No fue fácil llegar a entenderla, creo que por mucho que lo hubiera intentado jamás lo hubiera conseguido, pero ella se empeñó en mecerme en sus brazos, acurrucarme entre sus pechos y darme la savia que hace que todo fluya a través de mi cuerpo.
No es más que vivirla, saber que puedo alimentarme de lo que me hace sentir y llegar hasta los confines del universo cuando me separo de todas las inmundicias que se empeñan en hacer que seamos.
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