Furibundos latigazos fustigan mi alma. Siento vibrar mis entrañas con los golpes que se repiten.
No deseo que pare, es el placer que lacera mis sentidos cuando ella llama a la puerta.
Es la sensación que me hace esta vivo, a pesar de sus secuelas en mi piel, es la Música, que me posee hasta hacerme suyo.
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