sábado, 25 de octubre de 2025

Huyendo de las Sombras (3)

 


Circulaba despacio, con cuidado para no molestar a los otros vehículos, calculando en su impaciencia el tiempo para el encuentro, y las suaves melodías que salían del equipo de música la hacían levitar, se encontraba en una nube, en ese estado en el que la sumía el personaje más impactante que emocionalmente había conocido en su vida.

Comenzó a divisar las primeras edificaciones comentadas, y la obligación de detenerse en un semáforo ayudó para centrarse mucho mejor; el pequeño parque que le serviría como referencia apareció ante sus ojos, y supo que el ansiado momento había llegado cuando pudo ver, a unos cientos de metros delante de ella la figura apoyada sobre una moto de la realidad construida por sueños imposibles y horas de fantasías escuchadas.

Detuvo el automóvil y apagó el motor, notando el temblor en sus manos pero la felicidad inundándola con cada minuto que pasaba y la acercaba a él; sabía que había acertado con su decisión, tarde pero por fin real, y ni la más mínima duda de lo que sería su encuentro ocupaba su mente, borró todos los ensayos de saludos realizados ante el espejo, eliminó de su cerebro las imágenes de los instantes iniciales, y dejó que el tiempo, su aliado desde la refrescante ducha de la mañana dictara el ritmo a seguir de los acontecimientos. Era ella, lo sentía, con cada latido, con cada bocanada de aire fresco respirado, y no quería percibir nada que no fuera eso.

Caminó lentamente por la acera, sintiendo el calor de los rayos del Sol sobre su rostro, deslizándose como si algo la empujara, hasta que a escasos metros de la figura que sonreía se detuvo, esperando. Él se incorporó y extendió sus manos para tomar las suyas, y el primer contacto con su piel la hizo estremecer, mientras sentía cómo los dedos acariciaban los suyos, sus palmas…

 

Creí que nunca llegaría este momento.

Yo también, pero tú lo has conseguido, siempre has creído en mí.

¿Estás segura de estar aquí?

Es de lo único que estoy segura en este momento en mi vida.

Te quiero.

 

Una lágrima furtiva se derramó por su mejilla, el signo de demasiados deseos reprimidos, demasiadas cadenas que por fin saltaban por los aires, y las dos palabras mágicas escuchadas al fin sin un auricular de por medio provocaron la total felicidad en el alma de un ser atormentado por demasiadas pesadillas de autodestrucción.

“La voz” que tantas veces la había sacado de la angustia ahora era real, un ser con la sensibilidad derramada a borbotones que la abrazaba y la hacía parte de él, susurrándole al oído hasta el cansancio las dos palabras que la hacían estremecer de felicidad, Te quiero, Te quiero, Te quiero, Te quiero… sin pausa, una y otra vez, llenando su mente, su cuerpo, su espíritu, con la delicada cadencia de un sonido que la acompañaba desde hacía mucho tiempo en su soledad.

Sin dejar de abrazarla besó su frente, los párpados, sus orejas, las rosadas mejillas, haciéndola sentir el sonido de los labios al dejar escapar esa muestra de cariño tan simple y a la vez tan emocional, y tuvo que sujetarse a él aún más fuerte para no caer, porque sus piernas no soportaban la emoción del momento, parecía que su cuerpo se descomponía al escucharle, al sentir su piel acariciada por los labios, al percibir el aliento poseerla entrando en sus entrañas, y volvió a dejar escapar las lágrimas, esa demostración del cuerpo que ella sólo dejaba para el sufrimiento y que apenas recordaba para la felicidad, y con un esfuerzo buscó el rostro del ser que le daba vida y su fundió con él en un beso eterno.

El Sol continuaba su camino hacia el ciclo vital que provoca la vida, y dos seres ajenos al mundo, abrazados y unidos en un solo deseo, caminaban hacia el infinito por fin, en el primer día de una nueva vida.

 

Huyendo de las Sombras (2)

 


La música que llegaba a sus oídos se transformaba en “la voz” que durante tanto tiempo había intentado sacarla del pozo sin fondo en el que se había convertido su existencia, recordando cada comentario de los temas grabados y seleccionados para procurar paz a su espíritu, una paz que ahora, después de demasiado tiempo parecía por fin llegar a su alma. Los sonidos se mezclaban con los que le llegaban del exterior, la brisa se convertía en parte de las melodías que atravesaban sus entrañas, y todo el conjunto se le hacía un cuadro perfecto que ocupaba su mente, un todo de luz, colores, sonidos… miles de sensaciones que la transportaban a ese universo irreal que su amante de horas escondidas tanto la hacía soñar, lejos del alcance de lo humano, allá arriba, donde la voz transformada en imaginación desbordante cubría su mente y la transportaba.

La carretera continuaba desapareciendo bajo sus pies, y una pequeña señal en el borde le anunció que su destino se encontraba cerca, una sorpresa más por la relatividad del tiempo que manejaba sus emociones, lento y pausado para los pensamientos, acelerado para transportarla hacia su sueño, al encuentro de lo que debía ser la transición de lo deseado a lo real, una situación en la comenzó a creer cuando sintió el paisaje sin límites, el horizonte perdiéndose más allá de edificios y toneladas de hormigón, el olor de la frescura atravesando sus sentidos.

