sábado, 14 de septiembre de 2019

Música


Dicen, al menos los que yo conozco y que pensamos de la misma manera sobre la Magia, que escuchar Música es como un orgasmo continuo.

Quizás las experiencias más allá de los sentidos nos posean cada vez que un tema de los que abrasan la piel nos llega; puede ser que hacer que algo tan íntimo se pose en ti y no te abandone nunca sugiera esos momentos en los que eres con el calor de las sensaciones.

He tenido la suerte de poseerme cuando escucho Música, y no he necesitado embadurnarme de ningún ungüento que me ayudara a disparar mi piel. Sólo he tenido que sentirla cuando me acaricia, me abraza, me hace latir como si el mundo dejara de girar y fuese yo mismo quien lo hiciera alrededor de todo el universo.

Puede ser que sea un orgasmo continuo, puede ser que ese rincón de los deseos que cada uno tenemos esté en constante movimiento al escuchar las notas desparramadas, y es cierto, al menos en mi caso, que el placer sensorial puede convertirse en lo que que le dé la gana cuando ella, mi Amiga, rompe el silencio.

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