domingo, 29 de septiembre de 2019

Poster


with or without you


The Weight


Poster


De Vinilos y Otras Glorias MMCLXXXII

Desde el lugar donde lo prohibido comienza a tener sentido


Black Widow (III) 1971


Grupo encuadrado (para quien lo encuadre, claro está) en la corriente denominada Dark Rock, aunque a mí siempre me han surgido las dudas en según qué casos, y este disco, dentro de la discografía de Black Widow, es uno de ellos.
Es cierto que sus anteriores trabajos eran más oscuros, pesados, y especialmente los ambientes creados por los riff y la parte de teclados incidían en este hecho pero en este "III", no sé si por la producción del disco, que el grupo quiso girar un poco en su propia esencia o que al ser uno de los últimos momentos de la banda ya no creían tanto en lo que hicieron, esa oscura sensación se desvanece en la mayoría de los temas, incluida la suite inicial que podía muy bien prestarse a ello, aunque por otra parte esa falta de oscuridad en el tema le acerca al Prog. más emocional con cambios de dirección constantes.
No vamos a engañarnos, quizás el grupo perdía un poco de fuelle, porque sus trabajos primarios fueron muy buenos, pero sigue mereciendo la pena escuchar a este tipo de bandas (soy un fiel y acérrimo defensor de todos los que tienen calidad, a pesar de ser minoritarios) que buscaban su espacio en una época tremenda, donde las ideas y la forma de entender la Música eran superlativas (eso no le falta a este trabajo, ideas y modos)
El final apoteósico de "The Battle" con la escapada hacia el infinito, la tremenda "Old Man" que es un compendio de relato narrado e intimismo roquero entre otras cosas (guiño a The Beatles incluido) permiten escuchar este disco con gusto, sin esperarte la orgía musical ni por descontado una obra mediocre.
Los momentos de saxo y flauta no destacan tanto como debieran, pero es cierto que en ese caso el giro Prog. hubiera sido algo evidente, tal y como se siente cuando entran.
Bienvenidos a lo prohibido, a eso que nunca cuentan porque se sale de "sus notas", pero que existe más allá, porque la Música, nuestra esencia, es infinita, más que les pese.
Kip Trevor voz, guitarra acústica, percusión. Geoff Griffith bajo y voz. John Culley guitarras y voces. Zoot Taylor órgano y piano. Romeo Challenger batería y percusión. Clive Jones saxo y flauta.

SIDE ONE:  The Battle;  Accident;  Lonely man
SIDE TWO:  The sun;  King of hearts;  Old man

De Vinilos y Otras Glorias MMCLXXXI

Desde el lugar donde lo prohibido comienza a tener sentido


UFO (Phenomenon) 1974


Uno de esos grupos que me adentró en el Hard, y que más adelante descubrí en otra faceta que (como suele ocurrirme) me enganchó aún más.
Pasado el primer y excepcional periodo con tres álbumes maravillosos y míticos, aunque nunca se les haya valorado por eso, el cambio a las seis cuerdas llevó a la segunda y más fructífera (en lo referente a público y entrada en la leyenda) etapa, con Michael Schenker al mando de las guitarras.
"Phenomenon" es su primer disco con la nueva formación, y a pesar de los pesares, una obra de arte del estilo, cuando lo descarnado y lo puro aún se daban la mano.
Lejos quedaban las enormes suites de veinte minutos, pero se enganchaban a temazos que son parte de la historia no sólo del grupo, sino del Rock en general. Aún en formato de cuarteto, con la voz única y sugerente de Phil Mogg al mando de las operaciones, dieron con la tecla de temas muy elaborados y como parte de la idiosincrasia del Hard.
Riff pesados, tremendos, una base rítmica descomunal y temas que no han podido ser superados, escritos ya en la leyenda del Hard Rock.
El disco es perfecto, los temas transmitidos de una manera precisa, la banda se encuentra en estado de gracia, y todo se engarza para hacer de "Phenomenon" un disco que hay que tener si te gusta el Rock, la Música y lo que te hace vibrar.
Ese punteo de "Doctor Doctor" se te mete hasta las entrañas y no se puede sacar, pero temas como "Rock Bottom", mi favorito de esta nueva etapa, son una demostración de lo que una banda puede hacer.
Andy Parker en la batería y Pete Way con el bajo, esos músicos que suelen ser los olvidados y que provocan que todo funcione, se dan un festín de lo que es soportar temas con una base rítmica descomunal, mientras las guitarras de Schenker, sean eléctricas, acústicas o lo que sea, se pierde por el infinito trabajando los riff o saliéndose en los solos. El sello de identidad de UFO cuando se le escucha, esa voz aterciopelada de Phil Mogg, está perfecta, y te transporta hacia donde quieras ir.
Por aquello de volver a lo que fueron maravillosas sensaciones, un disco para recordar siempre.

SIDE ONE:  Oh my;  Crystal light;  Doctor Doctor;  Space child;  Rock Bottom
SIDE TWO:  Too young to no;  Time on my hands;  Built for comfort;  Lipstick traces;  Queen of the deep

