Hablábamos de cosas serias, muy serias, era parte de su alma, y eso no es ninguna broma. Mi Amigo ama la música, y yo aprendí a amarla (a mi manera) gracias a él, porque es un apasionado y se apasiona, y transmite esa pasión, y te contagia, y te envuelve, y te ata a su manera de entenderlo, y...
Su voz
volvía a resbalar por mi piel, aunque el frío auricular reflejara esa distancia
que nunca podrá ser eliminada, pero cuando me habla, con la dulzura del amante
en la distancia, del que quiere sin pretensiones, simplemente por el placer de
hacer llegar una melodía, su voz o la música que le apasiona (él lo escribe con
mayúsculas, a mí me da vergüenza porque no llego donde se encuentra) cuando me
habla no sé de tiempos ni de espacios, ni de nada que tenga que ver con lo
mundano, simplemente me dejo llevar, me mece entre sus frases entonadas como si
fueran un poema y entonces la música se convierte en relatos que adormecen los
sentidos, entonces soy suya aunque él no lo sepa, y me encanta que sea así.
Hablábamos
de algo tan serio como la emoción de llorar cuando el alma se estremece por
unos sonidos que salen de dentro, cuando las sensaciones son las que tú creas
si dejas que te ame, y a fe que él me ha enseñado a que sea así, en los tiempos
en los que su regazo servía para sentirme protegida de mi propio dolor,
acariciando mis sienes con sus dedos mientras contaba historias imposibles
aderezadas, siempre era así, con una melodía adecuada, una música mágica que
nos arrullaba y nos envolvía para llevarnos hasta donde nadie podía
alcanzarnos, "allá arriba, en la tierra de los sueños" como le
gustaba susurrarme y hacer que me lo creyera.
Entre sus
brazos amé las notas y amé su voz de terciopelo, cuando salía a las ondas en
esos programas infinitos donde se dejaba la piel para nadie, escupiendo al
viento sus ideas, sus emociones, sus histerias (como creía que eran) sus cantos
de esperanza y sus modos de ser, porque cuando presentaba un tema en ese
paraíso que era su sueño se presentaba él, se dejaba un poco de lo que sentía,
aunque fuese para nadie, simplemente porque creía en ello.
Siempre le
recuerdo, no podría ser de otra forma, recuerdo su respiración pausada mientras
me recostaba en su pecho, pero hoy ha sido especial, los sonidos de la magia me
han envuelto de nuevo, el viejo disco de Andwellas Dream sonaba y no he podido
evitar un sobresalto, porque lo he visto junto a mí, susurrando esos temas que
se sabía de memoria, tarareando cada nota y acariciando mi piel con su voz, esa
voz que era... es aún lo que me hace deslizarme por los sueños, paseando por
sus emociones, cogidos de la mano hasta el infinito.
Sonaba una
melodía, su mano me incitaba a seguirle, volvía a saber que algo iba a ocurrir,
algo grande, excelso, sublime, mágico... como él, su voz, sus entrañas, su
manera de amar la Música (ahora sí me he atrevido) y esa bendita manera de
querer dar lo que le hacía sentirse el amo del universo.
Si alguna
vez queréis saber qué es la magia en el mundo de los vivos, daos un "Paseo
por los Sueños" de este increíble ser que me estremece como hace años
cuando su voz me acaricia los sentidos.
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