Volvemos a Centro Europa (esto de las distancias lo tenemos más que controlado) para viajar por el mundo de una Música que supo poner un sello propio a lo que sonaba.
Silberbart (4 Times Sound Razing) 1971
Desde Alemania, con el poder de los dioses y la energía de los que no tienen nada que perder, llegan Silberbart, grupo de tremendo Hard Rock para destruir aquello que se ponga por delante.
Por la casa que los editó y su país de origen, realmente encuadrarles en el Krautrock sería lo más acertado, porque de hecho vivieron en una época donde lo que se hacía por allí llevaba ese sello inconfundible que creó un estilo. No obstante, su Música me parece más ese Hard tradicional salido de las Islas y mamado al amparo de los creadores de sueños que nos lo entregaban.
Tanto me da que me da lo mismo, porque este Power Trío poderoso, tremendo y salvaje, me llena las entrañas de buena Música con sus sonidos incendiarios y sus temas sin límite temporal, espacial y por qué no decirlo, espiritual.
Cuatro temas que si obviamos los 4'23'' de la entrada con "Chub Chub Cherry" (que por cierto es una patada en el culo descomunal) nos regalan suites de más de diez minutos donde los tres componentes del grupo se dedican a abrasar con un Hard tan elaborado como duro, oscuro en muchas ocasiones y descomunal en su planteamiento con descarados deslices por el Prog. más complejo en los continuos cambios y demostraciones de composición más allá de la linealidad del puro Hard Rock.
La segunda canción, "Brain Brain" y sus 16'16'' son una buena demostración de lo que el grupo ofrece, salvaje y negro como un cielo de tormenta, momentos lúgubres con la voz de Hajo Teschner gritando a todos los demonios y una sección rítmica que te patea el culo por donde quiere, especialmente Werner Klug y su bajo, una barbaridad. La guitarra, también a cargo de Hajo Teschner, te corta en mil pedazos en los riff asesinos y graves, mientras que lo que nos queda de la banda, la batería de Peter Behrens es una auténtica apisonadora que golpea sin pausa.
"God", tema que abre la cara B, es una carrera contra el diablo, 10'07'' de furia descontrolada y puro fuego saliendo por los tres instrumentos, aunque lo más explosivo lo dejan para el final del espectáculo, "Head Tear Of The Drunken Sun", 12' de envite directo al entrecejo empujándote hacia donde nada pueda encontrarte.
Un tremendo disco de Hard Rock para los que amamos estos sonidos que nos hacen llegar al infinito sin peaje alguno.
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