sábado, 28 de septiembre de 2019

Roger


Fire


The Fever


David


De Vinilos y Otras Glorias MMCLXXX

Desde el lugar donde lo prohibido comienza a tener sentido


Black Sabbath (Vol 4) 1972


Si las cuentas no salen mal, y el nombre del disco no es un despiste, nos encontramos ante el cuarto trabajo de Black Sabbath, la banda del Dark Rock por antonomasia (aunque cierto es que muchos grupos se habían lanzado ya hacia esta corriente, pero realmente nadie como ellos)
En este trabajo parece que se tomaron un respiro y descansaron de la barbaridad con la que habían comenzado, y aunque parece una forma de alabarles, en mi caso es una crítica.
El disco me encanta por momentos, pero no en su conjunto; algunos de los temas que lo componen son barbaridades del Hard llevadas al extremo, como el tema con el que se estrenan, que acaba en una cabalgada hacia los infiernos realmente memorable, pero en otros... me falta ese oscuro objeto del deseo que eran los Sabbath, y que me hacían diferenciarles como un grupo ajeno a la mayoría.
La guitarra dulcifica un poco los riff que te caen encima, y la losa se sobrelleva mejor, la voz es lo que es, y lo que realmente mantiene el espíritu es esa sección rítmica que sigue siendo una sacudida brutal.
Lo curioso es que en trabajos posteriores volvieron a ese oscuro objeto de deseo, pero en este "Vol 4" relajaron los altavoces y si como disco de Hard al uso queda pero que muy bien, porque suena al estilo, no eran ese grupo que marcaba distancias; de hecho, temas como "Changes" no me pegan nada.
Quizás otras bandas estaban arrasando con el Hard más clásico, y quisieron probar, pero ellos eran otra cosa.
Aún así, el disco visto como lo que es, un trabajo de Rock Duro en la mayoría de su duración, no es para tirarlo a la basura. Desmerece un poco por quien lo ha hecho, pero no porque no tenga cosas que ya les hubiera gustado hacer a otros.
Debe ser la edad, es cierto, y como esto lo escribo en la fecha que queda reflejada, así me sale. Black Sabbath, demonios aparte, me sugieren mucho en la primera mitad de la década (el intento con otro vocalista es otra historia) y en este disco aún pueden sugerir, aunque de otra manera.

Side 1:  Wheels of confusion;  Tomorrows dream;  Changes;  FX;  Supernaut
Side 2:  Snowblind;  Cornucopia;  Laguna sunrise;  St. Vitus dance;  Under the sun

De Vinilos y Otras Glorias MMCLXXIX

Desde el lugar donde lo prohibido comienza a tener sentido


Whitesnake (Love Hunter) 1979


A finales de la década de los setenta, el Hard Rock comenzaba a flaquear y buscaba otros derroteros, pero aún existían bandas que querían buscar (al menos en sus comienzos) esa continuidad de un sonido maravilloso y único.
Salvando las distancias de los grandes mitos del Hard, los rescoldos de algunas bandas se empeñaban en seguir, y los comienzos de Whitesnake fueron eso, querer estar en lo que cada uno de los miembros había mamado.
Todavía el ego de David Coverdale no se había disparado hasta la estratosfera, aún el pie del micro no era la continuación de su falo, y sin quitarle el mérito de haber creado una banda como Whitesnake, era parte de ella y eso se nota.
Con algún que otro retoque los componentes son la base de lo mejor que tuvo la banda, un grupo creado para el Hard y que en sus primeros momentos daba mucho de sí. Tras un par de intentos más o menos fallidos, "Love Hunter" se convirtió en su primer disco importante, con un tono pesado en sus creaciones, una voz que se acoplaba (y no al revés) a la Música y unos músicos, todos ellos, que entendían este estilo de manera excepcional.
Un disco tremendo en las postrimerías del mejor Hard, con temas endiabladamente emocionales, como el himno "Walking In The Shadow Of The Blues", que quieran algunos verlo o no, bebe de fuentes lejanas en el estilo pero que no es más que ese camino que llevó al Hard a ser lo más dentro del Rock.
Las connotaciones musicales se notan más que menos, algunos temas son Blues reciclados por guitarras y voces descarriadas, y en general todo suena a esencia, algo de añoranza y la apuesta por una forma de entender la Música que parecía no querer cambiar de década.
Si no lo mejor, porque lo siguiente en tiempo fue muy bueno, de lo más excelso de un grupo que se ahogó con el ego y el alargado pene de su líder, pero que en momentos como este era un grupo para disfrutar. La portada, preciosa, para saborear de esa parte que el Rock, cuando quiere, también nos deja.
Bernie Marsden guitarra y voz. David Coverdale voz. Neil Murray bajo. Jon Lord teclados. Duck Dowle batería. Micky Moody slide guitar, guitarra y voz.

SIDE ONE:  Long way from home;  Walking In The Shadow Of The Blues;  Help me thro' the day;  Medicine man;  You 'N' Me
SIDE TWO:  Mean business;  Love hunter;  Outlaw;  Rock 'N' Roll Women;  We wish you well

De Vinilos y Otras Glorias MMCLXXVIII

Desde el lugar donde lo prohibido comienza a tener sentido


Rainbow (Long Live Rock 'N' Roll) 1978


Lo de Ritchie Blackmore y la lucha interna para ser tan genio en lo musical como un impresentable en lo personal  es ya leyenda en el universo del Rock, y quizás por eso o porque le daba la real gana solía privarnos de una continuidad en sus bandas que hubiera sido... 
Este discazo de Hard Rock nos presenta una banda renovada, la consabida lucha de egos, o la teja desprendida que le daba al guitarrista cada cierto tiempo, pero en este caso, a pesar de incorporar dos miembros que se acoplaron casi a la carrera para la grabación del disco, el trabajo salió de escándalo.
Creo que fue el último gran disco de Rainbow, con una banda aún tremenda, el trío de genios en la guitarra, la batería y la voz y dos escuderos de lujo al bajo y los teclados.
Al margen del trallazo que es el tema que da título al disco, y que suele servir para subirte a las estrellas sin cohete, al igual que su primo hermano "Kill The King", los toques de sonido distintos a lo que habían hecho marcan un disco diferente pero de una calidad brutal.
La voz de Dio, acoplada a cualquier cosa porque era única, es capaz de dotar de un halo misterioso esos temas de corte oriental, con un empuje mágico, y el sonido de la guitarra de Blackmore se transforma según qué momentos, y el resultado es sorprendente.
Se permiten (con mucho éxito la verdad) experimentos como "Gates Of Babylon" o la inmensa "Rainbow Eyes" (para que luego algunos hablen de haber hecho eso que se llamó horriblemente baladas del Hard) donde dan una lección de composición más allá del Hard Roc propiamente dicho.
Un sonido limpio, claro, potente y contundente, que para eso la sección rítmica era una patada constante en el trasero, y quizás, sólo quizás (y a lo mejor por los recuerdos de Ritchie de épocas pasadas) lo que menos destaca son los teclados, que sirven más para el ambiente global de los temas que para ejercer de solistas.
Una banda legendaria tras mitos de dimensiones épicas en un disco que en lo que a mí respecta fue el adiós de su mejor nivel, a pesar de... pero que aquí todavía te podían llevar donde quisieran.
Ritchie Blackmore guitarra y bajo. Ronnie James Dio voz. Cozy Powell batería. Bob Daisley bajo. David Stone teclados.

