Desde el lugar donde lo prohibido comienza a tener sentido.
CRECE LA MENTE, VIAJAMOS HACIA EL INFINITO
No me es posible
equiparar la Música de épocas, ni estilos, ni tan siquiera sé la evolución que
pudiera acontecer sabiendo como sé que no sé nada desde el momento en el cual
considero la Música como una pasión que me invade el espíritu y atraviesa los
sentidos, una emoción global que me lleva a poder sentir cualquier tipo de
sensación. No es que no sepa (en lo que aprecio por décadas de escucha) lo que
me acaricia si es un Blues, el Soul, el Rock o la sinfonía hecha melodía, pero
si hablamos del Prog. puede que la diferenciación en la base de lo que
escuchamos sea una manera (la mejor manera en mi opinión) de demostrar que la
Música se difumina en sonidos que la mente acepta y transforma más allá de los
propios estilos.
La creatividad llevada
más allá, la libertad de la mente a través de la propia mente con los sonidos
como ese eslabón que provoca el estallido de todo lo que nuestros sentidos
reciben al acariciar unos instrumentos que transforman en notas lo que los artistas
sugieren que pensemos, tal cantidad de posibilidades que previamente no se
habían dado en esa magnitud y que hacen del Prog. el primer compendio de todo
lo que pudiera hacerse al margen de lo escrito en cerrados cánones que no
permitían salir a la luz lo que en realidad podía hacer crecer de manera
infinita todo aquello destilado desde una idea o una forma de imaginar esa
idea.
No obstante tal y como
se concibió, se gestó y fue tomando forma, la libertad propuesta nunca se
tradujo en caos sin orden ni concierto, la seriedad de la Música que se
proponía era la base de todo lo que se consiguió a partir del germen de la
evolución (esto sí lo fue) de lo que existía, ese Rock, Psycho, Blues… que a
finales de los sesenta dominaba el espectro musical. No ha sido la Música
progresiva el paradigma (y volvemos a la generalidad de la creencia por lo que
se hizo pensar, no porque pudiera ser o no así) de la fiesta por la fiesta, de
los días de gloria y alegría, del entusiasmo en el ánimo del ser cuando los
sonidos invaden el alma… más bien al contrario, y es algo con lo que discrepo
porque es quitar o dar lo que no se debe a todos, cuando se ha hablado a lo
largo de la historia del Prog. siempre se ha hecho desde el punto de vista de
la seriedad, de la intelectualidad por encima de todo, de la más alta cota de
la Música como representación artística de los sonidos desde la época lejana en
la cual la Música Clásica definía incluso un espectro de la sociedad que
lindaba con la nobleza de clases y espíritu.
No digo que gran parte
del Prog. se empeña en buscar en la mente y lo que siente la manera de
expresarse pero todo tipo de Música bien hecha y con calidad en la manera de
componer tiene ese grado (digámoslo así a pesar de rechinarme un poco) de
“seriedad” que creo es exigible siempre que la calidad se eleva por encima del
resto. No puedo pensar en el Pop, el Rock, el Hard, el Blues o el Soul sin ese
momento en el cual el artista cuya inspiración le hace escribir magnas obras no
crea que esa manera de componer seria y con gusto, independientemente de los condicionantes
que se exige por lo que crea o el momento en el cual se crea. Obras sublimes
del Pop-Rock-Hard… universal como las creadas por The Beatles, Kinks, The Who,
Rolling Stones, Isaac Hayes, Led Zeppelin, Black Sabbath, The Doors, Allman Brothers,
Fleetwood Mac… y así hasta acabar agotado con la lista llevan esa seriedad que
se impone con la genialidad y la categoría, no hay lugar para lo superfluo ni
banal.
No obstante si la
Música “seria” nos dirige a esos estadíos en los cuales los impulsos van detrás
de la mente y su genio para recrear formas en modo de Música, quizás en eso el
Prog. sí llevó más allá la capacidad para que la mente, los recursos de las
ideas y la imaginación se expandieran al margen de lo establecido incitando a
que la libertad creativa soltara las cadenas de lo escrito como normas de
décadas y se pudiera pensar en la posibilidad de que todo es posible, todo se
puede trasladar al pentagrama, todo absolutamente puede transformarse de la idea
por muy extrema que se suponga al papel para hacerlo llegar a los distintos
instrumentos. En esto sí creo que el Prog. lanzó un reto que quienes le
siguieron tomaron para liberarse y también que la posibilidad en el uso de
instrumentos que parecían caídos en desuso por el paso de los tiempos pareciera
tan natural como los que “exigían” los cánones de la Música existente,
especialmente la guitarra, la sección rítmica y la voz.
De lo que no me cabe la
menor duda es pensar que la Música progresiva hizo crecer de manera notable y
posiblemente más que definitiva al rock, por eso sí pienso lo que en tantos
ámbitos se ha dicho algunas veces que el Prog. ha sido la Música de los años
setenta, y que ese crecimiento mental ha sido uno de los principales impulsos
para acercarse al infinito. Y esta afirmación que puede discutirse (como cada
palabra de las escritas que surgen exclusivamente de mi pasión por la Música en
general y el Prog. en particular) figura en pretérito pero no dudo que el
tiempo verbal sea no obstante el presente ya que creo firmemente que aún sigue
siendo una de las guías de lo que los sonidos nos descubren y la base de mucho
de lo que actualmente figura en lo más excelso de la producción musical.
No hay comentarios:
Publicar un comentario