sábado, 23 de septiembre de 2017

Progresivo, Una Aventura Sin Límites II

Desde el lugar donde lo prohibido comienza a tener sentido.


DE UN LUGAR LLAMADO MENTE

En una Música compleja, llegada de muchos lugares e influencias y que tiene tantas formas de verse y sentirse como problemas a la hora de delimitarla decir quién fue el primero que dirigió la Música que sentía hacia estos sentimientos que nos hicieran llamarle Prog. sería tan complejo como absurdo, porque el vértice de la pirámide en los sonidos suele achatarse para dejar espacio a varios de los que comenzaron a sentir de otra manera lo que en una época determinada se hacía como Música y que al final nos llegó como lo que hoy en día es Prog. esencia y valor de unos sonidos muy especiales.
¿Nacimiento por omisión o pensamiento legado de otras formas de expresión? quizás sea tan osado plantearlo como loco negarlo cuando en una época de libertad mental y musical como fue la década de los sesenta autores de los más diversos estilos y formas se involucraban en proyectos que en muchas ocasiones ni ellos mismos sabían cómo iban a acabar. En realidad creo que fue un conjunto de tantas cosas que sólo así se puede explicar la complejidad en las obras de mayor nivel de los sonidos que expresan, porque si de un solo hecho hubiera surgido algo tan magistral verdaderamente hubiera sido un sin sentido; tantas cosas, tantos personajes y tantas partes del mundo, porque también creo que las ideas que jalonan el Prog. especialmente en sus comienzos estaban ahí esperando que se tomaran, pero de una manera tan universal que quizás estemos hablando de la primera forma musical en la cual la globalización de la libertad artística sea un hecho.

Pienso que esa misma libertad hizo que en un principio el complejo mundo de los inicios del Prog. se dispersase buscando espacios oníricos y fantasías que por otra parte pudieron dar lugar a que se considerare una Música demasiado abstracta que pululaba por historias e histerias sin saber muy bien qué pretendía o quería, pero es indudable que ese mismo rechazo a lo que era por el paso adelante que supuso fue uno de los baluartes para que poco a poco se hiciera un hueco primero entre una minoría de músicos y público y más tarde en una mayoría (nunca de números abrumadores pero significativos) de público primero y músicos que buscaron ese escape a lo que pudiera ser otra forma de expresarse a pesar de tener o llevar un desarrollo en sus carreras que iban por vías bastante claras y evidentes.
El comienzo de lo que se fue considerando el final de la era Psycho pura (aunque estoy convencido que jamás se han difuminado del todo sus planteamientos y de hecho actualmente existe un renacer de lo que fue) el máximo esplendor de una historia musical fascinante fue mezclándose poco a poco con los conceptos del Prog. formando una simbiosis que se entrelazaba a la hora de la creatividad y poco a poco desenlazándose de una fue haciéndose más fuerte la otra, porque además músicos señeros de la psicodelia más creativa tomaron partido en experimentos y emociones por esos nuevos conceptos que se atrevían con tantas cosas. Hablamos de la segunda mitad de la década de los sesenta, comenzando a gestarse de una manera enigmática y fascinante lo que será uno de los momentos más cruciales, creativos y geniales de la historia de la Música contemporánea.

Es cierto que la obsesión por determinar momentos concretos, fechas exactas y definidas para el nacimiento de todo evento surgido de la mente humana llevan a nombrar como inicio del Prog. la grabación de ciertas obras que aúnan esos conceptos tan del género como el Pop y la Clásica señalando la “contaminación” buscada entre ambos para llevar el Rock al Arte, ese sinfonismo que denotaba un paso hacia adelante, obras como las que se dieron en un período de escasos meses en los cuales vieron la luz discos de Procol Harum, Moody Blues y Nice todos ellos grabados en el año 1967. Obsesión por fechas, momentos, instantes (sólo faltaba fijar la hora exacta del primer evento Prog. tras la grabación de…) absurdas leyendas en lo que pienso puede ser una pista para entender lo que se proponía pero no una línea que separara definitivamente una Música que buscaba su espacio de otras de las cuales (y esto creo que no se debe olvidar) provenía transformándolas a su manera.

Para alejarse más de la propia incomprensión los creadores que se lanzaron al vacío de esta aventura no hablaban de los problemas sociales, el día a día de los seres humanos, las diversas formas de injusticias ni los enormes problemas creados por guerras y conflictos de todo tipo, en un principio y como seña de identidad de lo que querían, quizás como un rechazo al propio sufrido por su valentía exponiéndose a lo que creaban, su mundo se deslizaba entre paisajes oníricos, personajes de ficción, historias inventadas más allá de los sueños y sentidos que traspasaban lo real para convertirse en alucinógenos viajes provocados o intuidos desde la manera más libre y errática (eso sí desde el concepto de calidad que sustentaba todo el sentido de su Música)  fantasmas y cuadros sobre la nada, paseos en equilibrio constante por los sueños que conseguían que sus creaciones, el concepto global de su Música estuviera en continua evolución, una maravillosa manera de hacer que nada fuera lo mismo en el siguiente impulso, la siguiente forma de verlo, el continuo paso hacia adelante que todo lo renueva.

