Surcos del Siglo XXI - 247

La banda que me hizo saber que de nuevo era posible apasionarse con sonidos que se creían perdidos, en los umbrales del siglo XXI, a mayor gloria de lo que nunca debería desaparecer.

Porcupine Tree (The Sky Moves Sideways) 1994

Como siempre que nos visita una obra de Porcupine Tree, hay que matizar el año en el cual se creó, en este caso entre junio del 93 y julio del 94, y el año en el cual Steven Wilson decidió darle un empujón para que fuera accesible a mayores contingentes de seguidores, remasterizándola en el 2003.

Se puede ser muy puntilloso y sacarle todos los defectos del mundo a un disco como "The Sky Moves Sideways", que se nos presenta en formato de triple vinilo con una demostración de ideas y talento sobrados, pero para el que suscribe, toda la obra de este iluminado músico llamado Steven Wilson en sus comienzos es un derroche de creatividad y talento que para sí quisieran muchos, y esta no es una excepción.

De las seis caras, cuatro de ellas están dedicadas al tema que da título al disco (concretamente la 1, 3, 5 y 6) una aventura en clave de Space Rock que se transforma en un viaje alucinante a través de la mente, porque realmente cada momento del tema, las distintas fases y las versiones alternativas, aportan un poco más a esa pérdida de conciencia voluntaria en la cual te metes si sigues la Música que se propone.

Otra de las caras, la 4, es un regalo para los sentidos, con la tremenda "Moonloop" (que tiene sus versiones en un disco alternativo sacado posteriormente) donde Wilson y sus compañeros, ya que es el único tema creado de manera común por la experiencia como banda de Porcupine Tree, demuestran la capacidad de improvisación al margen de las pautas que se marcan como base melódica de los temas, y es en estos momentos donde mejor se puede apreciar ese instinto para hacernos parte de su aventura.

Es en la cara 2 donde todo se hace más real, pero no por ello menos intenso, con "Stars Die", "Dislocated Day", "The Moon Touches Your Shoulder" y "Prepare Yourself", la parte en la cual puedes bajarte de la nave o esperar el despegue de nuevo para no volver.

Disco de deseos y parte de conciencia, Música para embaucar y abrazarte a los sueños, un apasionante viaje mental que se nos ofrece por el simple placer de su escucha, y eso no tiene precio.