Discos Melocotón... Para Siempre (Por Jimi Hendrix)

Es curioso, si no llego a escuchar al amigo Frank cuando ha hablado sobre lo de ser un busto, tener un busto o parecer un busto al que te miran no me hubiera dado cuenta de que después de no sé los años estando aquí colgado en la pared de esta tienda llena de discos y portadas de discos y fotos de discos y discos (vaya ya me está faltando el último chute para espabilarme) resulta que yo también soy un busto.

Eso sí, el amigo Frank pensará lo que le dé la gana pero mi clase con esta capa color púrpura que me cuelga de los hombros y queda aireada sobre la estantería de vinilos no la tiene él y es que ser guapo, negro, zurdo y el mejor guitarrista del universo tiene esas cosas que todo me queda bien. Debe haber sido el último despertar entre humos y colores arco iris pero sí que me había parecido oír de boca del tipo ese que se coloca detrás del mostrador que la tienda cerraba, echaba el closed, no había nada que hacer (“closed”) y todos tan contentos con este aire de colores arco iris, fucsia y amarillos chillones que me da el ambiente de hierba con azul cobalto (closed o no closed los colores molan que no veas) ¡¡Pero qué coño!! ¡¡Cómo que todos tan contentos!! ahora que había encontrado el karma perfecto o a la “karma girl” perfecta desde este lugar privilegiado donde me empapaba de Música para rabiar, mucho Rock, mucho Rollo (sobre todo del bueno) puesto con gusto y clase por este tipo grande y simpático y su brother que hace tiempo que no le veo, la última vez cerré los ojos para viajar con mi guitarra y el solo de diez minutos del “Voodoo Chile” y cuando los abrí ya no estaba.

O sea que cuando vuelva a escuchar Música no será mi guitarra sonando en esos solos de cincuenta minutos que Eduardo y Pablo, Pablo y Eduardo querían que hiciese, esas noches en vela con las estrellas hablándonos y Eduardo contándoles a los tipos que entraban por aquí por qué eso de la Psycho no tenía blanco y negro sino colores y Pablo diciendo que cuando yo pillaba la guitarra parecía como que… no sé pero me parece raro porque tíos, yo si sigo por aquí es porque esas guitarras me suenan de cojones, y además cuando no era yo era Eric, o Frank, o Duanne o… Pablo que alguna vez le escuché con su grupo y no veas la manera de tocar, ¡¡qué joooooé!! a punto de romper el altavoz, qué bestia, y luego todos juntos para que la peña se enterara de qué iba el rollo todos a disfrutar, yo desde la nube quinta de la sexta entrega de la galaxia esa y el resto aquí, en Discos Melocotón, donde sólo se escucha Música de calidad y además de verdad, porque vaya hostias que se llevaban algunos con la calidad, caretos de estar flipados al escucharme un solo, al oírles hablar de la Música de los sesenta, los setenta y la otra que he ido descubriendo gracias a ellos desde este pedestal de genio en el que me encuentro y que no para de alegrarme porque el retiro dorado que he encontrado en Discos Melocotón no me lo hubiera dado nadie, buena Música, la mejor, dos tíos que saben de qué va esto y lo van enseñando a otros tíos que han flipado al encontrarse con lo que había que escuchar (especialmente mi guitarra sonando por horas y horas, y horas entre polvos, tragos y eso otro) y un grupo de gente que ha hecho de la Música su vida gracias a ellos y lo que en este lugar se ha dado, Rock ‘N’ Roll y nada de mierdas que luego la gente se mete muchas mierdas para el cuerpo y así vamos.

A mí si me dejan una “Stratocaster” de zurdo la lío, otra cosa es que las cuerdas las vea de los colores del arco iris o el arco rosa pero si me pongo la lío, desde este pedestal y con la marcha que aquí se respira me pongo ciego (un poco más) de darle a las seis cuerdas y prendemos fuego a todo, bueno a la tienda no que todavía hay mucho que dar, mucho que enseñar, mucho que decirles a los que vienen echando un rato y unas monedas para poder llevarse lo que hay por aquí y que rezuma clase, genios, calidad, Música (el chaval ese de la melena no se deja una, ¡¡qué jodido!!) de modo que hacemos el aquelarre como quien no quiere la cosa entre nosotros y la guitarra sigue sonando.

Si es que no se puede aguantar, cuando tíos como Pablo y Eduardo, Eduardo y Pablo se ponen a ello la magia vuelve, sonidos que rompen el espacio, esa Música que suena haciendo diabluras en todos los lados, Rock, Psycho y los trallazos de Blues y Acid Rock que me ponen el cerebro mirando para el otro lado, todo eso que estos dos saben cómo y cuando, de donde y por qué. Este busto me queda la mar de bien, el púrpura y el amarillo combinan que te cagas y con la tez morena que resalta un montón con la pared es que no se puede aguantar. Yo noto que me miran mucho, especialmente las tías, y no hace mucho a estos dos los miraban también, embobadas y embobados de todo lo que saben y cuentan, historias, viajes, momentos y solos de guitarra aquí y allá, algo tremendo, como la foto con Eric que mola la leche, ¡¡qué tiempos!! si me los llego a ver por ahí a estos dos nos corremos una juerga de haberlo sonado, lo mismo estaban por allí pero no los vi (de hecho no veía a nadie, ni a Eric que me miraba fijamente) porque Eduardo y Pablo se las saben del derecho y del revés, todavía me acuerdo del chaval ese de la melena hablando con Pablo y este contándole cómo se hacía un solo, cómo se cogía la guitarra, de qué manera se la hacía sonar, el por qué en esa época y los efectos… ¡¡la leche!! de todo, saben de todo y la Música al final es pasión así es que lo de vivir aquí es apasionante, Música de la buena, gente que sabe de qué va el rollo y yo con mi rollo que para eso soy Jimi Hendrix y las tías me adoran.

Bueno Brothers, si tiene que ser será, pero no me aviséis que así cuando vuelva a abrir los ojos me creo que estoy en esa nube y no pasa nada porque quiero seguir escuchando Música de la leche, a vosotros contando historias de la leche y que todo fluya como hasta ahora, de modo que me pillo mi “Strato” y hasta que todo se queme.

Mucho de eso desde allí, Brothers y Brothars, Paz y Amor y mucho sexo, que se olvida lo importante punteo más o menos. Heeeeeeeeeey, Haaaaaaaay.