Las cuerdas de la guitarra “ataban” su cuerpo al placer cuando la interferencia de una llamada hizo que su corazón se disparase; intentó recomponerse y volver a la calma que desde hacía horas la cubría y tomó el pequeño aparato tras detener el vehículo en un pequeño espacio al borde de la carretera.


 ¿Sí?

Hola preciosa, ¿dónde te encuentras?


 De nuevo el tiempo se detuvo, “la voz”, su instrumento personal para la paz y la calma de su espíritu atravesó su cerebro y la inundó completamente, erizando su piel y provocándole un placer espiritual que ya nada ni nadie conseguía.

Con esfuerzo intentó no alargar la pausa, porque además necesitaba que la distancia en la escucha desapareciera cuanto antes, motivo por el que por fin había saltado todas las barreras y se hallaba en el centro de sus sueños.


 Según las señales que he visto hace poco a unos pocos kilómetros de la entrada a la ciudad, pero eso y nada es lo mismo, porque no conozco la mencionada entrada.

Me alegra enormemente que esta llamada no sea respondida desde tu casa, por fin has…

No hablemos de eso, ya te contaré, ahora dime qué hago y por donde voy.

No te preocupes, avanza hasta encontrar un pequeño polígono con un parquecillo y espera ahí, yo te recogeré.

Estoy deseando verte, ya no puedo aguantar más.

Pues ya somos dos, espero que todo merezca la pena, en especial por tu parte, yo sí lo sé.

Ahora yo también. Te quiero.

Te quiero, nos vemos en unos minutos, y así descansas del viaje.

No ha sido nada cansado, has venido conmigo cada kilómetro y he disfrutado de todo.

Lo dicho, hasta dentro de un rato, un beso.

¿Dónde?

En tus labios… tú misma

Otro para ti, mi amor, aunque prefiero el que voy a darte dentro de poco.

 

Los dedos temblorosos cortaron la comunicación, con “la voz” aún sonando en sus entrañas, y descansó unos segundos sobre el respaldo del asiento, recreando cada frase de la conversación, cada palabra, hasta que de nuevo el ronroneo del motor la puso en guardia para reanudar la marcha, buscando el lugar donde había quedado para escapar de la realidad, vivir un sueño por fin, y ser ella después de demasiado tiempo.

Las escasas ocasiones en las que había puesto rostro a “la voz” que la calmaba volvían ahora a su mente, definiendo cada línea de la imagen que ahora iba a disfrutar de nuevo, esperando que esas líneas se perdieran entre sus dedos, en sus labios, recorriendo cada espacio de piel, buscando el silencio para dejar que los cuerpos hablaran entre sí. Quería medir la sensación que su cerebro había creado con un recuerdo casi difuminado de su amante en la distancia, como el ciego que usa sus dedos para acercarse a la realidad que le es negada, deseaba tenerlo entre sus manos, abarcarlo con sus brazos y poder hacer algo que había recreado miles de veces y le era esquivo, sentirlo, olerlo, apreciarlo cerca de su cuerpo, notar su respiración junto a su rostro, que los latidos de su corazón se acoplaran a los suyos y juntos perderse en esa tierra de ensueño por donde él la había llevado tantas veces, el único lugar donde podía sentirse libre en cuerpo y mente, algo que antes de escucharle hacía mucho tiempo que había muerto en su interior.

Huyendo de las Sombras (1)

 


La luz de la pequeña sala se apagó, quedando la casa a oscuras. No era necesario encenderla para ver, debido a la claridad que en esa época del año entraba por las amplias ventanas de la habitación colindante, pero la costumbre de hacerlo cada día cuando casi dormida aún buscaba el cuarto de baño era demasiado fuerte como para cambiarla, a pesar de querer cambiar demasiadas cosas en su vida.

Había actuado como un día más, desde que el sonido del despertador le indicó la hora que ya sabía por la vigilia en la que se había convertido la noche, pero cuando su mano giró la llave para cerrar la puerta, algo en su interior le decía que en esta ocasión debía ser diferente; caminó hacia las escaleras de salida y no pudo evitar girarse y lanzar una última mirada a lo que dejaba tras ella, notando un nudo en la garganta por lo que…

La mañana se presentaba interesante, a pesar de los negros nubarrones que impedían que los rayos del Sol le acariciaran la piel, esa sensación que la ayudaba a comenzar el día de forma diferente, como el soplo de vida que la empujaba a caminar. No sabía qué saldría de todo aquello, ni tan siquiera si era lo correcto, pero su mente permanecía tranquila, había superado el tremendo obstáculo de la decisión, y para bien o para mal había tomado una, por fin se había liberado de las cadenas de las dudas, aunque eso le supusiera no tener ni idea de si su vida cambiaría radicalmente a partir de entonces.

Muchos meses atrás ni tan siquiera se lo hubiera imaginado, ni tampoco se le habría pasado por la cabeza avanzar en esa dirección, pero estaba completamente absorbida por los acontecimientos, y el miedo se transformó en interés, hasta llegar a la necesidad de escuchar, de saber, de “acariciar” en sus sueños la voz que había conseguido lo que nada ni nadie en muchos años, darle un poco de calma y de paz a un espíritu atormentado por las circunstancias y por su propios deseos de frustración.

