Llegué en un momento de transición,
y me impregné de los ecos de estos autores de sueños, y deseché a los
imitadores, y barrí de la faz de la tierra a los que pretendían ensuciar con su
basura camuflada la obra de los auténticos, y viajé con ellos a través de la
tierra de los sueños, y floté elevado por la magia de sus creaciones, hasta el
infinito, hasta donde nadie llega, empapándome de vida, calándome hasta los
huesos de sensaciones, perdiéndome en las esquinas de los suburbios,
simplemente escuchándoles.
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