Quizás es en cierta medida la primera gran idea que se puede decir como unidad (si es que no se considera atrevida la palabra) del concepto de Prog. por sus primeros creadores, ese sentimiento de escapar de la realidad para evitar que la realidad de lo que la Música era como propuesta les comiera de alguna forma la libertad que como seña de identidad postulaban. Tal era esa necesidad para no parecer que muchos artistas, público y por supuesto los medios reacios a cambios que les dejaran fuera de la comprensión para sus eruditas plumas consideraron estos primeros pasos del Prog. como una búsqueda de Música antigua, relativa a lejanas épocas e incluso relacionándola con el deseo de olvidarse de la modernidad, algo que se ha demostrado estaba a años luz de lo que realmente esta Música pretendía.
Para alguien como el que suscribe que cree en la libertad mental a todos los niveles considero que la propuesta de los primeros años del Prog. fue tan maravillosa en la forma como difícil de realizar en el fondo, porque no se suponía nada y además se permitía todo, pero muchos fueron los artistas en grupos o en solitario que pasaron desapercibidos cuando realmente se convirtieron en parte importante de una manera especial y maravillosa de entender los sonidos, una forma de inspiración que a su vez provoca la de quien lo escucha, un sentido global de la capacidad para entender cosas realizadas en forma de notas difícilmente asumibles de ninguna otra manera.

Como en cualquier tipo de arte o estado de creación del ser humano en el cual los sentidos son más que la propia forma de realización del proyecto, transcribir esas ideas a formas distintas en las cuales todo nuestro ser puede percibir lo intangible a partir de una idea, los comienzas son tan complejos como abruptos, porque hay que girar el entendimiento y lo que está como aceptado para, sin olvidarlo, dar una oportunidad a lo que no existe. El Prog. de los inicios es la lucha de esas ideas que deambulaban por mentes de músicos y bandas empeñadas en dar un paso más en la manera de expresión “corporal” más etérea que tiene el ser humano huyendo de los convencionalismos a pesar de buscar en cualquier lugar temporal la inspiración para hacer lo que pretendían. En cierto modo es triste pensar (esto ha ocurrido en cualquier expresión mental del hombre pero en la Música se sugiere mucho más por la cantidad de creadores) que muchos de estos nombres desconocidos o que jamás van a saberse ayudaron como el que más a que la Música de la mente, el Prog. iniciara su andadura compleja y difícil en el mundo de los sonidos.

Me sigue fascinando a medida que las posibilidades para conocer artistas, músicos y bandas nos viene dada de una manera más global, universal y sin límites de espacio descubrir cómo la idea de la Música progresiva se convirtiera en un concepto en el cual se creyó no sólo para cambiar la Música o en definitiva el Rock tal y como se conocía, sino en cierto modo la historia del mundo desde una perspectiva de libertad a partir de los sonidos; decirlo así y decirlo desde las entrañas de un apasionado de lo que representa y aún quiero creer que seguirá representando puede sonar tan prepotente como vacío de contenido casi cincuenta años después, pero no puedo por menos que seguir viendo los pilares de ese cambio y esa idea cuando marco a fuego en mi mente el arrullo de cualquier tema templado bajo las ramas de la libertad en estado puro. No fue una quimera pensarlo ni lo es ahora saborearlo, ni tan siquiera creo que lo sea el llevar la idea a lo que viene porque a pesar de los cambios y de la evolución natural de la Música en la base de mucho de lo que se hace, que además pretende una vuelta de tuerca en la apertura mental dentro de una sociedad en continua involución y decadencia emocional, se puede ver claramente dibujado el perfil y la esencia del Prog. como excepción para todo ese estallido de lo que no se deja y debe ser.

Será siempre un peligro para lo establecido como norma abstracta que nos ata y obliga pero nunca podrá encorsetarse lo que la imaginación y el poder de las ideas expresan de un modo u otro y en esto que nos ocupa derramado en líneas que se convierten en parte de lo que siento menos aún si el susurro de una melodía es capaz de atravesarme el alma y erizarme la piel. No creo que hablar del Prog. deba hacerse en pasado aunque el verbo lo exija cuando recorramos sus inicios o el tiempo de su influencia en el mundo, porque creo firmemente que es una Música tan actual como el deseo que despierta cada vez que la escucho.

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