He vuelto a ser de nuevo el pintor de mis emociones, a esculpir mi rostro con sentimientos que me hagan olvidar la oscuridad del silencio.
He vuelto a levantarme a sabiendas que poder caer de nuevo es tan real como el susurro que acaricia mis oídos, esperando que todo aquello que aprendí viva en mi interior.
He vuelto a ver sin abrir los ojos, cuando mi piel se eriza al compás del ritmo que mi corazón le marca. Ella sabe que volví a nacer escuchándola más allá de los confines del mundo, por eso nunca se romperá el hilo invisible que forjamos juntos.
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