No hemos vivido lo suficiente para disfrutar de lo que amamos, la Música y lo que nos da. Sin embargo, sentir que el aliento de esa magia te llega desde otra alma, gemela o no, según se piense, es un placer tan inenarrable como querer alcanzar las estrellas con tu mano.
Cuando hablo de Música, lo que nos lleva, nos hace ser, nos pone la piel de gallina, con quien comparte mis emociones, a la vez emocionarme me cuesta poco. Por eso me encanta recordar a personas, seres humanos (en su defecto) tipos que rezuman la autenticidad cuando de poner un vinilo en el viejo plato se trata, cuando hablar de esa guitarra que se te clava en el cuello ahogándote de gusto nos saca una mueca socarrona, cuando el batería te patea el culo y saltamos en el reducido espacio de la casa de discos.
Siempre hay gente tan visceral como auténtica cuando de Música hablamos, sentimos, nos emocionamos y buscamos el siguiente toque de lo que sea para saltar y esbozar una sonrisa, y eso, al margen de lo que el vinilo ocupa, es simplemente impagable.
Los que sentimos en las entrañas el placer de escuchar una melodía, la nota durante un sueño que se antoja eterno, el momento del desgarro al saber que te va a herir por lo maravillosamente doloroso de lo que suena, puede que nunca estemos en las listas de personajes que hacen que todo lo que es funcione, pero sí estaremos en la antesala de ese paraíso que sólo la Música puede prometer.
A gente como Goyo, que en estudos MAG me hizo ver las estrellas, Antonio que pensaba que la Música nos haría inmortales (y a fe que me lo hizo creer) Eduardo y Pablo que en DISCOS MELOCOTÓN me hicieron... saber del placer allá donde el físico se acaba, Javi de HARMONY ROCK que es capaz de sacar la retranca de donde no la hay, y a todos los que osan leer este espacio que desea que lleve donde me encuentro cuando la Música me abraza, que nos hagan inmortales los sonidos de aquello en lo que creemos, porque es lo que hay y hace ser.
La Música, ese empuje necesario y maravilloso, que logra hacer sentirse un poco mas cerca del infinito, y ese alguien con el que poder compartirlo, genial.
ResponderEliminarBesos.
Sin nadie, la Música es magia, con alguien... el cielo es el límite.
EliminarBesos