles no es óbice para que la Música, esa eterna sensación que puede atravesar el alma, esté con ellos.

También pueden sentirla los que al mirarse en el espejo no tienen por qué cerrar los ojos, y esas intenciones de exaltar la belleza, pueden compatibilizarse con el gusto por esa otra belleza que tiene que ver con el roce de la piel cuando las notas escapan al universo.

Esconderse, lo que es esconderse, muchos deberían hacerlo, pero incluso ocultos a la luz del mediocre estallido de quienes ven demasiado y no quieren ver lo que es en sí mismo demasiado evidente, el sentimiento cuando las entrañas vibran de emoción al son de una melodía eterna puede invadir a cualquiera, Quasimodo o Cleopatra.


K.S. (Creo)

Paseando Por Los Sueños

 


Fue hace mucho, mucho tiempo, en los confines del Universo y los límites de la realidad, porque no puede ser real alguien que lleva la sensibilidad hasta donde nadie puede llegar, pero ahí le conocí.

Me he sentido viva muchas veces en mi vida, he conseguido que mi mente y mi alma puedan sentirse una y hacerme gozar en lo emocional y lo físico, sola o en compañía de seres maravillosos, pero nunca sentí lo que él me dio, porque nunca nadie se dio como él se daba.

Tantos prejuicios sobre sensibilidad masculina, tantos tópicos sobre sus defectos al amarnos, tantas palabras vacías llenando páginas en blanco con mediocres de medio pelo, tantos afectos perdidos por no ser valiente y hacer, simplemente, lo que se siente.

Él me enseñó que la caricia no entiende de sexos, que el susurro de una voz (su voz, ese bálsamo que adormecía los sentidos) puede ser mejor que el mayor de los órganos henchido de deseo, porque su forma de tratarme, de tratarnos a todas era tan especial que nos hacía especiales, sin pedir, y eso fue siempre lo más increíble de todo, nada a cambio.

Fue Amigo a sabiendas que me perdería, que escaparía buscando lo que no podía encontrar con mis deseos a flor de piel, fue confidente cuando era a la vez consciente de que nada le haría estar a mi lado más allá del atardecer recitándome un cuento imposible, escuchando una de sus melodías, susurrando (de nuevo ese susurro que me estremece aún) palabras que me hacían estar bien, algo tan básico y que no podía ni soñar.

Fue mi amante sin saberlo, a pesar de saber yo misma que me deseaba, en silencio cuando dejaba que otro ser penetrara en mis entrañas, aguardando escuchar la que podría haber sido la mejor jornada de mi vida, cuando yo, ingenua, desconocía que era él la mejor de todas la jornadas que tuve.

Siempre estuvo ahí y no lo vi, nunca rechazó mi mano y no supe apreciar lo que eso valía, jamás elevó la voz ante mis caídas y simplemente ayudó a ponerme en pie, cuando poco después otros brazos me recogían para llenarme de lo que él debía haber tenido.

Lo perdí sin saberlo, por seguir, de vez en cuando, creyendo en esos tópicos que nos nublan la vista, en esas estúpidas pretensiones que como mujer nos hacen superiores en lo emotivo, y cuando quise ser una con él ya no estaba, su estela había desaparecido en el mar de la desesperación, la incomprensión, la soledad.

Hoy quiero recordarle porque de nuevo me siento sola, porque otro Amigo, especial como él, me ha contado que ya no está porque se fue apagando poco a poco, roto porque su voz nunca llegaba, porque sus dedos no eran apreciados cuando acariciaba, porque sus ojos nunca vieron cómo se puede ser quien se es a pesar de cualquier cosa.

Mi Amigo era un hombre, es un ser humano excepcional porque jamás me abandonará, ahora ya no quiero dejarle, pero además era un tipo que entendía a las mujeres como ni siquiera nosotras nos entendemos, que sabía caminar por el alma femenina mejor que muchas de las mujeres que conozco, que se quedó solo por el miedo a sentirnos cerca de alguien así.

He tenido la suerte de conocer hombres como él y he cometido un error con ellos, al resto los tengo a mi lado, en mi memoria o en mi alma, a él lo perdí y no voy a volver a hacerlo, porque es parte de mis entrañas, y no saldrá nunca de ellas.

La próxima vez que el viento acaricie mi piel, y escuche palabras que apenas rozan los oídos, sabré que él sigue ahí de nuevo, en ese Universo que tanto ansiaba descubrir, buscando, una vez más, la palabra perfecta, el gesto amable, la mirada serena.

