Mis emociones se encuentran en una vía muerta, no
puedo ir más allá del lugar donde te dejé, cuando creía aún en los sueños que
habíamos hecho juntos. La tarde adormece mis sentidos y sólo veo el gris del
cielo que se tiñe de rojo con mis recuerdos, nunca pude observar lo que había detrás
de tu mirada, esos ojos penetrantes que escudriñaban mis entrañas antes de cada
caricia, cada beso, cada acto de amor desesperado.
Estábamos al borde del precipicio y ahora siento que
soy yo el que cae solo, no tengo tu mano para sujetar la mía en la hora del
adiós, el salto al vacío que tantas veces habíamos estado a punto de dar.
Ayer volví al rincón donde nos juntábamos a
hurtadillas, ese espacio prohibido que hicimos nuestro a base de besos
furtivos, manos atrevidas y algún que otro instante de alegrías sin respuesta.
Ayer volví y a pesar de la luz me pareció sombrío, no reconocí ese pequeño
rincón donde me sentía dueño del universo, abrazado a ti sin querer bajar de
mi nube, enroscado como una serpiente a su árbol mientras escuchaba el susurro
de tu voz acariciar mi piel, tus dedos deslizarse por mis entrañas y tu boca
perdiéndose en la mía.
Ya no es el mundo donde fui ese crío que parecía
buscar su propia sombra, ahora es una piedra fría sin brillo, una gris
sensación en mis sentidos.
Quizás no supe verlo, quizás fue tan evidente que me
pareció absurdo, quizás... tus engaños no eran un juego, sino parte de lo que
deseabas cuando estabas conmigo, un absurdo intervalo entre tu vida de ayer y
lo que quieres ahora, pero escuchando la voz de Cockburn no puedo por menos que
llamarme idiota porque los susurros siguen estremeciéndome, y tu voz, al igual
que la de este juglar moderno me ha estremecido siempre.
¿Puedo luchar contra eso? me resulta difícil,
sintiéndome tan bien cuando mi alma parece flotar... no reconozco más allá de
lo que siento, y sólo sentía pasión, emociones, te sentía a ti.
Saltaré al vacío solo, sin red ni manos que me
acojan, las olas recogerán los pedazos de mi alma rota, a partir de aquí otra
voz recorrerá mis entrañas como un susurro.
Suena Bruce, acaricia mi piel... puede ser el
momento.
K.S.
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