1:  Long Live Rock 'N' Roll;  Lady of the lake;  L.A. Connection;  Gates Of Babylon
2:  Kill The King;  The Sheb;  Sensitive to light;  Rainbow Eyes

De Vinilos y Otras Glorias MMCLXXVII

Desde el lugar donde lo prohibido comienza a tener sentido


Deep Purple (Fireball) 1971


No voy a reivindicar nada de una época gloriosa del Hard, y menos de la etapa más excitante y de calidad de Deep Purple haciendo ese estilo que manejaban como querían.
No creo que sea necesario porque la producción habla por sí misma, y ese quinteto que conocemos de memoria dejó un legado irrepetible; sin embargo, siempre me han cabido dudas sobre el pensamiento de los seguidores del grupo sobre este "Fireball", un disco que apareció tras una obra de arte y delante de lo más emocional de la banda.
Es evidente que no es la joya de los Purple, pero no es (como mantienen muchos popes) un disco menor. Si se toma en su conjunto le perjudica el cómo y cuándo, eso está claro, pero escuchándolo sin prisas y sin contar con el hecho de que muchos de sus temas eran apartados de los conciertos en vivo de la banda, la cosa cambia.
Ciertos temas del disco son un cambio más que claro dentro de su propio estilo, y en algunas ocasiones el salto al vacío manteniendo la esencia pura del Hard pero adentrándose en otros caminos, son una bocanada de aire que en mi caso agradezco y mucho.
Temas como "Demon's Eye" me golpean los sentidos de una manera tremenda, mucho más que la cabalgada inmisericorde que da título al disco, porque esos riff pesados y cortados a cuchillo son el estilo con nombre propio.
También se marcan una delicatessen que creo se comprendió poco o nada, como "Anyone's Daughter", con algunos guiños al Prog. de antaño y una banda sublime haciendo lo que no debe ser el estilo y que sin embargo termina en una belleza (la guitarra de Ritchie acaricia la piel, la voz de Gillan pasada de rosca es una demostración de control vocal, y las manos de Lord al piano...)
Lo dicho, no es el mejor disco del mítico Mark II, pero es un trabajo del que se puede sacar esa parte que el propio grupo ocultó en demasía y que a veces, ya pasado el tiempo y el espacio, florece como lo que es, un gran disco de Hard Rock hecho por la banda que mejor representó en esencia al estilo.
Ritchie Blackmore guitarra. Ian Gillan vox y percusión. Roger Glover bajo. Jon Lord teclados. Ian Paice batería y percusión.

A:  Fireball;  No No No;  Demon's Eye;  Anyone's Daughter
B:  The Mule;  Fools;  No one came

sábado, 21 de septiembre de 2019

Poster


Hot Cha


Música


El mediocre se esconde tras la sombra de aquél a quien no puede soportar. Es como el tema de Música que nunca será más allá porque sus notas se encuentran dispersas en la razón. No puede ser, y quiere a través de los que piensan, sueñan y creen por sí mismos.

La Música de calidad, la que hace que los sentidos se mezclen con lo bello, evita esa mediocridad, no sabe de asonancias que disturban el silencio, ni piensa en lo que la sombra que se proyecta guarda tras de sí.

Ghosts on a Tree


De Vinilos y Otras Glorias MMCLXXVI

Desde el lugar donde lo prohibido comienza a tener sentido


Mike Bloomfield Woody Harris (Michael Bloomfield Woody Harris) 1979


Hay que reconocer que lo de este tipo, Mike Bloomfield, tiene su cosa; o al menos la tiene para alguien como yo, porque me encanta.
El disco que nos ocupa, que es un conjunto de nueve temas a la guitarra acústica (y alguna slide) junto al también guitarrista Woody Harris, puede pensarse que no es más que eso, pero es que en "eso" radica la cosa, en serlo.
Las posibilidades musicales de Bloomfield le convierten en un músico camaleónico, que si bien se manejaba mucho mejor en el Blues y con las eléctricas, en otros estilos y con otras guitarras no desentonaba en absoluto, más bien al contrario.
Por aquello de estar bastante sobrado, se marca junto a Harris un disco con base en la Música Gospel americana, realizando versiones íntimas, instrumentales y sugerentes con una capacidad de transmisión a los sentidos realmente excepcional.
Vuelvo a lo de nueve líneas antes, que se podrá pensar que el disco no tiene nada más, pero lo que te llega en la manera de recrear los temas, la sensibilidad a la hora de realizarlos y sobre todo el aura de íntima melancolía que traspasa el vinilo, lo hacen a mi entender muy especial.
Lo mejor de todo, al margen obviamente de la emocional manera de tocar de los músicos, es que sea instrumental. No me cabe en la cabeza ninguna palabra que no sean las que emanan de las seis cuerdas de las dos guitarras, porque ya te lo dicen todo, y eso es lo que consigue que el trabajo sea una maravillosa manera de soñar mientras se escucha, porque la verdad es que te traslada a cualquier lugar que tu mente desee.
Dicho esto, solo invitar, a quien lo desee y se deje (por si acaso) a disfrutar de nuevo de un tipo que fue muy especial, un músico por encima de muchas cosas, y sobre todo a su manera de entender la Música, que siendo Bloomfield, ofrece un abanico de posibilidades bastante grande.