 

 

Suena ¡Cómo no! "Sad And Deep As You"

De Vinilos y Otras Glorias MMCCCXXIV

 Desde el lugar donde lo prohibido comienza a tener sentido


Black Sabbath (Sabbath Bloody Sabbath) 1973




Dejando de un lado la legendaria animadversión que tengo por la voz de la banda (pero que como va en gustos pues es eso y ya está) me encanta traer a este nuestro espacio "Sabbath Bloody Sabbath", el quinto disco de estudio de la banda que siempre me ha parecido injustamente tratado en comparación con otros trabajos del grupo.

Casi siempre (no entiendo por qué) se le ha tenido como un disco de transición (por cierto una transición que nunca fue tal porque pocos años después los derroteros de Black Sabbath fueron otros) y la verdad que para mí exceptuando los dos monumentos superlativos que son el primer y segundo trabajo, no desmerece en nada con lo mejor hecho por ellos, y en algunos pasajes me parece una oda al Dark más poderoso y potente.

Lo de la voz es lo que es, parte indisoluble del sonido de Black Sabbath en la década de los setenta y ya está, y evidentemente todo el sonido gira en torno a esa garganta tan particular que aúlla y te come según en qué momentos, pero lo de la parte instrumental es cosa aparte.

La guitarra está que se sale, con una barbaridad tras otra cuando se pone a aplastarte con esos riff pesados hasta decir basta, los solos demenciales que son parte inconfundible de esa forma de tocar tan particular y las alegorías al más allá que las seis cuerdas te hacen creer.

Un disco en el cual la sección rítmica es una patada en el estómago tras otra, con un poder tremendo y un sonido que te envuelve y te agarra por el cuello golpe tras golpe, puro sonido Sabbath.

Un disco que te eleva hasta las alturas sin esfuerzo, Hard Rock oscuro y viscoso en el mejor sentido del término, pura alegoría a la destrucción y por la destrucción de la mano de cuatro iluminados que sacaban fuego de cada nota y te lo transmiten sin ningún esfuerzo (excepción hecha de "Fluff" por razones más que obvias) para hacerte arder en los infiernos.

Preciosa la portada y sublime la contraportada en un contrapunto perfecto.

Tony Iommy guitarra. Geezer Butler bajo. Bill Ward batería Ozzy Osbourne voz


side 1:  Sabbath Bloody Sabbath;  A national acrobath;  Fluff;  Sabbra cadabra

side 2:  Killing yourself to live;  Who are you;  Looking for today;  Spiral architect













De Vinilos y Otras Glorias MMCCCXXIII

 Desde el lugar donde lo prohibido comienza a tener sentido


Dio (Holy Diver) 1983




Que Ronnie  James Dio ha sido una de las voces más increíbles del Hard no creo que lo dude nadie, y que además durante los setenta lideró vocalmente lo que otros hacían instrumentalmente tampoco, pero como decía una ex amiga y ya ni conocida, siempre hay un pero.

Dio comenzó los ochenta con los últimos coletazos de una banda que había sido leyenda, y que tenía uno de los autores de temas épicos y oscuros más emblemáticos del Dark, pero una vez fuera de las influencias de aquellos que escribían temas de calidad y que son parte de la historia del Hard Rock con mayúsculas la cosa cambió.

Su voz seguía siendo portentosa, y en este "Holy Diver", su primera aventura como amo y señor de una banda, lo demuestra, pero las plumas que se encargaban de escribir para traducir a genialidad ya no estaban, y eso se nota mucho.

La solución, un Hard traducido a Heavy forzando todo, guitarras extremadamente agudas, una percusión sin el fondo de lo de antaño, y su voz forzada en cada tema para dar la sensación de ese oscuro terror que los demonios nos deben hacer padecer.

Los ochenta se cargaron el Hard auténtico, y por desgracia Dio se apuntó al carro de la moda y vació su talento en otras cosas; y eso que la banda no era nada desdeñable, y los visos de una carrera potente y duradera se podían atisbar, pero ese Heavy que quería embaucar sin dar nada a cambio no facilitó mucho las cosas, y algunos como Dio estuvieron por eso.

No nos llevemos a engaño, "Holy Diver" es el mejor disco en solitario del cantante, y es cierto que algunos pasajes están más que elaborados y suenan a la vieja usanza, pero ni son muchos ni nos dejan la fiesta para disfrutarla.

