Nací al Sol, una mañana de intensa melancolía, he vivido a la intemperie esperando que mi alma fuese tomada. Ella llegó una noche de profundo desamparo, desvelo en las entrañas y llanto en el corazón. Me tomó de la mano y me enseñó a bailar la danza de los solitarios.
No sé si moriré bajo la lluvia, con el frío en mis huesos o abrasado por mis pensamientos. Solo sé que con ella aún siento, puedo bailar cuando quiera y mis pies no tienen miedo a continuar el camino.
No hay comentarios:
Publicar un comentario