Conocemos las miserias y solemos cerrar los ojos para que no nos molesten. Sabemos de la podredumbre humana y los auriculares con el volumen a tope sirven para que todo se difumine en la nada.
La Música me hace creer que es posible, pero siendo como es la soga que me salvó de esas miserias y de mi propia podredumbre, siempre que la escucho puedo percibir lo que tras ella sigue siendo mediocridad, porque en eso, los sentimientos que me llegan a su través no pueden viciarse.
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