sábado, 11 de noviembre de 2017

De Vinilos y Otras Glorias MCMLI

Desde el lugar donde lo prohibido comienza a tener sentido


Daniel Vega (La Noche Que Precede A La Batalla) 1976


En un país de mediocridad contrastada en lo musical, que nunca ha dejado que el talento se eleve por encima de la podredumbre, habrá en el imaginario colectivo de aquellos que hemos descubierto la Música como latido de vida obras que no han de tener envidia a lo mejor de lo que se haya hecho en otros lugares de prolongada escuela y de ideas evidentes.
Entre esas obras que nunca serán valoradas por lo que realmente son, unas pequeñas gemas en el universo estéril de Música sin sentido, se encuentra la sorprendente e imprescindible "La Noche Que Precede A La Batalla", una verdadera maravilla del Prog. español que fuera de épocas y de espacios creó Daniel Vega, músico asturiano, cantautor (les llamaban, yo reniego de la palabra) de luchas ideológicas y batallas perdidas en el viento del ideario político.
Una obra conceptual, genuina y veraz, auténtica simbiosis de estilos bajo el paraguas del progresivo que cuenta historias de angustias, terruños y lugares donde nadie quiere estar pero que sin embargo el destino nos lleva en algún momento de nuestra existencia.
Musicalmente completa, vocalmente lanzada a contarnos esas miserias que todo ser humano lleva dentro y que se hacen evidentes cuando la dama negra está dispuesta a visitarnos (siempre cuando ella desea, nunca cuando el ser humano dispone) el disco es una oda a la parte más oculta de todo lo que nos envía el destino, con las acústicas llevando el peso de los ritmos en las seis cuerdas y un grupo de músicos que transgreden los sonidos establecidos en la época para poder crear una historia sobre el pentagrama, una verdadera amalgama de sonidos que surgen desde lo más oscuro y que se van entroncando en los sentidos para hacerte partícipe de lo que escuchas.
Lastimera liturgia de cánticos de muerte, empecinados poemas sobre la tierra y el lugar donde uno puede morir, incandescentes memorias de lo lúgubre que casan a la perfección con ese momento que la obra quiere transmitir, la angustia y el devenir de lo que es y deja de ser en un suspiro, en un instante, en el último aliento dejado en la batalla.
Los vientos y cuerdas arreglados con exquisito gusto acompañan a la banda clásica de Rock para que todo sea uno y disfrutemos de algo que no debería ser parte del ostracismo, sino parte de nuestra historia musical.
La preciosa portada añade un toque de belleza más a este disco que es, por derecho propio, parte de la historia de la buena Música parida en este país.



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