Una vida tan intensa como 34 años dedicados al placer de la Música, dando y enseñando, compartiendo y recibiendo sólo puede llevar a pequeñas y grandes anécdotas como las que nos trae nuestro querido Eduardo, todo un libro de recuerdos que merece la pena disfrutar.
En ocasiones pensamos que todo se acaba donde la vista deja de percibir, pero el mundo de las emociones y en especial el mundo de la Música es tan infinito como nosotros queramos.
DISCOS MELOCOTÓN EN LA HABANA
Una pequeña anécdota que acabo de
recordar y no sé por qué.
Hará unos 20 años, hacia mediados de los
90 un cliente mío fue de vacaciones a La Habana en Cuba y tuvo cierto problema
con su pasaporte, entró a una oficina estatal cubana para sacar algún documento
necesario y después de algún tiempo esperando le introdujeron en una vetusta
oficina con un funcionario y una antiquísima máquina de escribir, Cuál no
sería la sorpresa de mi cliente cuyo nombre no recuerdo al ver en la pared del
pequeño despacho una bolsa de ¡¡Discos Melocotón!! clavada con chinchetas como si
fuera un poster; preguntado el funcionario porqué estaba allí esa bolsa éste
respondió que lo desconocía pero que había varios como él trabajando
periódicamente en ese despacho.
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