SIDE 1:  I'll overcome;  I must see Jesus;  Great dreams from heaven;  Gonns need somebody on my bond
SIDE 2:  I am a Pilgrim;  Farther along;  Have thine own way;  Just a closer walk with thee;  Peace in the valley

De Vinilos y Otras Glorias MMCLXXV

Desde el lugar donde lo prohibido comienza a tener sentido


The Electric Flag (The Band Kept Playing) 1974


Muchos dicen que segundas partes nunca fueron buenas, y puede que en muchas ocasiones sea verdad, aunque si se toma como norma, no se intentaría nunca nada por segunda vez.
En el caso de The Electric Flag, hay que reconocer que por lo menos a nivel de público la segunda intentona no fue nada buena, y eso llevó a terminar definitivamente con el proyecto.
Tras los primeros discos y la disolución de la banda, intentaron relanzar la trayectoria del grupo con este "The Band Kept Playing", pero el público y (aunque no de manera global sí parte) la crítica les dieron la espalda.
Cinco años sin noticias fueron demasiados, porque es cierto que en la época los proyectos eran infinitos y no dejaban de salir y desaparecer grupos por todos lados, y cuando se volvieron a reunir ya no les debía quedar crédito en la memoria.
Y eso que el disco, visto de manera aislada como un trabajo de Música seria, no está nada mal, pero si ya comparamos, vemos proyectos paralelos, la trayectoria durante esos años de los miembros de la banda... entonces la nave empieza a zozobrar, y en eso sí que el tiempo jugó en su contra.
Quede como constancia de unos músicos de mucha calidad intentando algo que no pintaba bien, pero en esos pequeños espacios donde se lanzan a lo seguro, con temas que merodean el Blues, la base rítmica de un Soul eterno o la calma del Rock (me hubiera gustado más el disparo directo al alma) no salen tan mal parados, o a mí no me lo parece.
De lo que no hay duda es que el proyecto original ya no existía y aunque se esfuerzan por la continuidad, se nota que a mediados de década las cosas no eran iguales, pero de ahí a incendiarlos como herejes va un trecho, y yo no estoy en ello.
Para los que sientan la Música, a pesar de esos momentos de silencio nostálgico que provoca, un disco que se escucha sin aspavientos, porque es mejor que peor, por descontado.
Mike Bloomfield guitarra. Buddy Miles batería y voz. Nick Gravenites guitarras y voz. Barry Goldberg teclados. Roger Troy bajo y voz.

SIDE ONE:  Sweet soul music;  Every now and then;  Sudden change;  Earthquake country;  Doctor oh doctor (Massive infusion)
SIDE TWO:  Lonely song;  Make your move;  Inside information;  Talkin' won't get It;  The band kept playing

De Vinilos y Otras Glorias MMCLXXIV

Desde el lugar donde lo prohibido comienza a tener sentido


KGB (Motion) 1976


Intento de super banda con unos nombres estelares que se quedó en eso, aunque por el camino del intento dejaron dos discos que son un pequeño gustazo cuando los escuchas.
Este "Motion" fue el segundo trabajo y el que cerró el ciclo, y aunque no creo (la verdad es que no por mucha diferencia) que llegara a la calidad del primero, tiene momentos de Música que te hacen saber el por qué de los que formaban el combo.
Una especialísima mezcla de estilos que todos los componentes dominaban de una manera brillante, deslizándose de manera un poco más clara hacia el Rock, especialmente por la forma de componer; no obstante, en cualquier tema se aprecia la influencia del Blues, el Soul, el Pop más melódico, sobre todo en los temas más tranquilos que se podrían considerar (lo que gustaba el término en ciertas épocas, ¡¡rediéz!!) baladas.
No tuvo éxito la idea desde un principio, y eso que mimbres había, o quizás por eso mismo, ya que la crítica se ensañó con el grupo desde sus comienzos, y este "Motion" fue el final cantado de la banda. Pudiera ser, o fue, que lo que se suponía dada la importancia de los músicos, se quedara en una idea menor para quien esperaba un bombazo de tamaño sideral.
Como super grupo no funcionó, pero como grupo deja rastro de su calidad, y la voz de Ray Kennedy se luce en momentos en los cuales necesita esa calma tras la tormenta. Los temas más impactantes, que pueden romper desde cualquier lado, sí que arrastran con la temeridad de lo que se espera cuando quieren llegarte hasta el entrecejo, pero es verdad que el disco adolece de una mayor continuidad. Desde luego, la parte buena (la mayor parte del disco, a pesar de los negativistas de siempre) es bastante buena, pero claro, esos momentos de bajada no se les debía permitir.
Si no te importa dar saltos al vacío, "Motion" se deja escuchar, y se encuentran momentos en los que el Rock te abraza, si deseas llegar muy arriba...
Ray Kennedy voz. Barry Goldberg taclados. Mike Bloomfield guitarra. Ric Grech (bajo. Carmine Appice batería.

