Me oyes acercarme, aún con
mi sigilo casi felino. No estás dormida del todo, tus sentidos me perciben, tu cuerpo me espera, sueñas con la sutileza de mis caricias.
Cuando doy ese primer beso,
la sensualidad que se desprende de él te habla de mí. Ese aroma mío que tienes grabado en tus sentidos te
llena por dentro y el tacto delicado de mis dedos acariciando tu rostro van
dibujando una sonrisa en él.
Siento
palpitar tu corazón en ese pecho desnudo que se presenta ante mí; ese deseo
inconfesable que tengo hacia lo tuyo me anima a acercarme y recorrerlo con mis
dedos, midiendo cada instante de tu piel.
Preciosa manera de despertarse.
ResponderEliminarY de seguir vivo
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