Desde el lugar donde lo prohibido comienza a tener sentido.
DE UN LUGAR LLAMADO MENTE
En una Música compleja,
llegada de muchos lugares e influencias y que tiene tantas formas de verse y
sentirse como problemas a la hora de delimitarla decir quién fue el primero que
dirigió la Música que sentía hacia estos sentimientos que nos hicieran llamarle
Prog. sería tan complejo como absurdo, porque el vértice de la pirámide en los
sonidos suele achatarse para dejar espacio a varios de los que comenzaron a sentir
de otra manera lo que en una época determinada se hacía como Música y que al
final nos llegó como lo que hoy en día es Prog. esencia y valor de unos sonidos
muy especiales.
¿Nacimiento por omisión
o pensamiento legado de otras formas de expresión? quizás sea tan osado
plantearlo como loco negarlo cuando en una época de libertad mental y musical
como fue la década de los sesenta autores de los más diversos estilos y formas
se involucraban en proyectos que en muchas ocasiones ni ellos mismos sabían
cómo iban a acabar. En realidad creo que fue un conjunto de tantas cosas que
sólo así se puede explicar la complejidad en las obras de mayor nivel de los
sonidos que expresan, porque si de un solo hecho hubiera surgido algo tan
magistral verdaderamente hubiera sido un sin sentido; tantas cosas, tantos
personajes y tantas partes del mundo, porque también creo que las ideas que
jalonan el Prog. especialmente en sus comienzos estaban ahí esperando que se
tomaran, pero de una manera tan universal que quizás estemos hablando de la
primera forma musical en la cual la globalización de la libertad artística sea
un hecho.
Pienso que esa misma
libertad hizo que en un principio el complejo mundo de los inicios del Prog. se
dispersase buscando espacios oníricos y fantasías que por otra parte pudieron
dar lugar a que se considerare una Música demasiado abstracta que pululaba por
historias e histerias sin saber muy bien qué pretendía o quería, pero es
indudable que ese mismo rechazo a lo que era por el paso adelante que supuso
fue uno de los baluartes para que poco a poco se hiciera un hueco primero entre
una minoría de músicos y público y más tarde en una mayoría (nunca de números
abrumadores pero significativos) de público primero y músicos que buscaron ese
escape a lo que pudiera ser otra forma de expresarse a pesar de tener o llevar
un desarrollo en sus carreras que iban por vías bastante claras y evidentes.
El comienzo de lo que
se fue considerando el final de la era Psycho pura (aunque estoy convencido que
jamás se han difuminado del todo sus planteamientos y de hecho actualmente
existe un renacer de lo que fue) el máximo esplendor de una historia musical
fascinante fue mezclándose poco a poco con los conceptos del Prog. formando una
simbiosis que se entrelazaba a la hora de la creatividad y poco a poco
desenlazándose de una fue haciéndose más fuerte la otra, porque además músicos
señeros de la psicodelia más creativa tomaron partido en experimentos y
emociones por esos nuevos conceptos que se atrevían con tantas cosas. Hablamos
de la segunda mitad de la década de los sesenta, comenzando a gestarse de una
manera enigmática y fascinante lo que será uno de los momentos más cruciales,
creativos y geniales de la historia de la Música contemporánea.
Es cierto que la
obsesión por determinar momentos concretos, fechas exactas y definidas para el
nacimiento de todo evento surgido de la mente humana llevan a nombrar como
inicio del Prog. la grabación de ciertas obras que aúnan esos conceptos tan del
género como el Pop y la Clásica señalando la “contaminación” buscada entre
ambos para llevar el Rock al Arte, ese sinfonismo que denotaba un paso hacia
adelante, obras como las que se dieron en un período de escasos meses en los
cuales vieron la luz discos de Procol Harum, Moody Blues y Nice todos ellos
grabados en el año 1967. Obsesión por fechas, momentos, instantes (sólo faltaba
fijar la hora exacta del primer evento Prog. tras la grabación de…) absurdas
leyendas en lo que pienso puede ser una pista para entender lo que se proponía
pero no una línea que separara definitivamente una Música que buscaba su
espacio de otras de las cuales (y esto creo que no se debe olvidar) provenía
transformándolas a su manera.
Para alejarse más de la
propia incomprensión los creadores que se lanzaron al vacío de esta aventura no
hablaban de los problemas sociales, el día a día de los seres humanos, las
diversas formas de injusticias ni los enormes problemas creados por guerras y
conflictos de todo tipo, en un principio y como seña de identidad de lo que
querían, quizás como un rechazo al propio sufrido por su valentía exponiéndose
a lo que creaban, su mundo se deslizaba entre paisajes oníricos, personajes de
ficción, historias inventadas más allá de los sueños y sentidos que traspasaban
lo real para convertirse en alucinógenos viajes provocados o intuidos desde la
manera más libre y errática (eso sí desde el concepto de calidad que sustentaba
todo el sentido de su Música) fantasmas
y cuadros sobre la nada, paseos en equilibrio constante por los sueños que
conseguían que sus creaciones, el concepto global de su Música estuviera en
continua evolución, una maravillosa manera de hacer que nada fuera lo mismo en
el siguiente impulso, la siguiente forma de verlo, el continuo paso hacia
adelante que todo lo renueva.
