Girada ante mí su sonrisa me ofrece el mayor de los regalos. Nunca sabré de esa atracción irresistible, el momento en el cual su aura me llenó como parte de ella misma.

Es el final de una etapa juntos como tantas veces, unidos en el lugar donde los sueños nacen, sujetos por ese hilo invisible que nos lleva hacia el horizonte de nuestros deseos.
Hoy miro su rostro y sé que aún quiere permanecer a mi lado, mañana sabré de nuevo si puedo disfrutar de su sonrisa, el pasado forjado a base de huellas en el fuego del destino ya no podrá con aquello que hicimos juntos a pesar de todo.
Vuelve a buscar su sonrisa mañana, te estará esperando para enamorarte otra vez.
ResponderEliminarUn beso enorme.
Otro tan grande como ... ya lo sabes
Eliminar