A:  Woman, Stop Whatcha Doin';  I only need a next time;  My Serene Coleen;  Lookin' for a better way;  Lay it all down
B:  Treading water;  Goin' thru the motions;  Je t'aime;  Determination



De Vinilos y Otras Glorias MMCLXXIII

Desde el lugar donde lo prohibido comienza a tener sentido


Mike Bloomfield (Michael Bloomfield) 1977


En el disco que tengo pone C & P (dentro de un circulito las dos letras) 1977, por aquello de las fechas que suelen salir por muchos sitios que se suponen son las biblias sagradas de los datos.
Hecha esta puntualización, que siempre puede sobrar, obviamente, nos encontramos ante un disco de uno de mis guitarristas favoritos, que estuviera donde estuviera, bien como parte de un grupo o en solitario, siempre dejaba claro que la clase y el talento, cuando salen de manera natural, son algo que no se presta, porque están ahí.
Entre los orígenes musicales de este portento a las seis cuerdas, lo que mamaba cuando tocaba y lo que le gustaba, el disco se convierte en un pequeño recorrido por el Blues (lo más evidente) parte de un Soul que destila emociones contenidas, Rock pasado por el tamiz de un tipo que era capaz de hacerlo, y así hasta ocho temas que son Música, nada más y sobre todo y por encima de todo, nada menos.
En formato de Power Trío la mayoría del disco, Mike Bloomfield se da un festín multiinstrumental, en el cual se atreve (al margen de las capacidades con las seis cuerdas) con los teclados, el banjo, el acordeón y algún que otro solo de armónica, dejando claro que sus emociones con la Música iban mucho más allá de lo que pudiera parecer (y que algunos durante muchísimo tiempo nunca han querido ver)
Quizás el disco peca de una duración escasa, para lo que este tipo podía hacer, pero entre los ramalazos de furia nos deja algunas piezas que sobresaltan los ánimos más calmados, como las versiones de los tradicionales "Women Loving Each Other" y "Sloppy Drunk", auténticos cantos a lo que nunca va a morir.
Un trabajo que se escucha con mucho gusto, apreciando a un músico muy especial, que siendo (en mi opinión) un auténtico genio con la guitarra y entendiendo la Música de manera sublime, nunca fue valorado en lo que merecía.
Si te gusta la Música, siempre hay tiempo para atreverse con alguien como Mike Bloomfield, porque en gente como esta la esencia permanece.

Side One:  Guitar King;  Knockin' myself out;  My children, my children;  Women Loving Each Other
Side Two:  Sloppy Drunk;  You took my money;  See that my grave Is kept clean;  The gospel truth



sábado, 14 de septiembre de 2019

Mick


whole lotta love (o el exceso de algo así)


Música


Dicen, al menos los que yo conozco y que pensamos de la misma manera sobre la Magia, que escuchar Música es como un orgasmo continuo.

Quizás las experiencias más allá de los sentidos nos posean cada vez que un tema de los que abrasan la piel nos llega; puede ser que hacer que algo tan íntimo se pose en ti y no te abandone nunca sugiera esos momentos en los que eres con el calor de las sensaciones.

He tenido la suerte de poseerme cuando escucho Música, y no he necesitado embadurnarme de ningún ungüento que me ayudara a disparar mi piel. Sólo he tenido que sentirla cuando me acaricia, me abraza, me hace latir como si el mundo dejara de girar y fuese yo mismo quien lo hiciera alrededor de todo el universo.

Puede ser que sea un orgasmo continuo, puede ser que ese rincón de los deseos que cada uno tenemos esté en constante movimiento al escuchar las notas desparramadas, y es cierto, al menos en mi caso, que el placer sensorial puede convertirse en lo que que le dé la gana cuando ella, mi Amiga, rompe el silencio.

Música


Está de moda pensar que subirse a un escenario te hacer ser un genio, que escribir mediocres palabras que se transforman en sonidos te da ese lugar en el Olimpo de los dioses.
No estaría de más (y si no es así yo no creo que tenga remedio) que volviesen a viajar por la historia de todo lo que hace que estremecerse con una melodía merece la pena.


Jamás suspires por quien pasó de puntillas sin arrancar una emoción de tu piel, no recuerdes el nombre de quienes buscaban ser repetidos en los sueños, quedémonos con los que pueden hacer que las entrañas duelan de tanto gozar, con los que consiguen el estallido del cerebro al atravesar los sentidos con las notas que son pura magia, son quienes merecen estar escritos a fuego en la piel que se derrite sin las palabras vacías.

domingo, 8 de septiembre de 2019

David Gilmour (Un Músico Excepcional)



Dónde se habrá metido esta mujer



Cuando insisten los mediocres (con los y las, para que quede bien) suelen no saber, porque para eso son, eso, mediocres, que antes que ellos y ellas ya hubo muchísimos que lo tenían claro.
Y ahora que los y las mediocres venden que todo debe ser de una u otra manera, hace más o menos (casi no me acuerdo ¡¡¡rediéz!!!) 49 años, algunos que no eran ni de lejos gente de postureo, imágenes baratas y mierdas de esas (todo lo de los y las mediocres, vaya) sabían que había que hacer algo y a través de eso que se llama Música y a la que llamamos magia, decían verdades como puños y disturbaban las mentes "bien pensantes", y eran capaces, en un minuto y cincuenta y tantos segundos, de resumir lo que ellos y ellas (los mediocres) no son capaces de expresar en años de verborrea barata.
Por aquello de... para los que siempre, siempre, siempre, lo hemos tenido claro (Obviamente quien no se entere, será de lo que ahora se estila, que es la mediocridad ¡¡¡Por Dios!!!)