Quizás es en cierta
medida la primera gran idea que se puede decir como unidad (si es que no se
considera atrevida la palabra) del concepto de Prog. por sus primeros
creadores, ese sentimiento de escapar de la realidad para evitar que la
realidad de lo que la Música era como propuesta les comiera de alguna forma la
libertad que como seña de identidad postulaban. Tal era esa necesidad para no
parecer que muchos artistas, público y por supuesto los medios reacios a
cambios que les dejaran fuera de la comprensión para sus eruditas plumas
consideraron estos primeros pasos del Prog. como una búsqueda de Música
antigua, relativa a lejanas épocas e incluso relacionándola con el deseo de
olvidarse de la modernidad, algo que se ha demostrado estaba a años luz de lo
que realmente esta Música pretendía.
Para alguien como el
que suscribe que cree en la libertad mental a todos los niveles considero que
la propuesta de los primeros años del Prog. fue tan maravillosa en la forma
como difícil de realizar en el fondo, porque no se suponía nada y además se
permitía todo, pero muchos fueron los artistas en grupos o en solitario que
pasaron desapercibidos cuando realmente se convirtieron en parte importante de
una manera especial y maravillosa de entender los sonidos, una forma de
inspiración que a su vez provoca la de quien lo escucha, un sentido global de
la capacidad para entender cosas realizadas en forma de notas difícilmente
asumibles de ninguna otra manera.
Como en cualquier tipo
de arte o estado de creación del ser humano en el cual los sentidos son más que
la propia forma de realización del proyecto, transcribir esas ideas a formas
distintas en las cuales todo nuestro ser puede percibir lo intangible a partir
de una idea, los comienzas son tan complejos como abruptos, porque hay que
girar el entendimiento y lo que está como aceptado para, sin olvidarlo, dar una
oportunidad a lo que no existe. El Prog. de los inicios es la lucha de esas
ideas que deambulaban por mentes de músicos y bandas empeñadas en dar un paso
más en la manera de expresión “corporal” más etérea que tiene el ser humano
huyendo de los convencionalismos a pesar de buscar en cualquier lugar temporal
la inspiración para hacer lo que pretendían. En cierto modo es triste pensar
(esto ha ocurrido en cualquier expresión mental del hombre pero en la Música se
sugiere mucho más por la cantidad de creadores) que muchos de estos nombres
desconocidos o que jamás van a saberse ayudaron como el que más a que la Música
de la mente, el Prog. iniciara su andadura compleja y difícil en el mundo de
los sonidos.
Me sigue fascinando a
medida que las posibilidades para conocer artistas, músicos y bandas nos viene
dada de una manera más global, universal y sin límites de espacio descubrir
cómo la idea de la Música progresiva se convirtiera en un concepto en el cual se
creyó no sólo para cambiar la Música o en definitiva el Rock tal y como se
conocía, sino en cierto modo la historia del mundo desde una perspectiva de
libertad a partir de los sonidos; decirlo así y decirlo desde las entrañas de
un apasionado de lo que representa y aún quiero creer que seguirá representando
puede sonar tan prepotente como vacío de contenido casi cincuenta años después,
pero no puedo por menos que seguir viendo los pilares de ese cambio y esa idea
cuando marco a fuego en mi mente el arrullo de cualquier tema templado bajo las
ramas de la libertad en estado puro. No fue una quimera pensarlo ni lo es ahora
saborearlo, ni tan siquiera creo que lo sea el llevar la idea a lo que viene
porque a pesar de los cambios y de la evolución natural de la Música en la base
de mucho de lo que se hace, que además pretende una vuelta de tuerca en la
apertura mental dentro de una sociedad en continua involución y decadencia
emocional, se puede ver claramente dibujado el perfil y la esencia del Prog.
como excepción para todo ese estallido de lo que no se deja y debe ser.
Será siempre un peligro
para lo establecido como norma abstracta que nos ata y obliga pero nunca podrá
encorsetarse lo que la imaginación y el poder de las ideas expresan de un modo
u otro y en esto que nos ocupa derramado en líneas que se convierten en parte
de lo que siento menos aún si el susurro de una melodía es capaz de atravesarme
el alma y erizarme la piel. No creo que hablar del Prog. deba hacerse en pasado
aunque el verbo lo exija cuando recorramos sus inicios o el tiempo de su
influencia en el mundo, porque creo firmemente que es una Música tan actual
como el deseo que despierta cada vez que la escucho.
No hay comentarios:
Publicar un comentario