Sigue siendo un placer conocer a gente con la sensibilidad suficiente para descubrir esos tesoros ocultos que se nos niegan por demasiadas cosas y en el caso de este querido y ya parte de nuestra historia musical colectivo más aún por el talento y todo lo que llevan dentro.
Otra alma sensible, Amiga y más por la Música y a través de ella nos deja sus impresiones tras saborear estas pedazos de delicatessen que forman la isla en el océano de los sentidos y de lo que no quieren que se sea, a través de lo que se ha marcado en su piel con las horas de sensaciones recibidas.
CHARO TRAS ESCUCHAR ESO QUE LLAMAMOS... MAGIA
Antes
de nada me gustaría confesar que me considero una iletrada musicalmente
hablando y por lo tanto cualquier cosa que pueda decir no lo hago desde el
conocimiento sino desde el corazón.
Hace
dos años conocí al colectivo “El Ajo Rojo”
a través de un post en este mismo blog. Lo poco que pude escuchar de
ellos me resultó algo difícil, es decir, música que no se puede poner en
cualquier momento sino que hay que tener tiempo para ella y poner toda el alma
o, mejor aún, adormecer los sentidos para que sea la música la que los
despierte, aunque también encontré partes increíblemente suaves y otras que me
hicieron imaginar.
Hace
un par de meses nuestro queridísimo Agilulfo me pasó todas las grabaciones de
este colectivo y poco a poco he ido escuchándolas. La verdad es que muchas de
ellas no es que las haya escuchado, más bien, las he disfrutado.
Todos
los discos tienen su parte de locura donde a veces es fácil dejar volar la
imaginación, otras que me han dejado tan atónica que simplemente se me ha dibujado
una sonrisa en los labios intentando adivinar cómo son las personas que están
tocando y qué se les puede estar pasando por sus cabezas. Reconozco que las
piezas donde el sitar es el protagonista quizás me llegan menos porque me
sugieren cosas más lejanas y desconocidas, pero aún así tienen una belleza
“exótica” que cautiva en momentos muy determinados. También tienen piezas
suaves y relajantes, de una belleza increíble. Otras piezas (y aquí es donde
una se cabrea) son tan sumamente cortas que acaban sin apenas haberlas probado,
es como si te sientas a la mesa, te ponen un plato con un olor maravilloso
delante y antes de poder probarlo te lo quitan.
Una
vez que nuestro anfitrión me ha hablado de alguno de los miembros y al
escucharlo hacerlo con tal pasión no me queda más que decir que seguiré con
ellos. Guardaré los discos e intentaré hacerme con los que la informática me
niega (no me reconoce ciertos archivos). Volveré a ellos como de vez en cuando
vuelvo a toda esa música que de una forma u otra ha llegado a mí.
Mi
enhorabuena a los autores y, si sirve de algo, seguid adelante. Los sueños no
los mata más que quien los sueña.
Me uno a tus palabras Charo, es un lujo que alguien acerque hasta nosotros estas creaciones, que de otra manera no sería tan fácil conocerlas.
ResponderEliminarBesos.