Aún viajaban infinitas dudas en su mente, siendo como era tan proclive a angustiarse por casi todo, desde la brisa que aparecía sin previo aviso hasta las insufribles colas del supermercado, nada quedaba exento de la posibilidad de sus agobios sin fin, por eso al introducir la llave para arrancar el auto tardó en girarla, como si una vez más necesitara probarse a sí misma que lo que hacía era, no lo correcto, si no lo deseado.

El abandono de los edificios y la consiguiente salida a los espacios abiertos de la campiña produjo en su cuerpo una sensación de liberación, como si las barreras invisibles de los límites de la vida cotidiana saltasen por los aires, e instintivamente aceleró para alejarse de lo que la aprisionaba y acercarse a sus deseos, sus sueños imposibles. Como acompañando la decisión tomada, los negros nubarrones se convirtieron en nubes y claros y la percepción del astro rey, aunque fuera en cortos espacios de tiempo, arrancó de su rostro la primera sonrisa del día. Decidió tomar un camino secundario, más lento pero infinitamente más bello, alejado de las autopistas impersonales que atravesaban sin ningún pudor la Naturaleza, y comenzó a dejarse ir mentalmente, relajada, como hacía mucho tiempo que no sentía, disfrutando de lo que la rodeaba, de los maravillosos cambios de paisaje, mientras atravesaba pueblos casi adormecidos por el lento ritmo de vida que se imponían, sin prisas, sin el deber de demostrar nada que no fuera levantarse cada mañana y vivir.

Sin importarle el tiempo, y sabiéndose dueña del suyo, se detuvo para saborear una taza de café, disfrutando de las miradas curiosas de señoras que sonreían al ver su esbelta figura desplazándose por la pequeña plaza apenas pisada por extraños al lugar, y el sabor del líquido elemento entre sus labios la transportó a años pasados, cuando se perdía en veranos de pasión a cientos de kilómetros de su lugar de origen, donde podía ser ella sin temor a… algo que ya apenas recordaba, una sensación que “la voz” de sus emociones había devuelto entre tanta miseria y ganas de desaparecer.

El reloj que colgaba del edificio más alto de la pequeña plaza desgranaba los minutos con una lentitud ajena a la realidad del tiempo medido por los humanos, y una sonrisa cómplice se dibujó en su cara, cuando los rayos del Sol comenzaron a superar las piedras del edificio y a acariciar dulcemente su rostro, ya sin el obstáculo de algunas nubes que parecían haberse perdido definitivamente, indicándole que el momento de proseguir su camino había llegado.

De nuevo las miradas de los habitantes del lugar perfilaron cada línea de su cuerpo, y la despedida amable del camarero fueron las únicas palabras escuchadas en este enclave perdido de la realidad, como otros que había atravesado en su camino hacia la libertad de su espíritu.

Incluso el vehículo parecía contagiado por la calma que cubría el entorno, y el suave ronroneo de la puesta en marcha, casi negando la partida volvió a poner sus sentidos en guardia, cuando de nuevo la inmensidad de la Naturaleza parecía echársele encima a través de los kilómetros de carretera.

miércoles, 27 de agosto de 2025

Viaje A Alguna Parte (2º)

 



Desde el lugar donde lo prohibido comienza a tener sentido


BLANCO Y NEGRO

 Mi primer recuerdo de la máquina que engullía a los hombres y mujeres a través de una puerta que se abría y cerraba sola, como un mágico lugar que te invitaba a entrar y en el cual te perdías para volver a aparecer en la ventanilla trasera, es el “culo” de ese autobús (la “gua gua” o “la estallesa” como decía mi padre) orondo y en forma de óvalo que se alejaba haciéndose cada vez más pequeño hasta que desaparecía en la primera curva de eso que se llamaba carretera y no era más que un camino polvoriento perdido en la nada. Aún hoy tengo esa imagen en mi mente, el polvo que hacía desaparecer de los ojos el cacharro que se movía como un tiovivo de feria sobre las piedras y mi mano agitándose hasta detenerla cansada cuando no tenía más sentido intentar hacer que ese ser maravilloso, el único que me ha querido y que partía sin billete de vuelta, volviera casi antes aún de haberse ido.

Nunca miré la mágica puerta que se abría y cerraba sola, me daba miedo asomarme o averiguar por si era engullida en el interior del estómago de aquél bicho con aspecto raro y que sonaba a lata, sin embargo la noche anterior a mi descanso en este primer asiento de los nuevos monstruos de miles de ruedas con ordenador de a bordo ansiaba poder subir a él, atravesar ese límite que me iba a separar del mundo, adentrarme en la oscuridad para huir de lo oscuro, pasar por fin la frontera que me enviaba a la libertad que buscaba, como el preso que cruza la última puerta que lo separa de la calle.

El silencio en el vehículo es sobrecogedor, aún es demasiado temprano y la gente que sube o baja no tiene apenas ganas de cruzar palabras con el vecino ni tan siquiera con el acompañante de viaje, el conductor, avezado en miles de horas de madrugada llevando de un lado a otro a estas almas errantes mantiene aún bajo el volumen de la radio y nada disturba los pensamientos que cada uno hace girar en su cabeza.

