A pesar de todo, no nos damos cuenta de lo insignificantes que somos, a pesar de haber arrastrado hacia la inmundicia a nuestros semejantes, a pesar de habernos destrozado por el placer de verlos sangrar. Un solo gesto de lo que nos rodea, y no seríamos nada, pero, a pesar de todo... seguimos siendo demasiado estúpidos.
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