lunes, 30 de agosto de 2021

Miedo 1

 


Tengo miedo. O quizás sea un temor que no puedo quitarme de la cabeza.

No ayuda esta situación de esperanzas muertas llenas de números que significan cadáveres en una lista interminable, llenas de la sin razón, del sentido de la nada cuando no sabes el por qué de un final posible, probable, plasmado por la cámara de la dama negra jactándose mientras se pasea por el universo riéndose nuevamente del ser humano.

Temo no haber dicho adiós como debiera, ni tener la oportunidad de hacerlo si llegara el momento. No es por esta avalancha de negros augurios que tornan en mezquindad las mentes de las personas, ya sabes que volví de allí y esa dama que nunca descansa no me lo volverá a perdonar, porque sólo ella decide el cómo, el cuándo y nunca dice el por qué.

No es por eso porque es el azar el que quiere jugar y siempre lleva las cartas marcadas, es porque lo cotidiano se me hacía felicidad y ahora lo cotidiano no lo tengo, ni sé si volveré a tenerlo algún día.

Entre nosotros se han ido difuminando las barreras, esas que siempre nos empeñamos en poner para que no ocurra lo que puede hacernos daño; esas invisibles marcas que no señalan los metros de distancia aconsejables, sino los compromisos que pueden herirnos, lacerarnos al alma, llevarnos a caer de una cuerda tan floja como los sentimientos.

Hace mucho tiempo que no pretendo hacer el amor contigo intentando ser uno con tu cuerpo, uniéndonos en el éxtasis físico de dos amantes entregados; hace mucho que mi amor por ti es otra cosa, algo que sólo puede ocurrir cuando esa unión se convierte en el eslabón espiritual al estar con una persona que te llena, te hace ser de otra manera, provocar emociones que en el camino elegido a veces se esconden.

Tú me haces el amor con tu mirada, con las palabras que escapan de tu boca y que sé que me buscan en esa complicidad que nos hace ser el uno del otro en nuestro espacio, en nuestros momentos, en las partes de nuestras almas que guardamos para ambos. Me lo haces y lo siento en cada sonrisa, en cada ocurrencia que te hace reír, en esas historias imposibles que nos contamos para olvidarnos de lo mundano y lo mediocre, sabiendo que ese espacio de tiempo se lo arrebatamos a la nada, al infinito, a lo que no puede ser y conseguimos que sea.

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