Los míos se suceden como un torbellino que no cesa, es un repaso por toda mi existencia, siento que quiero recordar por última vez, quizás porque olvidar lo que he sido, me han hecho o no deseo me obligaría a repetirlo, quizás porque así puedo saber de una vez y para siempre el porqué de mi huida a ninguna parte, con un billete de ida y la ilusión por recomponer un corazón que late sin quererlo, quizás… pero dejo que ocurra, y de este modo el blanco y negro vuelve a mi memoria, asida a la mano de mi padre, disfrutando de paseos por el parque y mirando ingenua a los otros niños que jugaban, escuchándole historias de sus viajes, lugares lejanos, sin final, más allá de donde la imaginación alcanza.

Me veo entrando en el colegio, casi adolescente y loca por apurar el mundo y ponérmelo por montera, hasta que el mundo me engulló atropellándome como un autobús sin conductor desatado en la carretera del destino, y a partir de aquí el blanco y negro se transforma en un oscuro laberinto de imágenes crueles, viles y sin sentido hasta el negro de mi mente y mi cuerpo, mi alma, mi…

El Sol calienta mi rostro, en este viaje se ha convertido en el despertador de mis pesadillas, abro los ojos y observo el campo en pleno estallido de colores, los pájaros vuelan y juegan con el cielo, las escasas nubes dibujan caprichosas formas que me hacen sonreír, invento ser una trapecista que salta sin miedo de uno a otro de los miles de cables eléctricos que parecen desafiar las leyes físicas enganchados en postes metálicos que jalonan los bordes de la carretera, la atraviesan, vuelven hacia el inicio y de vez en cuando hacen de improvisado “árbol” para algún nido; algún jinete sigue durante unos metros el recorrido del autobús y saluda a nadie, todo se transforma y me espera.

 

PRÓLOGO

 El vehículo se detiene, una voz suave y amable indica el lugar, la hora, mide el tiempo con su pulso e invita a bajar a los que, como yo, hemos elegido el final del trayecto. La mágica puerta vuelve a abrirse sola, indicando el camino buscado, esta vez sí, por mis propios sueños, calzo mis pies en un gesto simbólico pensando en la primera mañana tras demasiadas que no debo hacerlo para desaparecer de una habitación con olor a vinagre, bilis y muerte, coloco sobre mis hombros la pequeña chaqueta transformada en la manta que ha dado calor al frío de mis entrañas y busco el aire que respiro libre por fin, sin cadenas, llantos ni furia desmedida.

Atravieso un andén atestado de gente, siguen siendo rostros que no me dicen nada, pero no me hacen sentir ira ni asco por lo que puedan hacerme, decirme, por mirarme, son personas como yo y esa sensación me agrada; busco un lugar en el cual poder solicitar algo sin miedo a no poderlo tener, el pequeño taburete se mueve bajo mi culo y juego con él ajena a todo, hasta que percibo la sonrisa paciente de un joven camarero que me solicita…

Una maleta destartalada, cuatro cosas que no son ni siquiera recuerdos, un pequeño bolso con mi vida dentro y el olor a café me indica que ya no soy, ahora debo ser. 


Viaje A Alguna Parte (1º)

 



Desde el lugar donde lo prohibido comienza a tener sentido


EPÍLOGO

 Miraba por la ventana de la habitación una vez más, como cada noche que se acababa, intentando quitarme de las entrañas los olores a pestilencia, babosos y borrachos, fijándome en el siguiente autobús que salía de la estación. Ya no recordaba las veces que me había jurado partir en el siguiente, o el siguiente, o… y cada noche lo veía alejarse sin mis huesos, pero esta ocasión sería distinta. Cuando una está muerta no necesita morir para sentirlo, simplemente actúa como un autómata que no tiene conciencia de lo que hace, y esta noche, por fin, mi conciencia me ha hecho recoger la vieja maleta olvidada y llena de polvo, vacía de sueños e ilusiones. La misma que no cogió su dueño cuando se alejó de mí definitivamente, sin un beso, un adiós ni la promesa de volver a verme.

El sonido de la puerta al cerrase tras de mí hizo que me sobrecogiera, no era otra salida más buscando unas monedas a cambio de mi dignidad, era algo definitivo, y el temor por lo desconocido me invadió, pero esta vez el miedo era buscado, nadie me lo imponía a fuerza de golpes, insultos o amenazas.

Una puerta mágica que se abre sin que nadie la toque, unos pocos peldaños hacia el interior y tras el saludo educado de un hombre que me mira como uno más de los miles de rostros que ocupan su asiento indicado con el número impersonal de un lugar en ninguna parte, dejo caer mi cuerpo cansado a la espera de…

 

MAÑANA ES AYER

 La luz de la mañana ilumina el largo camino, esas líneas que dan la sensación de no tener fin y que según el capricho de la velocidad parecen ser tragadas por las ruedas del vehículo.

No he podido dormir, como de costumbre, y menos aún ahora que he decidido escapar para siempre. Mi privilegiado asiento en el primer lugar del autobús que espero sea el comienzo de mis sueños me ha permitido seguir la estela de la noche, el amanecer y ahora los primeros devaneos del Sol con la Tierra, agradeciendo su caricia en mi rostro, frío como la noche, la soledad y el alma herida que me sustenta.