David (Para Ver, Disfrutar, Hacer, Deshacer... y lo que venga en gana, vamos)


De Vinilos y Otras Glorias MMCLXXII

Desde el lugar donde lo prohibido comienza a tener sentido


Jimi Hendrix (Band Of Gypsys) 1970


El día de año nuevo de 1970 fue el elegido por Jimi Hendrix para la presentación de su nuevo proyecto, tras dejar (vaya usted a saber por qué siendo lo mejor que hizo en su corta vida) The Jimi Hendrix Experience.
Con dos músicos de tronío (Buddy Miles y Billy Cox) colegas y otras cosas más en común, formó Band Of Gypsys, y en la Gran Manzana, en el mítico Fillmore East aparecieron a lo grande.
Para el que suscribe, siendo como eran tremendos y con ganas de avasallar, el combo no llega a esa mágica simbiosis que Hendrix tenía con sus dos compañeros de reparto anteriores, y quizás el directo que nos ocupa peca un poco de eso, de querer ser más que... lo cual era muy difícil.
Es evidente que el disco merece la pena, o a mí al menos me la merece, porque un animal como Hendrix siempre deja rastro de esa grandeza que le caracterizaba en la época, y sus dos compañeros secundan más que bien al genio en los temas.
Un Power Trío que se dedica a tocar los temas con una salvaje acometida tras otra, en una selección que podría haber sido mejor, salvo los dos que firma Buddy Miles que son tremendos, lástima no haberlos desarrollado más.
Jimi Hendrix y sus directos; la verdad es que para aquellos a los que nos gusta el músico, es una gozada sentirlo, realmente tenía algo de magia que se transmitía cuando estaba sobre un escenario, daba igual un gran festival que recintos cerrados como el Fillmore, pero está claro que la cumbre la había alcanzado y discos como éste sirven para demostrar que en esos momentos era algo diferente.
Evidentemente para amantes de Hendrix y sin comparaciones, porque de no ser así mal asunto, y por supuesto para conocer si es que no se conocía, un proyecto que no tenía mala pinta, pero que no duró mucho más que algunos meses.

SIDE ONE:  Who Knows;  Machine gun
SIDE TWO:  Changes;  Power of soul;  Message to love;  We gotta live together



De Vinilos y Otras Glorias MMCLXXI

Desde el lugar donde lo prohibido comienza a tener sentido


Roy Buchanan (Live From Austin Texas) 1976


Desde luego se deberían prohibir pocas cosas, y las que se hacen sin motivo deberían tener más motivo que el resto para disfrutarse, por eso, en ocasiones, traer artefactos como el que nos visita me parece de lo que más sentido tiene.
Roy Buchanan era un iluminado, un genio con la guitarra entre sus manos, y cuando se trataba del directo, pensar que lo que escuchabas en un estudio pudiera trasladarlo al escenario me parece de traca.
Este disco (que se encuentra disponible en DVD y demás formatos visuales y es una pasada verlo) es una pequeña joya por lo que significa, disfrutar del genio en lo que realmente era insuperable, el directo.
En una época simplemente mágica, cuando aún no era tan conocido (realmente casi nunca lo fue) el año 1976, fue invitado a uno de los festivales más famosos de los USA, y allí, en Austin, TX, volvió a deleitar con una exhibición de genio, técnica y clase por igual en un show que (por desgracia) se queda demasiado corto, pero que sirve para tener unos cuantos orgasmos mientras lo disfrutas.
Brutal, tremendo, algo impresionante, y entre medias un tipo que parecía que no estaba, al que le costaba mirar al público mientras hacía lo que le daba la gana con su compañera inseparable; el concierto es lo que es, Roy avasallando los sentidos y poniéndote en órbita, la banda secundando lo que él dejaba un poco de lado para que los temas sonaran bien, y más de lo mismo, seis cuerdas de fuego abrasándote las entrañas en otra de las exhibiciones que se permitía delante de un público entregado y en algunas imágenes ingenuo por lo que veía.
Para los que sientan la Música como parte de su alma, un disco para disfrutar, desaparecer dentro de uno mismo y volver a nacer de nuevo. Para los que no conozcan a este tipo que fue llamado "el mejor guitarrista desconocido de la historia", una oportunidad para conocerle y de paso admirar lo que era capaz de hacer.

SIDE ONE:  Roy's Bluz;  Soul Dressing;  Sweet Dreams
SIDE TWO:  Hey Joe;  The Messiah

De Vinilos y Otras Glorias MMCLXX

Desde el lugar donde lo prohibido comienza a tener sentido


Man (Man) 1971


El tercer álbum de la banda galesa nos trae el primer cambio de formación importante dentro del grupo. Quizás esto les hizo lanzarse a una aventura que desde luego era de lo más valiente, pero que no tuvo el éxito que pretendían a nivel global.
Man siempre ha sido (a mi modo de ver) la típica y característica banda de directo. En el escenario se recreaban y no ponían límites a los temas ni a la duración de los conciertos cuando estaban en plena forma.
En este disco, "Man", en cierta medida intentan recrear ese ambiente brutal que suponen las jams sin pausa ni límites, pero creo que el directo es una cosa y el estudio otra.
Quizás por eso el álbum se entendió de manera distinta según qué sectores del público y la crítica lo acogiera; en unos casos se le criticó por la falta de energía de los temas más largos, auténticas jams en estudio, "Would The Christians Wait Five Minutes? The Lions Are Having A Draw" de 12'52'' y cuyo título casi supera el momento musical, y la brutal "Alchemist" con sus 20'41'' de Música excelsa.
En lo que a mí respecta me parecen dos temazos, elaborados, con muchísima idea y un contenido a la hora de desarrollarlos en el disco que me hace gozar. Será que soy de temas eternos, sobre todo si son capaces de recrear ideas a este nivel, pero en el caso que nos ocupa, sin quitar nada a lo que es el directo (que en general siempre me vuelve loco) este trabajo de Man me parece una apuesta valiente y delicada. Creo que se infravaloró por lo que el propio grupo entregaba en un escenario.
Los tres temas restantes apoyan más que bien a las dos jams, con un Blues tremendo ("Romain") y dos fogonazos Psychos de altura ("Country Girl" y "Daughter Of The Fireplace") y aún así todos sobrepasan los cinco minutos.
Un disco para disfrutar de la Música hecha por el placer de entretenerse en ella, para no tener prisa y dejar que cada nota te atrape hasta... donde uno quiera, porque el tiempo se detiene con trabajos así.
Martin Ace bajo, guitarras y voz. Clive John teclados, guitarra y voz. Micky Jones guitarras y voz. Deke Leonard guitarras, piano steel y voz. Terry Williams batería y percusión.

sábado, 7 de septiembre de 2019

Poster


I'd Rather Go Blind



Algunos, y algunas, se creen que están inventando algo. Hace muchas décadas, algunas tenían muy claro por qué se levantaban cada día.
Lo Eterno, simplemente, nos sobrevivirá para siempre.

