viernes, 20 de febrero de 2015

Discos Melocotón... Para Siempre (Un Poco De Historia XII)


Es muy probable que los nuevos coleccionistas de discos (de vinilo, por supuesto, ahora que vuelven a través de las reediciones y los viejos amantes de la Música) se encuentren con tiendas y casas donde la Música se vea de una manera diferente, y posiblemente ir a las ferias de discos de colección sea una tarea que entraña dosis de valor y nostalgia por igual.

Muchos de los que amamos este sentimiento que son los sonidos plasmados en los vinilos que se pueden acariciar como la piel más delicada, nos encontramos (me encuentro que no quiero hablar por nadie) con esos instantes que cada vez más cuestan y en los cuales te ves rodeado de mucha gente que piensa y siente lo mismo.

Las ferias de discos tienen algo especial, algo entre enigmático y mágico, especialmente si se montan desde el deseo de ofrecer esas piezas que se buscan y que tienen que estar... pero no siempre es fácil que hayan sido, de hecho no es nada fácil que aún sean.

Discos Melocotón, pionero en tantas cosas y santo y seña de la Música de Calidad en este país, se involucró en el primer intento de las tiendas de discos para lanzar un aviso de coleccionismo, allá por el 1982 en la capital del reino de nunca jamás (o sea en Madrid)












Como todas estas cosas en este santo país, la idea surgió por lo que ocurría en el exterior, en uno de los viajes a Londres de Eduardo, una de las almas de Discos Melocotón, que de regreso de la primera feria del disco de la capital musical del mundo ideó, junto a Mikel Barsa, lo que sería el embrión y más tarde la realidad de la primera reunión del coleccionismo discográfico de cara al público amante de los sonidos.
La primera vez que cualquier tienda salía de su pequeño espacio al exterior y que se convirtió en un grandísimo éxito, tanto de asistencia de público como de ventas, ávido como estaba el personal de conocer de primera mano lo que se ofrecía y que tantas veces estaba oculto por la falta de información general.

En este pequeño espacio donde seguiré empeñándome en que se conozca un poco más el valor de gente que ama la Música y que durante más de tres décadas se ha preocupado de vender y enseñar, podemos mostrar gracias a nuestros amigos lo que fue el primer dossier de la feria, tarjeta de expositor, programa realizado apenas sin medios pero de lo más maravillosamente sugerente, y todo lo que ayudó a gestar esta increíble idea que por el momento en el cual se vivía, la intención de los poderes fácticos y lo que se cocía de fácil no tenía nada. Poco importó a la gente lo que de forma podía apreciarse, porque disfrutó de lo lindo acariciando esos vinilos que tanto dan (cuando son de calidad)










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