Dicen que cada vez somos menos imaginativos, que el ocio se está
convirtiendo en un tiempo para no saber qué hacer, y llegados a este punto
quizás sea bueno pensar que esto sea un pensamiento de las grandes
multinacionales para que no tengamos ocio y trabajemos más, y que cada vez más
nos dedicamos a repetir lo mismo sin un atisbo de creatividad.
Estas reflexiones (por llamarlas de alguna manera) van a caerse
por sí mismas, porque no es cierto eso que nos venden, no es cierto que nuestro
tiempo de ocio sea aburrido, no es verdad que esté en trance de morir o muerto
la creatividad, todo lo contrario, el ser humano, de nuevo y por millonésima
ocasión, demuestra estar a la altura de las circunstancias y clama su
protagonismo en el universo como lo que es, el ser más capaz de toda la
creación.
Que usted se aburre después del trabajo, que los niños le producen
dolor de cabeza, que se les hacen repetitivas esas horas muertas hasta el día
siguiente, pues será porque queremos, porque tomamos una cámara de vídeo, o una
maravillosa cámara digital de XXXXXX pixels y nos dedicamos a captar lo
cotidiano, lo que nos rodea, lo que nos hace ser… diferentes de los demás seres
de la creación, y en eso, a día de hoy, no nos supera nadie. Podemos visualizar
las palizas dadas a los prisioneros (degenerados ellos) de cualquier cárcel que
dirijamos con orgullo, hacer fotos de las humillaciones a esa porquería que se
llaman hombres (porque la ONU no nos permite llamarlos de otra manera, ¡qué
joderse!) y quedarlas en nuestra retina. También podemos solicitar la
decapitación de algún que otro personaje en las más diversas partes del mundo,
y así obtenemos imágenes lúdicas de desiertos, montes, selvas, pabellones
psiquiátricos…. Como si hiciéramos un viaje alrededor del mundo pero más
barato. Es imprescindible ir preparado a cualquier hora, porque siempre podemos
tener esa instantánea de unos perros de presa mordiendo los genitales de
cualquier desgraciado, o la violación de una joven de otra cultura (y qué coño
harán por aquí) para que se sienta sucia y maldita, o la del conductor que sale
de su coche martillo en mano para machacar el cráneo del que no le cede el
paso.
Tenemos miles de posibilidades, y miles de medios, podemos ser los
protagonistas o “encargar” a otros que lo sean por nosotros, porque si no queremos
mancharnos las manos, siempre habrá alguien que por la ley, el orden o su
obligación de patriota, padre, ciudadano o lo que sea, lo haga por nosotros.
También podemos llevarnos lo cotidiano, lo de al lado, para que no sea todo
“internacional” o de oídas, podemos ayudar al padre honrado y leal vecino a que
apalee a su mujer, esa “persona” que no le da lo que quiere ni lo que se
merece, o animar al pederasta de turno para que “eduque a los niños de todos
sus vecinos y familiares, y si además nos da permiso para grabarlo o
fotografiarlo imagínense qué tardes o momentos de ocio aprovechados solos o en
compañía de nuestros amigos, vecinos, familiares y cualquiera que pueda o
quiera participar de nuestras horas ganadas con el sudor de nuestra frente.
Efectivamente, el ser humano sigue creando, poniendo en tela de
juicio a los que dudan de su “imaginación”, y manteniendo la idiosincrasia de
todo lo que nos hace diferentes, únicos en el universo, porque no creo, ni por
un momento que ningún ser del universo tenga, ni de lejos, las entrañas tan
podridas como para hacer lo que nosotros, los que estamos en la cúspide de la
pirámide de la creación, hacemos.
Supongo que nos debemos querer mucho, por eso, para ahorrar
sufrimientos a nuestros semejantes, simplemente los quitamos del medio.
Pues yo no se si es falta de imaginacion lo que nos esta llevando a este modo de vivir o el hecho de habernos acostumbrado a que los demas nos lo den todo hecho, pensado, mascado...Lo que para mi es mucho mas peligroso.
ResponderEliminarNos hemoa convertido en borreguitos. Qié pena.
Si uno no piensa, no es y si uno no es... habrá que devolver a la esclavitud su lugar en las leyes terrenales.
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