Música


Ahora que vende lo mediocre, que todo lo que sea no tener calidad puede sobrevolar las mentes de quienes dicen que son libres, aún me puedo dar el gustazo de escuchar una melodía que me lleva más allá de esas diminutas criaturas que se sirven de la imagen para ser lo que no son, pensar qué hacen y no saber qué hacer.

Afortunadamente, aún estamos en ese lugar donde la Música te mece, te abraza, te hace al amor y después se aleja para volver a encontrarse contigo en los sueños.

Un Genio


I'd Rather Go Blind




A Mi Amor, porque con ella sé que siempre encontraré quien sepa por qué me emociono.
Te Amo

Poster


De Vinilos y Otras Glorias MMCLXIX

Desde el lugar donde lo prohibido comienza a tener sentido


Humble Pie (Winterland 1973) 1973


Trabajo en directo de la banda de Rock Humble Pie, ya sin Peter Framptom, sustituido por Clem Clempson, aunque dicho así nos quedamos muy cortos, porque realmente estos tipos eran capaz de tocar casi cualquier estilo, el Folk, el Blues, obviamente el Rock... y lo que les pusieran por delante, porque sus influencias eran muchas y muy buenas.
De todas maneras, una banda que tuviera en sus filas a músicos de la calidad de los que la componían, plenos de ideas y creatividad, podía llegar casi a cualquier lugar, y de hecho así ocurría.
Un disco que por ser en directo rompe de manera radical con sus predecesores y volviendo a la  línea más de Rock Duro con la que empezaron. De hecho, en este maravilloso "Winterland 1973" no sabes qué te vas a encontrar hasta que vas escuchando los temas, porque la alternativa es continua; una vuelta de tuerca que sobre todo juega con el impacto del directo, con las voces más salvajes acompañando las melodías poderosas, para trasladarte a temas donde la esencia del Blues se aspira por todos lados, y otros en los cuales te pueden atravesar por cualquier lugar.
El Rock más eléctrico se acuesta junto a esas baladas tan del estilo que estremecen la piel, y en ocasiones los ritmos incesantes te hacen elevarte allá donde estés.
Un disco singular que hay que saborear en cada instante, una preciosa manera de saborear esa esencia de grupos de este nivel que era el directo, y que por la magia de los músicos que lo crean se transmite al vinilo de una manera simplemente mágica.
La voz salvaje (cuando quiere y se deja llevar) de Steve Marriott es el contrapunto perfecto a la de Clem Clempson, y ese tremendo choque de trenes consigue que todo siga una línea excepcional. Cuando quieres sentirte en una nube, escuchas barbaridades como "Stone Cold Fever" y si quieres una patada en el trasero de buen Rock "30 Days In The Hole", porque realmente hay para todo.
Para quien ame eso que llamamos magia, un disco que hay que escuchar, simplemente por el placer de hacerlo.
Steve Marriott guitarra, voz, percusión, piano. Clem Clempson guitarra, voz. Greg Ridley bajo, voz. Jerry Shirley batería y percusión.

Side A:  Up your Sleeves;  4 Day Creep;  C' mon everybody
Side B:  Honky Tonk Woman;  Stone Cold Fever;  Blues I believe to my soul;  30 Days In The Hole
Side C:  Road Runner;  Halleluyah I love you so
Side D:  I don't need no doctor;  Hot N' Nasty

De Vinilos y Otras Glorias MMCLXVIII

Desde el lugar donde lo prohibido comienza a tener sentido


Moby Grape (Moby Grape'69) 1969


Tercer trabajo de la banda de Psycho Rock que perdía (por aquello de lo que hay que leer y saber no hay ni razones, pero seguro que él las sabía) a uno de sus miembros fundadores, Skip Spence.
Evidentemente el músico era uno de los que transmitía la esencia y el sonido de la banda, pero fuese porque era el primer trabajo sin él o porque los restantes miembros tenían el concepto del grupo metido en vena (que creo que era así) este disco no pierde ni un ápice de los valores por los que la Música de Moby Grape existía.
Una Psycho de calidad, apoyada en unas melodías maravillosas, y a su vez basada en unos conjuntos corales excepcionales que llevaban cada tema como si fueran un precioso collage de notas entrelazadas que flotan en el infinito.
Las sensaciones de los temas, cuando se acercan a los sentidos, es de acariciarte con una suavidad descomunal, acaparando el espacio que ocupan para llevarte de la mano nota tras nota.
Las voces son la guía, las cuerdas de las guitarras marcan esos compases donde subirte para seguirlos, y a partir de aquí, las composiciones de calidad hacen el resto, aunque hay que trasladarlas al vinilo con la clase con la que ellos lo hacen, y eso de fácil no tiene nada.
En un momento histórico donde sobraba (bendito momento, todo sea dicho) la calidad en lo que se hacía, Moby Grape son un referente de un tipo de Música hecha con los sentimientos, y "Moby Grape'69" se mueve en ese frágil equilibrio en el que se puede caer de ser un disco más (que no lo es salvo por la creatividad de la propia banda) o un trabajo que siempre te llama por lo que ofrece.
Cuando la Música te llena, cualquier ocasión es buena para disfrutar. En el caso que nos ocupa, si amas la Música de calidad, este es un disco para saborearla en cada nota, cada surco, cada latido que te provoca, y si te gusta la Psycho y grupos que la transmiten como Moby Grape, es una buena ocasión para, nada más y nada menos, gozar con ella.
Peter Lewis guitarra y voz. Jerry Miller guitarra y voz. Don Stevenson batería y voz. Bob Mosley bajo y voz.

