Un artista que nunca estuvo en ningún lugar, pero que dejó una parte de sí mismo allá donde tocaba con su talento la Música.
Stephen Duffy (Music In Colors) 1993
La primera aventura en solitario de Stephen Duffy dio lugar a un soberbio álbum de Pop Rock que se eleva por encima de todo lo que el artista había hecho hasta el momento como parte de numerosas bandas, y no sólo porque contenga ese himno que da título al disco y que es posiblemente la mejor canción compuesta por su mente, sino porque reúne un conjunto de temas que confluyen en ese lugar donde el intelecto quiere descansar y a veces es difícil de encontrar.
Atraer (no sé con qué artes ni me importa) al músico de formación clásica y estilo al uso Nigel Kennedy fue posiblemente el mayor acierto que se le hubiera podido ocurrir, porque el violín, la viola y el piano tocado de manera magistral por este genio dota al disco de un matiz que resalta cada tema, cada momento, de una manera excepcional.
Concebido sin pausa ni respiro, los momentos entre temas llamados "Transitoire I, II, III, IV..." en los cuales Kennedy nos abruma con su técnica de clasicismo renovado con dosis de transgresión y experimentación son una maravillosa visión de un futuro que acabaría imponiéndose entre las mentes más aperturistas, y los solos intercalados con la guitarra en los temas (brutal y excitante lo que ocurre en "Music In Colors") hacen que todo fluya desde la lógica hacia el sentido más libre y despiadadamente imaginado.
Por lo demás, la voz de Duffy intenta mecernos (ya se encarga Kennedy de sacarnos de ese letargo) y su melodía acústica se mezcla maravillosamente con las eléctricas que rompen el aire, el violín (de nuevo) que se mete en vena y los ambientes de teclados que nos conmueven porque el sentido de la Música del autor es ese.
Una maravillosa sensación en un año y una época de profundos vaivenes buscando todo lo que se suponía y que debía estar, ráfagas de aire fresco con tormentas deseadas para que descarguen en los sentidos, y en medio de todo, lo que deseábamos y que nunca acababa de romper.
Maravillosas sensaciones, emociones a flor de piel y ese toque del brujo que se siente capaz de llevarte a la tierra de los sueños.
Stephen Duffy guitarras, voz. Nigel Kennedy violín, viola, piano, vibes y tampura. Caroline Dale cello. Sagat Guirey guitarras. Phil Gould batería y percusión. Julian Crampton bajo.
a side: It sparkies!; Transitoire I; Natalie; Transitoire II; She wants to share her magic; Transitoire III; Music In Colors
b side: Galaxy; Transitoire IV; Totem; Transitoire V; Holte end hotel; Transitoire VI; Charlotte's conversations; Transitoire VII; A fall from the sky
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