Dio era capaz de cantar lo que quisiera, de hacer con su voz lo que nadie hacía, de mantenerla después de una década en el mismo nivel portentoso que cuando apabulló en bandas míticas, pero esa pluma nunca volvió a escribir igual, y la garganta de un vocalista genial daba momentos de gloria (pocos) junto a otros donde se esperaba que te quemara al escucharlo.

Hoy en día el disco se ha quedado obsoleto, salvo tres temas que seguían oliendo y sabiendo a Hard puro y duro donde Dio se luce y nos apabulla, porque el Heavy pasó a ser eso, imaginería barata y guitarras de circo para ver quién la tenía (perdón) quién iba más rápido con los dedos por el traste.

Si hay algún lugar en las estrellas para cantar como Dio, se escucharán algunos temas de esta época, y casi todos los de su pasado.

Ronnie James Dio voz y teclados. Vinny Appice batería. Jimmy Bain bajo y teclados. Vivian Campbell guitarra


SIDE ONE:  Stand up and shout;  Holy Diver;  Gypsy;  Caught in the middle;  Don't talk to strangers

SIDE TWO:  Straight through the heart;  Invisible;  Rainbow in the dark;  Shame on the night

Ritchie

 




sábado, 13 de febrero de 2021

Lost A Number, Found A Kind

 


Keith


 

Paseando Por Los Sueños



Hablábamos de cosas serias, muy serias, era parte de su alma, y eso no es ninguna broma. Mi Amigo ama la música, y yo aprendí a amarla (a mi manera) gracias a él, porque es un apasionado y se apasiona, y transmite esa pasión, y te contagia, y te envuelve, y te ata a su manera de entenderlo, y... 

Su voz volvía a resbalar por mi piel, aunque el frío auricular reflejara esa distancia que nunca podrá ser eliminada, pero cuando me habla, con la dulzura del amante en la distancia, del que quiere sin pretensiones, simplemente por el placer de hacer llegar una melodía, su voz o la música que le apasiona (él lo escribe con mayúsculas, a mí me da vergüenza porque no llego donde se encuentra) cuando me habla no sé de tiempos ni de espacios, ni de nada que tenga que ver con lo mundano, simplemente me dejo llevar, me mece entre sus frases entonadas como si fueran un poema y entonces la música se convierte en relatos que adormecen los sentidos, entonces soy suya aunque él no lo sepa, y me encanta que sea así.

 

Hablábamos de algo tan serio como la emoción de llorar cuando el alma se estremece por unos sonidos que salen de dentro, cuando las sensaciones son las que tú creas si dejas que te ame, y a fe que él me ha enseñado a que sea así, en los tiempos en los que su regazo servía para sentirme protegida de mi propio dolor, acariciando mis sienes con sus dedos mientras contaba historias imposibles aderezadas, siempre era así, con una melodía adecuada, una música mágica que nos arrullaba y nos envolvía para llevarnos hasta donde nadie podía alcanzarnos, "allá arriba, en la tierra de los sueños" como le gustaba susurrarme y hacer que me lo creyera.

Entre sus brazos amé las notas y amé su voz de terciopelo, cuando salía a las ondas en esos programas infinitos donde se dejaba la piel para nadie, escupiendo al viento sus ideas, sus emociones, sus histerias (como creía que eran) sus cantos de esperanza y sus modos de ser, porque cuando presentaba un tema en ese paraíso que era su sueño se presentaba él, se dejaba un poco de lo que sentía, aunque fuese para nadie, simplemente porque creía en ello.

 

Siempre le recuerdo, no podría ser de otra forma, recuerdo su respiración pausada mientras me recostaba en su pecho, pero hoy ha sido especial, los sonidos de la magia me han envuelto de nuevo, el viejo disco de Andwellas Dream sonaba y no he podido evitar un sobresalto, porque lo he visto junto a mí, susurrando esos temas que se sabía de memoria, tarareando cada nota y acariciando mi piel con su voz, esa voz que era... es aún lo que me hace deslizarme por los sueños, paseando por sus emociones, cogidos de la mano hasta el infinito.

Sonaba una melodía, su mano me incitaba a seguirle, volvía a saber que algo iba a ocurrir, algo grande, excelso, sublime, mágico... como él, su voz, sus entrañas, su manera de amar la Música (ahora sí me he atrevido) y esa bendita manera de querer dar lo que le hacía sentirse el amo del universo.

