Tu nombre
suena a calma que espera la llegada de la tormenta, pero no tormenta que
arrasa, sino que envuelve y agita para volver al sosiego. Abrazados por el sudor mutuo
de pasión, mis manos acarician tu cuerpo y la calma nos invade lentamente. Mis
dedos se entrelazan en tus cabellos y nuestras miradas hacen lo propio sin
darse distancia.
La espera
volverá a hacerse inquietud por tenerte.
Descanso
contigo, descanso en ti. Apoyo mi cabeza
sobre tu pecho para escuchar los latidos de tu corazón, mi nombre en tus labios
me llena y excita, y dentro de esa calma tras el placer sin límites siento el
instante de sensibilidad que me envuelve cuando tus
dedos recorren suavemente mi cuerpo, acariciando el borde de mi piel para
dibujar la estela de mi figura.
La
Eternidad y un día abrazada a ti, no existe el tiempo, no hay distancia entre
nosotros, las leyes físicas desaparecen en nuestros sueños y así, el uno con el
otro, dentro de mis entrañas espero volver a tenerte cuando nuestros labios se
rozan y nuestros ojos se cierran buscando el infinito.
En nuestra
humedad mutua flotamos tejiendo sueños, yo dentro de ti, tú pegada a mi. Sueños
con nuestra propia medida del tiempo, desconociendo la existencia de la
distancia, llevando las caricias a viajar y llegar a su destino para tocarnos.
Cierra tus
ojos cariño y encuéntrame en el siguiente sueño.
Cariño, te
espero sin demora donde tú quieras llevarme, házmelo saber y allí iré, en busca
del sueño que hagamos nuestro, contigo dentro, pegada a ti.
Cuando alguien puede sentir así, se me antoja que una vida entera es un tiempo demasiado corto para disfrutar de tanto sentimiento.
ResponderEliminarPrecioso escrito.
Besos.
Un instante es una vida y en una vida no hay instantes, sólo depende de cómo se quiera amar.
EliminarBesos
Es hermoso Agilulfo tu sentir...Maravlloso.
ResponderEliminarBeso..
Gracias Querida. Tu sensibilidad siempre me ha emocionado, y sigo en ello.
EliminarBesos