No sé dónde aparcaré mis huesos, el principio para mí no existe, sólo quiero ser más allá del cuerpo dolorido por las vejaciones, los insultos y la nada, quiero nacer de nuevo, a pesar de las arrugas, las canas y esos pesados momentos que me hacen sentir que la niña murió hace demasiado tiempo, sin saber qué era la niñez, la adolescencia y una juventud donde reír sin motivo.

No, no existe un "comenzaré de nuevo", porque no deseo que todo se repita, seré un alma que ha buscado la senda alternativa a la carretera hundida por el lodo, y este asiento en la parte delantera de un vehículo que devora los kilómetros con rabia, pegada a la ventanilla a través de la cual los rayos del Astro Rey penetran a su gusto, puede ser el primer paso de miles de ellos, conmigo, mi soledad, y quien se atreva a creer en mí a pesar de las heridas.

 Cuando una toma conciencia de morir y se siente muerta como me sentía, en la más absoluta de las expresiones que significan el final de la existencia, sabía que cualquier carretera lleva al mundo entero, en la dirección en la cual los ojos miran cuando se clavan en el infinito. No me importa el destino, nunca será peor que lo que ahora dejo, por eso sólo el movimiento me sugiere algo más de lo que soy, esa sensación de no detenerme nunca, de dejar atrás la vida que hasta ahora había llevado.

 ¿La vida? quizás el optimismo se haya adueñado de mis sentimientos con esta escapada hacia el infinito, de no ser así no me hubiera atrevido a llamar por un nombre tan hermoso los años pasados.

La sinuosa vía convierte mis ojos en cámaras de un film en blanco y negro, paseos infinitos por valles sin explorar, caminos de barro y hendiduras en el suelo, intentos por conocer y sentir lo que me rodeaba, y ahora, décadas después, la tenue luz de la mañana va dando color a la oscura noche donde la vela se ha convertido en la penúltima pesadilla de recuerdos no deseados, instantes de sonidos estridentes y voces que resonaban en mi memoria como el eco que te golpea tras un grito ahogado.

Puedo tumbarme en el asiento que me acompaña, vacío como mis sueños, puedo sentir los pies escapando del abrigo de la pequeña prenda que me sirve para ocultar la piel que se estremece, quizás sea el primer espacio que siento mío, comprado por un puñado de monedas que costó sangre poder reunir, quizás porque puedo tocarlo y no ser llamada al orden por mis actos, quizás ¡por qué no! porque siento por vez primera en siglos la calma apoyada en algún lugar, y este es ese lugar.

Comienza la aventura de mi vida, o mejor aún, la vida en una aventura que espero no se me escape de entre las manos, los rostros de desconocidos paseando por las calles me hacen sentir bien, anónima entre nadie sin un nombre, una cara, un sello como el animal que se compra.

El paso del vehículo por los lugares en los cuales se detiene para cambiar su carga de hombres y mujeres sin rostro me colocan en una situación en la que nunca había estado, poder observar sin ser vista, ser yo la que sueña e inventa cualquier situación, cualquier aventura a través de esos seres que ni sé quiénes son ni jamás volverán a cruzarse ante mis ojos. Por primera vez no estoy expuesta a la mediocridad humana, no soy el pedazo de carne que se cambia, se compra o se vende al margen de sentimientos, emociones laceradas por el capricho de un ansia que nunca tiene final.

Por fin puedo mirar sin el temor a ser reprendida por ello, sonreír ante la ocurrencia de la niña que escapa de la mano materna para acariciar el pequeño animal que se cruza con ella, sentir la caricia en la mano como el anciano que se deja tomar para atravesar la calle, inventar la noticia leída por el hombre que, ajeno al mundo, busca en el periódico con su café aún humeante, el repartidor de sueños en forma de noticias en un papel, bebidas refrescantes o cajas que ocultan regalos… puedo saber que hay vida más allá de los barrotes que construyeron en mi mente, puedo por fin pensar para tomar conciencia de quién quiero ser y saber lo que nunca más seré. Puedo, de nuevo, levantarme como aquella mañana en la cual dije ¡basta! para no morir en lo físico, a pesar de haber muerto con el alma rota miles de veces, esa mañana la vieja maleta destartalada que de niña me gustaba arrastrar (¡qué ingenua! no podía apenas llevarla con el peso de mis sueños como único equipaje) para entregarla a quien se marchaba lejos, muy lejos para no volver nunca.


martes, 26 de agosto de 2025

El Mundo Por Montera

 



Desde el lugar donde lo prohibido comienza a tener sentido

Lo normal no es que yo escuche Música, sino que la Música me deje que la escuche. Será por eso que cuando mis dedos se atreven a acariciar el vinilo y sostener el cabezal para que la aguja le haga el amor y provoque que pueda percibir esas melodías que me emocionan, me siento un privilegiado y mi mente cree que aún todo es posible.

¿Magia? seguro. Viaje por el infinito galopando a lomos de las notas que se entremezclan y convierten el silencio en arte, también. No hay más que sentir lo que siento para que todo sea un paseo por los sueños, los míos y los que me transmiten quienes me han hecho ir más allá en este universo inacabable.