Si alguna vez queréis saber qué es la magia en el mundo de los vivos, daos un "Paseo por los Sueños" de este increíble ser que me estremece como hace años cuando su voz me acaricia los sentidos.

 

 

 


Suena "Lost A Number, Found A Kind" y suena a gloria, querido...

De Vinilos y Otras Glorias MMCCCXXII

 Desde el lugar donde lo prohibido comienza a tener sentido


Badfinger (BBC In Concert 1972-3) 1972-1973




Como suelo decir cuando es así (de no serlo sería una majadería por mi parte) no soy mucho de Badfinger, y el éxito relativo del que gozaron durante unos años no lo llegué a percibir.

Pero hace muchos años me topé con este "BBC In concert 1972-3" y pensé que ciertas cosas sí que merecían la pena. Si te gusta el Rock, con ralladuras evidentes de Rock Duro, este disco no te defrauda, y de los dos conciertos grabados en el "Paris Theatre" de Londres, que están sensacionales, el primero de ellos que corresponde al año 1972 y al disco 1 es una maravilla de Rock tremendo en vivo que te come por todos lados.

Sería que era eso, la banda subida al escenario para machacarse, que los músicos tenían una y mil batallas en esas situaciones y se lo tomaban de otra forma, pero el doble vinilo es un canto al Rock en estado puro, descarnado y muy carnal, y se disfruta de una manera genial.

Las versiones de temas de la propia banda son tremendas, alguna más tranquilas siguen dejando el regusto de que en cualquier momento van a estallar por algún lado, pero las que hacen de artistas ajenos, especialmente las dos de Dave Mason, una barbaridad en clave de homenaje con una sensación inmensa.

Con Badfinger el juego de guitarras y el poder que representan en directo lo tenías garantizado, pero si además se permiten desarrollar jams a golpe de furibundos solos que se alternan en un épico duelo de seis cuerdas, la gozada está más que asegurada, y en este disco de eso van sobrados.

Un disco de Rock de los que sacan astillas, en vivo y con lo que eso representa cuando le echas ganas, porque la verdad es que la banda demuestra que el escenario era su zona de confort y donde se sentían muy a gusto en esas fechas, llevando más allá las canciones y desarrollando un instinto asesino que da gusto.

Disfruta de la barbaridad que es el Rock cuando se entrega con ansia, como en este doble de Badfinger.

Pete Ham guitarra y voz. Joey Molland guitarra y voces. Tom Evans bajo y voz. Mike Gibbins batería.


A:  Better days;  Only you and I know;  We're for the dark;  Sweet tuesday morning

B:  Feelin' Alright;  Take It all;  Suitcase

C:  Love Is easy;  Blind owl;  Constitution;  Icicles;  Matted spam

D:  Suitcase;  I can't take It;  Come and get It


De Vinilos y Otras Glorias MMCCCXXI

 Desde el lugar donde lo prohibido comienza a tener sentido


Toad (Dreams) 1975




La curiosa y extravagante mezcla de orígenes de los componentes del grupo no hizo sino enriquecer su idea musical y durante la existencia de la banda crear de una manera más que original una Música, el Hard Prog. con toques clásicos de Blues que envenenaban algunas de las composiciones de manera muy efectiva, para mayor gloria del tiempo que estuvieron juntos.

Como indica en la contraportada el líder y guitarrista excepcional Vic Vergeat "True Music Is Forever" y a fe que que este "Dreams" no desmerece de esas palabras, a pesar (todo sea dicho, que luego me critican en las cadenas oficialistas de unos doce países) de la falta de intensidad en el nivel tremebundo con el que se ensañaron con los sentidos del oyentes en sus dos primeros trabajos.

No es que "Dreams" esté muy por debajo del radar, porque no es así, pero el giro evidente que dan a las canciones deja un poco de lado ese descarnado Hard Prog. de sus comienzos y buscan más el estilismo y la complejidad en el conjunto. Esto crea momentos preciosos que son en sí mismo un sueño, como la bellísima "Dreams", pero no hiere tanto en la piel, y si eso es lo que se busca...

Puede ser que el uso de teclados con más profusión difumine un poco el impacto directo al entrecejo, aunque para ser justos, si se toma el disco como un ente ajeno a todo lo anterior, en estas creaciones el toque de sugestión como un viaje en la memoria sí que se convierte en momentos preciosos de emociones a través de la Música.