Side 1:  Ooh mama ooh;  Ain't that a shame;  I am not willing;  It's a beautiful day today;  Hoochie
Side 2:  Trucking man;  If you can't learn from my mistakes;  Captain Nemo;  What's to choose;  Going nowhere;  Seeing

De Vinilos y Otras Glorias MMCLXVII

Desde el lugar donde lo prohibido comienza a tener sentido


Blue Cheer (Blue Cheer) 1969


Cuarto álbum de la banda de Rock, o Psycho Rock, o... según quién lo mire, ¡¡vaya usted a saber!! con un tremendo impacto en la época por su forma de hacer que eso que llamamos Música sonara de una manera más que personal.
Para muchos, el primer disco del declive del grupo, sobre todo porque los problemas personales que ya se veían venir comenzaban a aflorar y algún que otro miembro histórico decía adiós; para otros, entre los que me incluyo, un disco que continúa la línea de sus anteriores trabajos y no desmerece (al menos no desmerece mucho más de lo debido) de lo que era la Música del grupo y su propuesta.
La verdad es que dentro del estilo, aún se sienten, y en ocasiones mucho según qué temas, esos retazos de la Psycho que todos los grupos de este corte mamaron en la época, pero en conjunto el Rock sale airoso cuando las composiciones se ponen a "tocar" palos que hacen que los sentidos se estremezcan.
Si se ponen a darle, entre riff duros y teclados que arañan un poco por todos lados, ese momento roquero no se lo quita nadie, pero los coros, las armonías y el conjunto de melodías que rezuman algo más siguen pareciendo sacadas de un festival hippie al uso, por eso el sonido es tan maravillosamente eterno, por eso el Rock se puede fusionar o derivar en tantas cosas, por eso nos apasiona.
Un disco que visto desde la perspectiva de la época puede parecer uno más, ya no del grupo, que afortunadamente lo es, sino de la Música, pero que con el tiempo gana un montón de enteros porque ya no se hacen discos así, ni se plantean en términos del Rock estos sonidos que te elevan cuando escuchas cada nota de los temas creados.
Para amantes del grupo, maravilloso, para los que gustan de la buena Música, tremendo, y para los que se topan con él sin saber de qué va la fiesta, una oportunidad para disfrutar, que nunca está de más... por si acaso.
Dickie Peterson bajo, voz. Bruce Stephens guitarra, voz. Ralph Burns Kellogg teclados. Norman Mayell batería y percusión.

SIDE A:  Fool;  You're gonna need someone;  Hello L.A., Bye Bye Birmingham;  Saturday Freedom;  Ain't That the way
SIDE B:  Rock And Roll Queens;  Better when we try;  Natural man;  Lovin' you's easy;  The same old story

De Vinilos y Otras Glorias MMCLXVI

Desde el lugar donde lo prohibido comienza a tener sentido


The Butterfield Blues Band (In My Own Dream) 1968


Mira que no me gustan mucho los vientos según qué estilos, pero la caricia de esos vientos sobre la piel en la entrada del disco "Last Hope's Gone" no puedo dejarla de lado, porque simplemente me estremece.
Un disco más (por decirlo de alguna manera que nunca está bien dicho) de la etapa gloriosa de The Butterfield Blues Band, una tremenda exhibición (otra más, ya que nos ponemos quisqillosos) de Blues de calidad, de Música removiendo las entrañas de uno de los estilos que más han influido en el resto de los sonidos del siglo XX y lo que nos queda de este XXI, y además, un disco en la línea de lo que el Blues de calidad puede dar, y la verdad es que es mucho y bueno.
Adiós a algunos miembros históricos y bienvenida a otros que conforman una banda de muchísima calidad, con el propio Paul Butterfield al mando de las operaciones con su armónica, un quejido capaz de sobrevolar a otros instrumentos que en la práctica son más solistas, pero que siempre se distingue por esas arrancadas de furia desde la garganta, como debe ser.
Al margen de ese maravilloso daño emocional que quema y agrada por igual, la banda sigue siendo un reloj de precisión, llevando el Blues y el R 'N' Blues donde muy pocos han entendido a lo largo de la historia, desgranando notas poderosas desde la guitarra del gran Elvin Bishop, con una sección rítmica que te agarra y te "arrastra" por donde quiere y la ya mencionada sección de viento que no deja títere con cabeza cuando aúlla entre espasmos y cabalgadas.
Hay veces que ciertos detalles me dicen mucho de lo que tengo entre manos a la hora de escuchar un disco, y la foto interior con la banda casi oculta entre las sombras de un tono sepia, me encanta por esa falta de protagonismo más allá de lo que es querer darse a conocer y dejar paso a lo que realmente importa, la Música y lo que significa.
Quizás los clásicos que se atreven a versionear (maravillosamente bien, por cierto) les dejan en un lugar más alto que lo que ellos mismos quieren proponer, como esa burrada llamada "Just To Be With You", pero es cierto que los temas firmados por la banda llevan el sello indeleble de quienes aman una Música eterna, y ninguno, realmente ninguno, desmerece de cualquier barbaridad escrita desde lo más profundo del alma.
Un disco para saborear lo añejo, lo puro, lo que nunca muere, el Blues y todo lo que puede provocar.
Paul Butterfield leade, armónica y algunas veces (pocas) guitarra. Elvin Bishop guitarra. Naffy Markham teclados. Bugsy Maugh bajo. Philipp Wilson batería y percusión. Gene Dinwiddle saxo, flauta, mandolina.  Dave Sanborn saxos. Keith Johnson trompeta y piano.

SIDE ONE:  Last Hope's gone;  Mine to love;  Get Yourself together;  Just To Be With You
SIDE TWO:  Morning blues;  Drunk again;  In My Own Dream