Negros corceles se adivinan correr por la llanura clara.
Bajan de las montañas. Envueltas en ira sus crines llevan.
Bajo sus cascos de dura noche,
sombras por las piedras se agazapan,
huyen;
dejando tras de sí, senderos de sangre roja, caliente, viva.
Sombras.
El mediodía alcanza caballos de batalla, caballos de fuerza innata;
nunca pudieron las sombras llenar los vacíos que mi corazón abarca.
Noches cargadas de corceles negros con ojos de pura llama;
volved presto a las montañas, pues reclaman su aspecto primero
las piedras que en ellas estaban; las sombras agazapadas,
todos los hombres buenos.
Diego L. "Apuntes Del Interior Y Otros Poemas" Extracto
(Reproducido con permiso de Vicky)
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