Lo que no pierden es esa tremenda manera de atacarte cuando los temas se convierten en cabalgadas que van directas al entrecejo, y la guitarra de Vic siempre está a la altura de lo que dejan con estos ramalazos salvajes de Rock al uso.

"Dreams" es un buen disco de Hard Prog. que se escucha sin problemas; deja un poco de sabor agridulce y eso es como es, pero para dejarte llevar por esta Música que nos apasiona, merece la pena el atrevimiento.

Vic Vergeat voz, guitarra piano y melotrón. Werner Froehlich bajo, moog y voces. Cosimo Lampis batería y percusión.


Side One:  Keep on movin';  Dreams;  let's get hi;  Electric rider

Side Two:  Because you'renot;  You know who I am;  Boogin' on a saturday night;  Break down





De Vinilos y Otras Glorias MMCCCXX

 Desde el lugar donde lo prohibido comienza a tener sentido


Asoka (Take Off) 1971




Extraño y a la vez excepcional artefacto parido por los iluminados de la casa de discos y que nos trae en un estado de embriaguez maravilloso una serie de temas (ocho para ser exactos) del gran grupo sueco Asoka, que durante el final de la década de los sesenta y principios de los setenta dejaron su impronta en su país, en toda Escandinavia y más allá.

Una recopilación de distintas etapas del grupo, que no desmerece en absoluto en según qué temas, porque la calidad la mantuvieran durante toda su existencia. Hard Prog. de una elevada creatividad, que bebe de fuentes a todas luces evidentes de los grandes del estilo pero con el añadido de esos toques tan especiales que por aquellas frías tierras suelen dar a sus composiciones y su manera de ver y tratar la Música.

Guitarras al poder, recordando sin ningún pudor a grandes del estilo, con juegos incesantes de dos punteos y riff que se alternan para darle una riqueza instrumental enorme a los temas a través de las seis cuerdas.

Sonido compacto que te cae encima como una maza, y que estalla en tu mente como un tremendo impacto solo roto por esas guitarras que buscan la salida y el resquicio para arañarte por donde pasan.

En los momentos (que también los hay, como la preciosa "Mama" o la exquisita "Southern Comfort") en la delicadeza del Rock buscan esa ruptura con la energía que entregan de manera habitual, y los compases pausados con arpegios que acarician los sentidos se convierten en un bálsamo de una textura genuina.

Un disco que se disfruta por la sensación de que el Rock te penetra y hace con tu sensibilidad un cúmulo de emociones que llevan hasta lo más alto, Hard Prog. de altos vuelos para una banda modélica que expresa de manera elegante y con mucha clase la Música que llevan dentro.


Side A: The seeker;  At El-Yago 9-3;  Ohio;  Mama;  Southern Comfort

Side B:  I need your love;  Another kind of love;  Take off Jam






De Vinilos y Otras Glorias MMCCCXIX

 Desde el lugar donde lo prohibido comienza a tener sentido


Bruce Palmer (The Cycle Is Complete) 1969



Si nos ponemos en contexto, y además en ese contexto nos vamos a los orígenes musicales de Bruce Palmer, este "The Cycle Is Complete" se me antoja una maravillosa sensación que raya muy cerca de ser una obra de arte friki.

Dicho esto, que puede sonar exagerado y que si lo es me importa un comino, el disco parido de la mente del músico (único en solitario y ¡¡qué pena que lo sea!!) se convierte de inmediato en una orgía sensorial donde la Música Psycho, underground, friki y emocionalmente superlativa se da cita para que esos intelectos que viajamos por los confines de lo imposible disfrutemos de una obra única, que se atreve a buscar más allá de lo que se creía establecido según la trayectoria musical de Palmer y que sin embargo me parece ajeno a la lógica y para bien (de hecho para bien pero que muy bien)

La monumental entrada sin avisar y con el cuchillo entre los dientes llamada "Alpha-Omega-Apocalypse" en sus 16'45'' se convierte en un viaje al infinito donde la imposible se hace real, y tan creíble que acabas flotando en los confines de la Música que te envuelve entre pasajes hechos con la idea y que transforma en ideario de un iluminado.

Brutal exhibición instrumental de Bruce Palmer que hace casi a todo y en todo lo hace muy bien (saliéndose de manera evidente al realizar un trabajo excepcional con el bajo, su instrumento y el que le dio fama y gloria) acompañado por unos músicos que se lanzan a la aventura sin red sabiendo que el propio sortilegio de la Música que crean les mantiene en las alturas sin necesidad de llegar hasta la tierra firme, donde todo esto no tendría el sentido maravilloso que ellos le dan.

