martes, 24 de mayo de 2016

De Vinilos y Otras Glorias MDCXCV

Como es lo que tenemos, porque aún no nos lo han quitado, vamos a seguir degustando esas cosas que nadie nos enseña públicamente (dará miedo, por si acaso...)


Le Orme (Uomo Di Pezza) 1972


Creado entre los dos discos más emblemáticos de Le Orme, "Callage" y "Felona E Sorona", quizás este disco que nos visita, y cuya portada deja la impronta del arte visual que los grupos de Prog. italiano tanto utilizaban, no tuvo la repercusión que en su momento debiera, sin ser por supuesto la joya del grupo ni el santo y seña de lo que querían conseguir.
Aún así, creo que el álbum fue más difícil de aceptar porque no se viene abajo en la propuesta de los temas de difícil factura, que dentro del Prog. elaborado por la banda, estaban en una línea de mayor complejidad que lo realizado hasta entonces. Es obvio que la apuesta fue a todo o nada, porque junto a otros temas que siguen la línea del Pop Rock italiano al uso, la mayoría rompen de manera directa e intentan atravesar los sentidos con una tremenda violencia sonora que Le Orme no llevaba en los genes.
Algunos juegos de teclados que intentan emular al mítico Emerson, como la frenética "Alienazione" son una demostración de la pérdida de pudor (afortunadamente) para llegar hasta donde sea; sin límites en la guitarra de "Figure Di Cartone", y nada que decir de los siete minutos de "La Porta Chiusa", con los sintetizadores, el moog y el órgano desaforados arropando una parte vocal que de fácil o lineal tiene muy poco. No se deberían llevar bien para aceptar el disco estos desvaríos maravillosos con baladas fáciles y melodías de tono mucho más amable como "Una Dolcezza Nuova" donde el piano te mece como una nana o "Gioco Di Bimba" con acústica para suavizar cualquier duda.
Posiblemente fue un breve encuentro con la desilusión para los viejos adeptos de Le Orme, pero no es tan radical la ruptura con la calidad como se pretende; hay momentos de sonido típico del grupo dentro de los cánones de calidad del Prog. italiano, y si bien otros bajan la intensidad de lo que llega hasta la búsqueda de ese clasicismo esperado, el disco se escucha con gusto y se saborea mejor que peor.
Toni Pagliuca teclados y percusión. Aldo Tagliapietra voz, bajo y guitarra. Michi Dei Rossi batería y percusión.





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