Sé de un lugar
Donde suelo perderme con mis sueños, encontrarme con mi alma, percibir el olor de la piel de vinilo, mirar a mi interior porque sé que es lo que siento.
Sé de un lugar
Ajeno al dolor que siento a veces, iluminado por el perfil redondeado y suave de sus cuerpos donde descanso cuando acaricio los surcos, sintiendo sus caricias al roce del diamante que les da vida.
Sé de un lugar
Donde he sentido, amado, vibrado y disfrutado con el calor de quienes saben qué se percibe, qué se puede dar, qué se debe recibir al dejar los sentidos libres y el corazón dispuesto.
Sé de un lugar
Tiene un nombre y vivirá eternamente
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