Porque en mi caso todo es uno, el dedo que acaricia el borde del disco, los segundos de la aguja sobre él, el chirriar que avisa del comienzo de la fascinación, y ésta que me envuelve y me hace suyo cuando me dejo llevar hasta donde ellos quieran.

El hechizo se provoca cada vez, cuando deseo escuchar un tema para arrancarme el alma, cuando necesito una obra entera que me hace viajar hasta ese instante donde fue creada, al hacer mía cada nota que no podría escribir pero que resbala por mi piel cuando los sentimientos me permiten ser.

No me resulta difícil escapar de mí mismo, ni del mundo, ni de lo hostil que se empeña en poseerme, simplemente me zambullo en ese mar de sonidos que sugieren, y puedo vivir dentro de mis sueños, a través de ellos, creándolos con esa amiga eterna que se niega (bendita ella) a abandonarme, Mi Música, Mi Esencia.

A pesar de todo, del tiempo y del espacio, por fin he conseguido tener esa piel dispuesta, esas entrañas que esperan, esas inmensidades de pensamiento que me hacen vibrar al son que ella quiere.


¡¡¡Explicar la Música es como explicar el silencio!!!

sábado, 9 de agosto de 2025

El Viento


 Desde el lugar donde lo prohibido comienza a tener sentido

Es lo que hay, escuchando al gran John Lee Hooker y acordándome de todas las emociones que nos han dado genios que querían vender la verdad de lo que creían a través de su Música, esa que algunos hemos mamado por otros genios (no músicos, por descontado) pero gente que sin saber de acordes sabían a través de sus sentidos que todo era una bruma llena de magia, de orquesta para la mente, de lo que nos hacía saber (conocer, no jodas Kayser Soze) lo que era aquello que no sabíamos y entendíamos de la manera más fácil y sencilla, poniendo un vinilo y dejando que todo fluyera, todo, todo, todo.

Se me ha acabado el vinilo, y ahora me dice algo un tal John Fogerty, ¡¡¡qué salao!!! dime lo que te salga del alma, si me va a poner, a poner de todas las maneras posibles, que no les guste o lo que quieran me la trae, me la da, me la suda, porque el alma y la Música, en mi caso, es la mente hecha, POR FIN, la realidad por la que persisto, por lo que sigo siendo, por lo que cada tarde, o mañana menos temprano, me sigo llenando de lo que hay, porque en mi caso no hay, o sí, no sé... pero no hay más que aquello que me provoca que sea capaz de correr, saltar, vibrar, gritar... cuando todo es lo que no debe y sin embargo es.

Un solo de Jimmy Page (pero qué burro es, pero qué burro) es el sin sentido de lo que dicen cuando se pierden las apetencias sexuales. ¡¡¡Pero cómo no vas a pensar en lo más íntimo si te rasgan las cuerdas el cerebro!!! es difícil, ya lo sé, y más allá me encuentro con los locos de la casa del sol naciente que decidieron que las guitarras sonaran de otra manera, que sus ídolos les visitaran y que éstos ídolos ¡¡¡Vive el Cielo!!! fliparan con ellos ¡¡¡Qué Joooooooooooooooooooé!!! (como me gusta joder con la palabreja) y así estoy que me salgo después de descubrir que la Música, 50 años después, me sigue poniendo de aquella manera.

¡¡¡Explicar la Música es como explicar el silencio!!!


Mi Silencio se lo dedico a aquellos que han sabido ser, estar y vivir cuando todo era la nada, eso que algunos nunca hemos querido y siempre nos ha llamado.


martes, 29 de julio de 2025

Katana

 



Éramos cuatro almas sin un por qué, aterrizando en un lugar que nos era ajeno pero que sabíamos que sería nuestra casa durante... ¡¡qué más da!!

Nunca preguntamos cómo ocurrió, y nunca dejamos que ninguna pregunta nos disturbara. Vivimos años de felicidad a pesar de tantas cosas que ahora me parecen imposibles, pero todos y cada uno de los momentos en los que estuvimos juntos, en los que compartimos risas, comentarios, bebidas y manjares, fueron la esencia de cuatro seres que querían vivir, a pesar de todo y de todos.

El Blues siempre fue una parte de la ensoñación de aquellos momentos, reviviendo una y mil veces (se sentía muy orgulloso) el concierto que nuestro Amigo vivió con el gran B.B. King cuando mucho o nada nos era dicho, y entre temas de esos lugares perdidos del sur de un gran país (creo) pasábamos las horas con la retranca de otros lugares que donde estábamos no conocían.

Celebramos copas en alto la huida al infinito del gran John Lee Hooker, y cuando llegó el momento de decirnos adiós, no hubo ni una mueca de dolor en nuestros rostros, porque sabíamos que aquello era por algo que había hecho de nuestras vidas años de gloria.

Un mensaje, unos sollozos, unas lágrimas sinceras en la distancia, para saber que en estas horas, nuestro amigo Andrés ha seguido a su ídolo en el infinito, en la tierra donde los mediocres no tienen cabida y que almas como la suya la hacen diferente, genial, eterna, única.

Se lleva su rostro amable, sencillo, sereno, sincero, pero nos deja la estela de las personas que pueden enorgullecerse de gritar (él nunca lo hacía, por eso lo hago hoy por él) que su corazón quedará siempre en este mundo y con los que le conocimos, porque Andrés Moreno Rivera es y será para siempre una de esas almas que jamás podrán ser olvidadas.

