Desde el lugar donde lo prohibido comienza a tener sentido.
Kim Fowley (The Day The Earth Stood Still) 1970
Siempre ha habido iluminados, iluminaciones, iluminarias, luces de neón y las otras que se ven cuando estás hasta arriba de lo que tú sabes y nadie supone, y según el caso puede surgir de todo o que la mierda te llene por completo.
Que Kim Fowley entiende de Música lo ha demostrado durante muchas, muchas décadas, siempre metido en el mundo de lo que merece la pena y ayudando y produciendo a genios de muy diversas épocas y estilos, pero cuando se metía a hacer él mismo eso que entendía, podía pasar cualquier cosa.
Y de la misma manera que se puede decir mucho y nada bueno de una parte de esa discografía que parecía hacer para vengarse de él mismo y alguien más, cuando acertaba nos encontrábamos con un músico que dejaba la impronta de quien estaba más que sobrado en conocimientos, y a partir de ahí... cualquier cosa.
Este trabajo que nos acompaña, de largo nombre y poderosa y brutal portada, es un disco de Rock'N'Roll que pareciendo al uso tiene esos matices que te hacen descubrir cosas más allá de lo que nunca se espera, o porque no está escrito (afortunadamente) o porque tus sentidos buscan y encuentran entre las notas que les llegan esos mensajes que cada uno traduce como quiere y que son la esencia de la Música y lo que sientes por ella.
De apariencia simple e incluso desordenada "The Day The Earth Stood Still" es un disco que cuenta historias en clave de Rock, palabras que no siempre (casi nunca, para ser sinceros) son amables y buscan la redención, sino que se meten como un estilete en las entrañas, acompañadas de esa guitarra que hace jirones la piel y quema al escucharla, porque siempre te empuja hasta el borde del precipicio.
Un disco para adentrarse en las tinieblas del Rock'N'Roll (que también las tiene) y degustar esa parte menos amable pero fascinante y misteriosa de lo que representa cuando alguien que ha estado en ambas orilla te la presenta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario