Desde el lugar donde lo prohibido comienza a tener sentido
J.A. Caesar (Shintokumaru) 1978
El talento infinito del artista japonés vuelve a ponerse de manifiesto en lo que parece (decir con seguridad algo en este sentido es lanzarse al vacío sin red) es su cuarta obra, otra entrega visual de Música realizada para vivirse, y nunca mejor dicho.
Ni se acredita en el disco, ni se sabe por él mismo que fuese el autor de tamaña genialidad, pero por crónicas y algún que otro iluminado estudioso de sus obras y el recorrido del artista, se puede afirmar que "Shintokumaru" es una pieza de museo realizada por J.A. Caesar.
Especializado en las bandas sonoras de la expresión artística del teatro y el cine más radical y sugerente en el Japón de los setenta (aunque su obra se adentra en la década siguiente) el disco que nos visita es una introspección emocional vivida en directo, grabada desde la emoción de la puesta en escena de la obra por un grupo que comparte esas mismas ansias de radicales ideas y pieles rotas por las sensaciones.
Quizás, aunque en lo que a mí respecta no me lo parece, se debería ver la obra y escuchar al tiempo la Música, pero es tal el nivel de compenetración del músico con lo que hace, que se siente desde los sonidos todo lo que fluye dentro de la creación, y las partes en las cuales los artistas recitan, hablan, gritan o se dedican a expandir sus voces al infinito, no son sino un apoyo más a lo que viene y va de Música hecha exclusivamente para la mente.
La Música tradicional japonesa se mezcla sin ningún pudor con el Prog. más radical y consistente, recordando los mejores pasajes de óperas épicas y emocionantes, con una increíble capacidad para enganchar al que la escucha, atrapándole en sus sonidos y la manera espectral de vivir lo que ofrece.
Una embaucadora sensación de apertura mental, sin límites en las ideas, sin trabas en lo que sugiere, sin nada que pueda detener lo que uno piensa cuando lo siente y se mete en tu piel. J.A. Caesar vuelve a demostrar que todo es posible desde la visión mágica que la Música le confiere, y los artistas que entran en su idea logran transmitirla de una manera única, fascinante, visceral.
Una obra maestra para deleitarse y no dejar de gozar.
A Vicky, más allá de los Sueños
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