Por lo que nos diste, por todos los momentos en los que fuimos héroes y leyendas, que ilumines todos los lugares que ahora podrás visitar con tu katana en la mano y un Blues acariciándote los sentidos.


¡¡¡Explicar la Música es como explicar el silencio!!!

Explicarte a ti es una oda a la belleza que el ser humano, cuando lo desea, puede transmitir.

lunes, 21 de julio de 2025

Sentimiento




Como todo es Música, todo es Sentimiento

Algo por lo que entender, de forma sutil, los mil caminos que tiene el sentimiento, la sensualidad, las maneras de vernos desnudos de lo que nos ata para no expresar, en mayor o menor medida, aquello que la mente, a través de nuestro cuerpo, puede solicitarnos.

En cuanto a lo que no puede abandonarme, gracias a la pasión que un ser especial inculcó en mí y que como mujer absorbo y hago mío, la Música, servirá para que el siglo XXI llegue hasta nosotros/as a través de esas obras que a pesar de demasiadas cosas muchos creen que deben darnos en negros vinilos de surcos imposibles.

Comencemos pues, con la sensibilidad que mi condición me impone, la sensualidad que se me supone y la magia de los que me llevan, esta aventura llamada  "Nada que pueda ser, porque ya lo es desde el alma" que no sé qué será, pero sé que puede pretender.


¡¡¡ Explicar la Música es como Explicar el Silencio !!!

martes, 1 de julio de 2025

Allá Arriba En La Tierra De Los Sueños

 



Como no va a ser posible que te reconcilies con los santos, los demonios y los amigos de todo lo que no es humano y musical, sirvan estas líneas (y pido perdón  para hacer memoria sobre que fuimos lo que quisimos, por lo que dan de sí que no es mucho tratándose de ti) para recordar que cada madrugada a la sombra de un vinilo, por encima de nuestro entrañable y bimilenario arco de Trajano (menudo tipo) en la emisora "Radio Libélula" y por supuesto en tu casa, tu espacio, tus estudios MAG (la A hacia abajo no me sale) me hicieron ser un medio hombre primero y un adulto después escuchando las joyas que nos llevaban, que me hacías disfrutar y con las que soñé (y aún lo hago ¡¡¡Vive el cielo!!!) que todo era posible, que la Eternidad y un día siempre llegará pero no podremos alcanzarla (afortunadamente) 
Porque lo friki, eso que hoy nos hace tanta falta, eras tú, porque el ideario de lo inexistente estaba en tu mente, y lo absorbía con esas ganas de un tipo que pensaba que si alguien podía creerlo, se podía hacer.
Allá Arriba En La Tierra De Los Sueños hoy y por toda la Eternidad (y un día ¡¡¡Qué Jooooooooooooooooooooooooooooooé!!!) los sones te van a abrazar, la Música te empapará hasta que te hartes, y serás tan inmortal como todos los que han creído que lo imposible es lo que puede hacerse. 
Gracias por hacerme creer, por hacerme soñar, por pensar que un perdedor impenitente también podía llegar a lo imposible.

¡¡¡Explicar la Música es como explicar el silencio!!! 
Explicarte a ti, es parte de mis entrañas, y eso y mi alma quedan entre tú y yo

lunes, 26 de mayo de 2025

Ancient Highway

 


Ahora que no sé quién soy (Afortunadamente) y que todo lo que pasa por mi vida se me antoja casi nuevo, rebelde, desconocido, mayoritariamente psicho, me encuentro escuchando un tema de un tipo que debía pensar más o menos como yo ahora (la diferencia es que él era y será por siempre un genio) un tema llamado "The Clown" y ¡¡qué jooooooooooooooooooé!! me suena a esas noches de sueños locos en los que uno se pone a pensar, se duerme, sigue pensando... y hasta que los dioses de la imaginación y el desenfreno quieren.

Menudo caos tengo en mi cerebro, de lo cual me alegro por otra parte, porque cuando el caos va repleto de notas, sinfonías y esos temas que son parte de lo que soy, me guste o sí, sé que la locura aun no me ha abandonado, y eso es la belleza mental llevada al éxtasis (en mi caso, vuelvo a insistir)

Claro, te atraviesa "Fallin' Apart" y lo que te dicen te la trae... al pairo, al patio, al lugar de los bosques ecuménicos, porque vuelo, y vuelo, y sigo volando, y me dejo caer para que el puñado de notas me recojan a unos centímetros del suelo y me ría de la fiesta.

¡¡Hay que ver!! todo tan complicado, todo tan energúmentalmente (toma ya abrazo a la RAE) jodido con los ojos abiertos y los sentidos preparados, y de pronto la transformación del bien, del mal, del acullá, en notas mágicas, místicas, transversales en la línea que nos dicen que es y el cielo (por fin) cae sobre nuestras cabezas y nos hace uno mismo, la piedra filosofal se hace de color rosa fucsia y la guitarra que se desmanda para decirte aquello de "soy una prolongación de tus sueños", pero sueña cuando escuches la magia, la esencia, no a los que no dicen nada y encima se creen que dan lecciones de todo.