Para soñar despierto, a base de acronismos que pasan de un lado a otro jugando con los sentidos y llenando el silencio de inimaginables momentos de gozada sensorial cuando te metes en lo que te llevas y te dejas guiar por el laberinto en el cual se convierte cada tema.

Bruce Palmer bajo, guitarras. Ed Roth órgano. Rick Matthews percusión y voz. Big Black congas. Paul Lagos batería. Jeff Kaplan piano. Templeton Parcely violín.


Side One:  Alpha-Omega-Apocalypse;  Interlude

Side Two:  Oxo;  Calm before the storm




domingo, 7 de febrero de 2021

Dark End Of The Street


 

Antes de todo II

 


Sentí que el momento se acercaba, mis muslos comenzaban a empaparse por la esencia que la pequeña tela ya no podía retener, y justo cuando la humedad que mis entrañas provocaban hizo que un leve suspiro saliera de mi garganta, giró su muñeca y los dedos buscaron directamente ese lugar que es la antesala de todo lo que el cuerpo y la carne entrega. Sentí en ellos el ritmo de un solo de guitarra que tantas veces me había emocionado, con el que me había hecho el amor en mi soledad imaginándole dentro de mí, y ahora ese sueño era real, mi cuerpo percibía al mismo tiempo sus dedos jugando con mis entrañas y la cálida guitarra vibrando con cada nota que buscaba elevarme aún más. Era un todo dentro de mí, y mi mente la receptora de todas las emociones, físicas y sensitivas, que me estaban haciendo ser la mujer más feliz del universo.

Imperceptiblemente rocé mi pezón izquierdo con la mano que deambulaba sobre el mantel, para colocar instantes después los dedos sobre mis labios y mordisquearlos levemente. No tenía ganas de hablar, ni de mirar, sólo quería cerrar los ojos e imaginar cada movimiento de sus dedos, de mi mano, de... pero esas dos perlas brillantes me tenían embelesada, y con la mirada puesta en ellas sentí por primera vez uno de sus dedos acariciar la tela que cubría mi sexo húmedo y ardiente. Era el conjunto ideal que tantas veces me había poseído, cuando la Música escapaba de su cuerpo de vinilo y me absorbía con cada nota, cada temblor que provocaba al calor de la voz de alguno de mis ídolos, haciéndome suya como en estos instantes en los cuales simplemente deseaba desaparecer de todo lo que fuera terrenal y perderme en la inmensidad de lo eterno.

Mordí un poco más fuerte mi mano, recorrí con mi lengua los dedos que evitaban que mi voz saliera con más intensidad, y me dejé ir buscando, cuando los labios vaginales cubrieron los primeros dedos que buscaban mis entrañas. 

Era maravilloso, todas las sensaciones se unían en un mismo lugar, el frío del champagne que rozaba mi mano, mi saliva resbalando por la comisura de mis labios buscando llenarme, el calor ardiente de mi sexo que palpitaba de deseo al contacto de esas yemas suaves, el flujo haciéndome sentir... y esos ojos que me transportaban a un lugar de ensueño donde sólo estábamos nosotros, nuestras almas y los deseos que nos poseían. El lienzo que tantas veces había dibujado, con la Música como el pincel que se deslizaba por mi piel, estaba ocurriendo como un todo que no podía describir, porque la magia me hechizaba, y los dedos, la piel y la melodía eran un solo amante que me hacían desaparecer entre el éxtasis y el placer más profundo.


Antes de todo I

 


Quise sentirme junto a su aura, dejando que la suave luz de la vela iluminara su rostro. La mano cálida y suave, casi como de seda, se posó en mi muslo, y al instante un temblor deseado recorrió todo mi vientre, aún podía volver a esos lugares en los cuales éramos uno, rodeados por nuestra desnudez a la luz de las estrellas. La Música que tantas veces nos había hecho el amor en el silencio de un instante, ahora sonaba como compañera de lo que vendría después, con la cálida emoción de la melodía que nos acariciaba de nuevo.

