Partiendo de la nada, hemos alcanzado los mayores límites de la miseria.
Sin embargo, ni los mediocres, ni los miserables que siguen empeñados en hacernos creer que es la condición humana la que nos ha arrastrado a ese estado de podredumbre, han conseguido acallar las notas de un susurro elevándose sobre el silencio.
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