Y al final es verdad, te encuentras escuchando a tus mitos, tus amigos, tus leyendas, tu yo transformado en un trillón de notas y vinilos de negro azabache y echas en falta que no te lleven hasta el infinito, porque cuando lo estás alcanzando vuelves a preguntarle a un Amigo que es parte de tus entrañas, porqué eres tan bueno y tocas como tocas. Tremenda la letra impresa a fuego en mi piel con esa respuesta que me quema por el orgasmo emocional que me supone: "Toco de oído, ya lo sabes, querido".

De oído, y de cojones, porque una Stratocaster no vibra así si no le das de comer con los dedos, la mente y el alma. Hay algo sensual entre lo que hace y recibo, y en mi caso (él es muy pudoroso para eso) algo sexual porque me vuelve a llevar a esas estrellas que se estiran y se contraen según la Música que escucho, la realidad que me lleva, la verdad que nadie puede quitarme.

Y todo esto por poner Música una tarde anterior a la otra, y a la que fue como posterior, y de pronto el enigma de "Ancient Highway" me abraza, me arropa, me lleva por esa carretera que desde adolescente he querido recorrer deseando que nunca se acabe, que nunca tenga un final, porque paseo por la Música que la crea, con cada crepúsculo de mi piel dejado en el asfalto de mis sueños.


¡¡¡ Explicar la Música es como Explicar el Silencio !!!

sábado, 24 de mayo de 2025

47

 


Catorce años y once meses, una magia sobrevolaba el lugar que me vio nacer. Aquél chiquillo se emocionaba con sonidos que le eran tan desconocidos como parte de sus entrañas, y sin saber porqué, con las pocas pesetas guardadas en una caja de madera, se atrevió a pedirle a un tipo que necesitaba dinero para... ni me importa, que le vendiera dos discos de negro vinilo.

Fue un sueño, una ilusión, un momento que guardé a escondidas durante unos días, y después, cuando me atreví a mover el brazo de aquél compacto que apenas sostenía los 30 centímetros del vinilo, supe que algo había comenzado en mi vida.

Cuarenta y siete años después, siguen conmigo, sin dejarme, sin pedirme cuentas por cómo soy, lo que hago y lo que desdibujo cuando mis sueños rozan las pesadillas. Cuarenta y siete años después, otro 24 de Mayo del año del Señor, sé que sigo siendo porque ellos me hacen parte de lo que son, y juntos me ayudan a seguir soñando en lo que me hace.

Mi Música, Mi Alma, Mi Esencia.

Gracias por seguir conmigo y gracias a todos los seres que saben el por qué de esta maravillosa locura.

¡¡¡Long Live Rock N Roll!!!

miércoles, 16 de abril de 2025

Paseando Por Los Sueños

 XIV



Desde el lugar donde lo prohibido comienza a tener sentido


No es por no decir, que llevo mucho tiempo sin decir nada, es porque este día en mi conciencia algo (o alguien, o lo que sea) no me dejaba llegar a medianoche sin haber dado de nuevo la tabarra.

Cuando hace catorce años, allá por el 16 de Abril del 2011, comenzamos a dar forma a un sueño, nada ni nadie me hubieran convencido de que hoy, con las manos en el teclado, lo seguiría manteniendo vivo. 

A pesar de meses de demolición mental que me han hecho aferrarme a la Música, Mi Música, Mi Esencia, de otra manera que no es a través de este espacio, pero que siguen en mis entrañas para hacer que saboreemos juntos los sonidos que emanan del alma, la gloria y el pentagrama.

Catorce años no son nada porque la Música es infinita y nos sobrevivirá siempre, pero en mi caso son la eternidad menos un día porque siempre que hablo, escribo o vivo de ella me va la vida en ello en todo lo que esta vida me da de bueno.

Por catorce mil más de estos, porque la eternidad siempre estará llena de sonidos y por poder hacer que lo que amo siga llenándome y (espero) llenando a quienes lo deseen.

¡¡¡Long Live Rock And Roll!!!


Deja que la Música te inunde, no hace falta más. El infinito lo tenemos demasiado cerca, o quizás nunca lleguemos a él. Si la Música te abraza, déjate llevar, danza con ella, sé su amante, ámala y deja que te ame, nunca te defraudará, puedes ir, volver, escapar, salir, entrar, esconderte, pero si realmente la sientes, la llevas contigo donde sea.

La Música son sonidos entrelazados, pero la Magia de la buena Música, la que realmente sale del alma de los que quieren hacer sentir con ella es algo más, es ese amante que te susurra, esa expresión de absoluta libertad que te dispara, el vínculo de la emoción y los sentimientos.


Explicar la Música es como explicar el silencio

sábado, 1 de febrero de 2025

23

                                 


Como nunca se sabe, y la Música es todo lo que parece a pesar de los que se empeñan en decidir que no es así porque les pueda joder que sea la maravillosa aventura de la mente, una frase que me enseñaron cuando iba de perdidos al río y pasándome todo por "lo incondicional".

"CON LOS DEDOS DE LAS MANOS Y LOS DEDOS DE LOS PIES, LOS C... Y LA P... TODOS SUMAN 23"

Habrá salvedades, excepciones y demás, pero como generalidad no se puede dudar.


LONG LIVE ROCK AND ROLL