De alguna manera tendremos que buscar los límites de nuestro propio espacio, esa parte que nos llega a través de los sonidos y que más allá de lo que sentimos se pierde unida a la Música que nos acaricia, la que viene sin ataduras de pentagramas, de pinceles que escriben en el lienzo en blanco, de ideas concebidas antes de sentirla.
Soy a veces, y no estoy en la mayoría de las ocasiones. Viajo a través de las estrellas envuelto en el manto invisible de los sonidos. Puedo traspasar mi propia conciencia gracias a esta amiga que ha decidido, hace mucho tiempo ya, seguir a mi lado a cambio de nada.
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