domingo, 7 de marzo de 2021

Caballo de Hierro III



El asiento vuelve a abrazarme, y cerrando los ojos me dejo poseer por la maravillosa “Easter Wind” ese desgarrador grito a los valles de Irlanda, para volver al paisaje que se mueve al son que el tren le marca, ahora más calmado, apurando los últimos instantes de otro viaje más, otro recorrido por mis sueños, más allá de la memoria.

Aún quedan unos diez minutos de entrega, en los cuales la voz educada y amable de uno de los chicos con impecable traje azul nos anuncia la llegada a mi destino, aunque todavía quedan polígonos que recorrer, nuevas urbanizaciones y parajes a medio hacer por los ingenieros que trazaron el nuevo recorrido de la modernidad.

Es en uno de esos parajes inertes, donde más cruelmente se nota la mano del hombre, en el que decido levantarme para el último ritual de cada viaje, coger mis cosas, que en este caso no es más que mi chambergo negro de crudo invierno, y salir hasta la separación de los coches (el 9 y el 10 para más señas en este evento) donde aguardo la llegada definitiva a la estación de destino.

Las ventanas me permiten de nuevo disfrutar con esos instantes de lentitud, de pausa, en los cuales las vías te siguen, juegan, saltan, cambian, se cruzan y vuelven como si tomaran entre sus brazos el convoy al que colocan de forma cuidadosa en su lugar definitivo para que los que decidimos terminar nos desparramemos por andenes, escaleras y vestíbulo. La puerta se abre con su ligereza habitual, gracias al automatismo de no sé qué, y accedo al granito del suelo de la estación buscando rápidamente la escalera mecánica que me saque de allí, porque en estos instantes el recuerdo ya no existe, ni el blanco y negro cubre mis sentidos, necesito escapar para buscar mi mundo, y ya no me fijo en el tren que se aleja por la larga vía camino de ninguna parte, yo ya he hecho mi camino y ahora busco el final de mi escapada.  

Iron Butterfly llega, dieciséis minutos para seguir, sin hierro bajo mis pies, deslizándome por mis sueños, a fin de cuentas… “In-A-Gadda-Da-Vida”.


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