Dejé que las sombras que el movimiento de la vela hacían jugar sobre su rostro me llevaran a su imagen, y mientras el brillo de sus ojos adormecían mis sentidos la mano continuaba transmitiendo todo lo que necesitaba para sentirme viva, treméndamente vital, capaz de cualquier cosa. Seguía emocionándome con su piel sobre la mía, al compás de esos temas míticos que nos cubrían de emoción en los momentos en los cuales nos sentíamos uno el uno con el otro. Nunca hubiera sabido del amor a través de esa magia que transmitían sus ojos cuando la Música nos penetraba, nos hacía suyos y seguía elevándonos al compás de lo que nuestros cuerpos deseaban; nunca lo habría descubierto de no ser por el primer gemido que salió de su garganta cuando nos entregamos en el calor de una voz que nos susurraba.

Abrí mis piernas un poco más, sabedora que todo el recorrido hasta esa parte que ahora era puro fuego sería descubierto de nuevo después de demasiado tiempo, la eternidad que nos impusimos al tiempo que el silencio de nuestras melodías callaban a la espera de volver a encontrarnos, y al sentir mi entrega sus dedos jugaron con mi piel erizada. Era una sensación maravillosa, las yemas de sus dedos, suaves como la piel de un bebé fueron buscando sin prisas, teníamos la eternidad por delante y lo sabía, de modo que me dejé hacer. El tiempo era nuestro, la pasión envuelta en melodías no sabe de límites más allá de lo que propone, y en nuestro caso no los teníamos cuando se trataba de jugar con el cuerpo del otro siguiendo el ritmo que nos marcaban esas líneas invisibles dibujadas en nuestra piel y que provocaban sonidos al rozarlas.

Mis manos seguían sobre la mesa, acariciando el vaso aún lleno de esa bebida de dioses que cierra tantas emociones, con las burbujas haciendo extraños movimientos que casi se acompasaban a lo que mis ojos veían a través de la tenue luz de la estancia, esa vela que poco a poco arropaba nuestros sueños.

Charley Musselwhite

 


Son Seals

 


De Vinilos y Otras Glorias MMCCCXVIII

 Desde el lugar donde lo prohibido comienza a tener sentido


Howlin' Wolf (Moanin' In The Moonlight) 1959




La primera recopilación de la obra de Howlin' Wolf, otra de las leyendas eternas del Blues, editada en el año 1959, se me antoja una brutal representación sonora del talento de este músico que es una de las bases del estilo por su fuerza, su tremenda inspiración y la manera tan descarnada de hacer Blues.

Una voz particularísima sostiene la guitarra y todo el entorno de las canciones, donde la armónica se convierte en un apoyo fundamental de los temas, rasgando el silencio mientras los instrumentos funcionan como un bloque compacto al servicio de esa garganta que va contando historias a golpe de estrofas surgidas de algo tan profundo como las entrañas de un músico.

La manera descarnada, fiera y brutal de cantar de Howlin' Wolf, aullidos incluidos en muchas ocasiones que para eso era quien era, identifica claramente esa parte del Blues que grita al viento la desgana por lo que ocurre cada instante de la existencia y las ganas para que a través de esta Música única dirija esos espacios donde el infinito se puede conseguir.

"Moanin' In The Moonlight" es puro Blues cantado a los infiernos, creaciones que salen del desgarro de la piel y se transforman en brutales quejidos a través de la voz de este músico que se comía crudo todo lo que tuviera por delante. En los temas en los que se lanza a tumba abierta sólo hay que escucharle arrastrando la banda por las inmensas galopadas a golpes de ritmos ardientes, y en los aullidos que queman el alma, araña como pocos y saca el sentimiento poniéndolo a flor de piel.

Un disco tremendo, de lo mejor de una producción que hasta esos momentos era parte de la esencia del estilo (con los toques eléctricos que fueron transformándolo) y que nos deja doce temas convertidos en puro fuego por un tipo increíble a la hora de interpretarlos.


Side 1:  Moanin' In The Moonlight;  How many more years;  Smokestack lightnin';  Baby how long;  No place to go;  All night boogie

Side 2:  Evil;  I'm leavin' you;  Moanin' for my baby;  I asked for water;  Forty-four;  Somebody in my home

De Vinilos y Otras Glorias MMCCCXVII

 Desde el lugar donde lo prohibido comienza a tener sentido


Muddy Waters (At Newport 1960) 1960




Uno de los lugares míticos para conciertos de Blues, Newport, acogió en el año 1960 a uno de las leyendas del estilo (lo ha acogido muchas veces más pero por la fecha esta grabación es muy especial) Muddy Waters y su banda entregando algo tan puro como lo que le hizo ser y perdurar como uno de los músicos más increíbles que el Blues haya conocido.

