sábado, 14 de febrero de 2015

A Pablo


Hay genios que tienen la oportunidad de demostrarlo y afortunadamente muchos se benefician de ello. Hay genios que lo demuestran y nadie se beneficia porque simplemente no lo desean.
Hay genios que nunca pueden demostrar quienes son y que aún así hacen que quienes les viven sepan que están ante alguien que llena muchos espacios que otros ni tan siquiera pueden imaginarse.

Mi vida cambió cuando la Música llenó mi alma y me salvó, y a lo largo de casi cuatro décadas he tenido la oportunidad de conocer gente que la ama como yo e incluso más aún, y gente que además de amarla la vive de tal manera que irradia ese amor y hace que llegue a quienes los conocen.

En mi deambular por el mundo de los sonidos he tenido la suerte de vivir a personajes que parecen de fábula y son tan reales que asusta, porque desde su esencia transmiten lo que la gran mayoría no podemos ni tan siquiera ver. Aunque he llegado tarde a muchos de ellos, porque el tiempo y la temporalidad es como es y la Música que me emociona y que amo es de una época que me cogió demasiado pequeño, he tenido la oportunidad de vivirlos en años que han sido la catapulta para además de amarla, comprender la Música y hacerla más parte aún de mi piel.

Hay genios que ni siquiera saben que lo son, porque no se plantean esas cuestiones, viven, hacen y dan lo que nunca se escribe y provocan que el resto (si realmente te interesa) vibren por lo que pueden enseñarte.

Conocí a Pablo entre discos de vinilo, palabras sobre Música y sonrisas siguiendo el solo de una guitarra saliendo de los altavoces. Poco a poco me fui interesando por este personaje tan maravilloso como irreal que destilaba pasión por los sonidos, amor por lo que sentía y que además sabía por qué la Música de calidad, la que nos lleva a las estrellas, es así.

Nunca podré comprender (me acerco a ello viendo la podredumbre que me rodea y en lo que se está convirtiendo todo lo que somos) cómo personas como Pablo no han sido reconocidos a nivel universal por lo que son, lo que saben y lo que provocan. 

El mundo de la Música ha dejado pasar a un genio, simplemente porque los momentos son los que son y pasa con todo, pero he tenido la oportunidad de escuchar lo creado por él, lo interpretado y me parece simplemente genial.

"Cuatro Vientos" demostró que la Música de calidad le viene dada desde su alma, "El Ajo Rojo" que la libertad emocional unida al talento puede hacer estallar la mente en una orgía de sensaciones, y escucharle cuando habla de Música es viajar por esos paisajes de lujuria que nos provoca lo que amamos.

Pablo es un genio, entiende la Música, la crea y además la interpreta como los ángeles, tiene un oído privilegiado que le permite percibir cosas... que a veces creo que son irreales; un músico enganchado por el alma y dejado en la piel con estigmas que son notas musicales grabadas a fuego en cada poro, por donde salen para hacernos vibrar (al menos a los que sabemos vibrar con ciertas cosas)

Sigo asombrándome cuando sus palabras riegan mis oídos, porque aprender nunca me ha asustado y es un maestro de todo lo que se pueda ser; me siento orgulloso de haberle vivido en lo que ha sido porque conocer de primera mano al músico, al amante de la Música y sobre todo a la persona me ha hecho ser humilde en lo que siento, cuando acaricio cualquier negro vinilo que va a hacerme saborear el placer por lo que amo.

No sé si estas palabras llegan tarde, supongo que sabrán lo que significan los cuatro que siguen este espacio porque le conocen a través de mis historias y mis sueños cuando he hablado de él, pero sirvan como un mínimo y siempre insuficiente homenaje a una persona que desde ese anonimato que los genios desconocidos tienen da mucho más de lo que aquellos que creen que saben ofrecen.

El músico, el genio, y sobre todo el Amigo se unen en una persona envidiable, maravillosa y que hace que escuchar Música se entienda como un acto de amor cuando realmente se siente. Si creo que la Música es eterna, personas como Pablo beben de esa eternidad porque lo que son no tiene límites.




Con cariño, a un ser que me hizo saber más allá de lo que las notas me dan.
Gracias Pablo


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