domingo, 12 de abril de 2015

La Memoria y La Sal

Disuelto ya tu cuerpo en nubes
sobre los campos y mares navegas,
buscando entre los cuatro vientos
aquél que con su fuerza te doblega.
Aires del sur te llaman
con guitarras y voz de Marchena,
del norte te llama una montaña
donde en su cumbre ancló tu barca.
Dos fuerzas que llenan tu memoria,
que explican tu paso por la tierra.
Y te llevé el mar en calma
el mar de tu primer aliento
el de tu primer llanto al verlo, 
lágrimas de plata fueron, no de miedo.
No fue en tu bahía de fino y "piriñaca;
quedaba tan lejos, tan lejos quedaba
como lo están de ti la luna y la albahaca.
Ibas con el viento en mi piel,
vehículo transparente, limpio, de sal.
Por entre la arena y el mar, solos.
Te llevé por las cumbres de espuma
te elevé sobre los valles del mar
dejé tu memoria reposando, quieta
y entre las piedras sumergidas
quedaste a merced de la marea.
Quien sabe si esa misma corriente
te llevará algún día a sus aguas
a tu bahía de plata y "chirigota",
como lleva el aire este suspiro quedo
de esta boca herencia de tu boca,
que un día te llevó hasta el mar
y entre dos piedras, bajo el agua,
como dos columnas de Hércules ficticias
te dejó a solas con tus cielos de sal.
En la superficie pasó un barco
sobre el barco caía el sol
bajo el sol una gaviota blanca
te lleva en sus alas una canción.



Diego L. Introducción "Apuntes del Interior y Otros Poemas" 
(Reproducido con permiso de Vicky)

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