El disco no engaña, se trata de nueve trallazos de Blues pasados por el talento de este músico que hacía lo que le daba la gana en un escenario. La variedad, aunque por el año ya no era tan normal, hubiera sido que Muddy Waters se enfrentara a la audiencia solo con su guitarra y su voz, pero la grabación con una banda de lujo acompañándole es una pequeña gema del estilo, especialmente por el momento tan increíble del artista.

La armónica de James Cotton y el piano (excelso, tremendo, maravilloso) de Otis Spann dan el contrapunto más especial a la voz de Waters, que se maneja como quiere con esos ritmos cansinos de sus canciones, ese Blues que parece flotar en el aire sin terminar de caer, cuando la garganta del bluesmen desgrana las estrofas y mantiene los momentos en los lugares precisos para que la banda desarrolle todo su potencial, que es mucho y muy bueno.

Un disco que además refleja una época en la cual el Blues fue dejando ese intimismo del artista con su guitarra y la voz o armónica para expresarse con un sonido eléctrico arropado por bandas que llevaban las canciones a un nivel distinto.

La presentación de las canciones por Muddy Waters es un fiel reflejo del momento en el que se encontraba, con palabras desenfadadas, notándose en el tono de su voz ese placer por lo que estaba haciendo, y ese reflejo de que su vida era lo que se escuchaba cuando atacaba cada canción escrita con el alma.

Un grande en una grabación tremenda (que me hubiera gustado que fuese mucho más extensa) para apreciar la magia de uno de esos músicos que han dejado huella e influencia para la Eternidad y un día.

Muddy Waters guitarra y voz. Otis Spann piano y voces. Pat Hare guitarra. James Cotton armónica. Andrew Stevenson bajo. Francis Clay batería.


SIDE 1:  I got brand on you;  I'm your Hoochie Coochie man;  Baby, please don't go;  Soon forgotten;  Tiger in your tank

SIDE 2:  I feel so good;  I've got my mojo working part 1;   I've got my mojo working part 2;  Goodbye Newport Blues



sábado, 6 de febrero de 2021

De Vinilos y Otras Glorias MMCCCXVI

 Desde el lugar donde lo prohibido comienza a tener sentido


John Lee Hooker (That's My Story) 1960




John Lee Hooker siempre ha ido muy de por libre, y no es porque no estuviera metido dentro de ese elegido grupo de artistas de Blues que son la piedra angular de todo lo que pasó más allá de la segunda guerra mundial a nivel de Música y sobre todo del estilo, es que su manera de ser le hacía ser... muy libre.

En el año 1960, el nueve de febrero para ser exactos porque el disco se grabó en una sola toma ese día, agarró doce temas del Blues más puro y esencial y terminó pariendo este "That's My Story", un disco que representa la parte más genuina del artista en esa época y posteriores años, y que refleja de manera absoluta esa manera de crear el Blues y hacerlo suyo en los susurros que marcan las entrañas cuando llega.

Porque el disco parece un tratado de lo que era John Lee Hooker como intérprete, con su voz melancólica en tonos bajos que parecía suplicar de vez en cuando (esos pequeños aumentos del tono no son sino un aviso para volver a su ser) y esos recitados inmensos con los que contaba las historias que eran parte de lo más íntimo de una forma de vida más que marcada por las circunstancias.

Hacía tiempo que Hooker se encontraba asentado como uno de los grandes del Blues, pero en esta época su dominio del estilo haciéndolo suyo como un estilo propio dentro del mismo era abrumador, y el sello de lo que era como músico algo tan evidente como significativo del artista.

Por eso este disco es tan descriptivo, porque te enfrentas al bluesmen de corte clásico, de guitarra y voz quejumbrosa que cuenta, habla, hace ver y es a través de su Música, pero al mismo tiempo "That's My Story" refleja la personal y única manera de sentir el Blues de uno de los más grandes, consiguiendo que cada surco te hable de él sin ninguna duda al respecto.

Un disco para sentir el Blues, la vida, el alma y sobre todo a un genio irrepetible.

John Lee Hooker voz y guitarra. Sam Jones bajo. louis Hayes batería.


SIDE 1:  I need some money;  Come on and see about me;  I'm wanderin;  Democrat man;  I want to talk about you;  Gonna use my rod

SIDE 2:  Wednesday evenin' Blues;  No more doggin';  One of these days;  I believe I'll go back home;  You're leavin' me, baby;  That's my story